El heladero de Lampedusa y por qu¨¦ 366 personas no pueden morir por indiferencia
Vito Fiorino rescat¨® a 47 migrantes en el Mediterr¨¢neo pero 366 fallecieron en el mayor desastre en las costas italianas en 2013. Cree que los militares pudieron evitarlo y sigue pidiendo justicia
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El 2 de octubre de 2013 Vito Fiorino cerr¨® su helader¨ªa en la isla italiana de Lampedusa y se embarc¨® con unos amigos. El plan era pasar la noche fondeados frente a la paradis¨ªaca Isla de los Conejos y pescar. Pero al amanecer, se encontraron con el horror y la muerte. Primero, gritos. Y al rato descubrieron unas 200 personas que llevaban horas en el mar. Su barca se hab¨ªa hundido tras cruzar el Mediterr¨¢neo. La mayor¨ªa no sab¨ªa nadar. Unos alzaban los brazos. Otros abrazaban pedazos de madera, botellas pl¨¢sticas o cad¨¢veres.
La Gamar de Fiorino fue la primera barca en prestar socorro. Salvaron a 47 migrantes, pero no pudieron evitar la que entonces se consider¨® una de las mayores tragedias en el Mediterr¨¢neo: 366 muertos, 20 desaparecidos y 155 sobrevivientes, la mitad rescatados por pescadores. La fuerza extraordinaria del desastre estuvo tambi¨¦n en que se visibiliz¨® como nunca antes. Las im¨¢genes fueron demoledoras: centenares de cad¨¢veres ¡ªadultos y ni?os¡ª en el puerto de Lampedusa, m¨¢s cercano a ?frica que a Italia. Y luego, los ata¨²des alineados en el hangar del aeropuerto.
Todo fue a¨²n m¨¢s dram¨¢tico porque semejante desgracia se podr¨ªa haber evitado. Pero sucedi¨® a media milla de Lampedusa, frente a una de las playas m¨¢s hermosas del mundo. Europa se horroriz¨® y hubo una serie de promesas y medidas que no evitaron seguir acumulando miles de muertos. Seis a?os despu¨¦s, desde su helader¨ªa sobre la ¨²nica avenida de la isla, Fiorino sigue reclamando justicia. Es una de esas luchas que parecen imposibles. Pero est¨¢ convencido de que esa madrugada del jueves 3 de octubre de 2013 los militares podr¨ªan haber salvado a muchos m¨¢s, incluso a todos.
Con la misma indignaci¨®n que el primer d¨ªa, Fiorino denuncia la falta de socorro y la demora en el rescate: ¡°La acci¨®n militar tuvo errores¡±. Y sigue yendo a los tribunales para dar voz a los que ya no la tienen. Para denunciar mentiras, encubrimiento y presiones, dice. ¡°Si hay alguno que quiere hacer justicia, iremos adelante. Si quieren archivar, lo har¨¢n. Para estar callado, me tienen que matar. 366 personas no pueden morir por indiferencia¡±. Pese a las diversas acusaciones, los militares han eludido cualquier proceso judicial. Pero Fiorino no se rinde: el pasado 3 de junio los volvi¨® a involucrar al declarar en los tribunales como testigo en el ¨²nico juicio por la tragedia. Es contra la tripulaci¨®n del pesquero Aristeus, de Matteo Gancitano, acusada de no socorrer. ¡°Son los ¨²ltimos que podr¨ªan tener culpa de algo. Pero siempre se necesita un chivo expiatorio y cuidar a las fuerzas del orden¡±, dice Fiorino.
Fuego a bordo
A las 3 de la madrugada del 2 de octubre de 2013, una barca de madera repleta de migrantes parti¨® de la ciudad libia de Misurata, a 410 kil¨®metros de Lampedusa. Los sobrevivientes dicen que eran 540, casi todos escapando del hambre y la represi¨®n de Eritrea. Tras navegar 24 horas, el motor se rompi¨®. En la oscuridad, ve¨ªan las luces de la isla. No est¨¢ claro por qu¨¦ se quedaron a la deriva toda la noche sin recibir socorro, a menos de una milla del puerto y en una zona transitada por barcos pesqueros.
Tuve presiones de la capitan¨ªa del puerto. Han tratado de sacarme con presiones una firma", denuncia Fiorino
En el documental I giorni della tragedia, de Antonino Maggiore, los migrantes cuentan que alrededor de las 3:30 se les acercaron dos embarcaciones. Que los iluminaron. Que una se fue. Que la otra los rode¨® y tambi¨¦n se alej¨®. Que pensaron que estaban a punto de rescatarlos. Que empezaron a vestirse con sus mejores ropas y a hablar sobre sus planes en Europa.
A las 4 ya entraba agua al barco. El tunecino Jaled Bensalem, conductor de la barca, ech¨® gasolina a su camiseta y le prendi¨® fuego para atraer la atenci¨®n. La llama alcanz¨® su brazo izquierdo. La gente se asust¨® y se amonton¨® en un extremo. La barca se desequilibr¨® y zozobr¨®. ¡°Hab¨ªa perdido la cabeza¡±, le dijo Bansalem a la RAI en 2014.
El tunecino, condenado a 18 a?os de c¨¢rcel en 2015 por contrabando y homicidio m¨²ltiple, admiti¨® ¡°una parte peque?a de la culpa¡± por causar el incendio, pero sostuvo que ¡°no todo lo ocurrido¡± fue su responsabilidad. ¡°?Por qu¨¦ no nos han ayudado?¡±, insisti¨® sobre las dos embarcaciones que se hab¨ªan acercado.
Fiorino dice que los militares pensaban buscarlos a la ma?ana siguiente porque ese d¨ªa ya hab¨ªan rescatado dos barcos con 400 personas y habr¨ªan sido "demasiados migrantes¡± en una isla de 20 kil¨®metros cuadrados que ten¨ªa un centro de identificaci¨®n y expulsi¨®n (CIE) para 250 personas. ¡°Lamentablemente, para 366 personas el alba nunca lleg¨®¡±.
¡ª?Por qu¨¦ cree que los militares los vieron?
¡ªLa noche despu¨¦s de la tragedia se me acerc¨® un militar. Me cont¨® que hab¨ªa hecho todo por mandar el rescate lo antes posible pero no pudo hacerlo m¨¢s r¨¢pido. Me dijo que cuando lleg¨®, un compa?ero en la cabina de radio estaba desesperado sin saber qu¨¦ hacer. Habr¨ªan sido 1.000 personas, un caos. Es entonces cuando los militares fueron a ver en qu¨¦ condiciones estaban los migrantes. Seg¨²n ellos, estaban tranquilos y los dejaron en el mar.
¡ªY los migrantes se asustaron...
¡ªClaro. Esto me lo dijo Aregai (Mehari, un sobreviviente): ¡°Si nos hubieran dicho 'qu¨¦dense tranquilos que nos organizamos para rescatarlos ma?ana', nadie habr¨ªa prendido fuego¡±. Entraba agua y hab¨ªa temor, pero es muy diferente al miedo de no verse socorrido.
Siguiendo los registros de navegaci¨®n, se identific¨® que la barca Aristeus retornaba al puerto pero desvi¨® su trayectoria y se detuvo en la zona del naufragio. Luego retom¨® la ruta hacia el puerto. En 2014, la tripulaci¨®n neg¨® al periodista italiano Michele Gambino haber visto a los migrantes. Tres a?os despu¨¦s, los del Aristeus quedaron procesados.
La teor¨ªa de Fiorino ¡ªy de Gambino¡ª es que el Aristeus se encontr¨® con al menos una embarcaci¨®n militar: ¡°Es como en un accidente de tr¨¢nsito. Si al acercarse uno ve a la polic¨ªa, sigue su camino¡±. En la reconstrucci¨®n de esa noche, Gambino cree haber identificado tambi¨¦n la embarcaci¨®n militar que no intervino. ¡°Espero que (la tripulaci¨®n del Aristeus) cuente al magistrado lo que me ha negado y que se aclare lo sucedido¡±, dijo el periodista, que piensa que otra posibilidad ser¨ªa que la justicia interrogase a los militares que prestaron servicio aquella noche.
Demora y presiones
¡°Tuve presiones de la capitan¨ªa del puerto. Han tratado de sacarme con presiones una firma¡±, denuncia Fiorino, que recuerda cuando fue convocado por el comandante Giuseppe Cannarile, entonces al frente de la Guardia Costera de Lampedusa.
Dos semanas despu¨¦s del naufragio, en su despacho militar, Cannarile felicit¨® a Fiorino. Le cont¨® que le iban a dar una medalla de honor y luego le dijo: ¡°He revisado los registros y he visto que has llamado a las 7.01¡±. Fiorino replic¨® que no era posible, que la primera de las seis o siete veces que hab¨ªan llamado hab¨ªa sido mucho antes. ¡°A las 7:01 ya hab¨ªan pasado como 40 minutos, porque llamamos alrededor de las 6:25. ?Por qu¨¦ dicen a las 7:01? Despu¨¦s de una alarma, para activar todo, ellos tienen 24 minutos. Pero salieron del puerto a las 7:25. Hasta un ni?o se da cuenta: 7:25 menos 24, igual 7:01¡±.
¡ª?Y qu¨¦ ocurri¨®?
¡ªCannarile insisti¨®. Me dijo que pod¨ªa volver a lo largo de la semana y ver¨ªa que hab¨ªamos llamado a las 7.01. Si me quer¨ªan convencer, dije, ser¨ªa mejor que ya tuvieran ah¨ª los registros. Entendieron que no ten¨ªa intenci¨®n de firmar nada. Entonces otro militar me dijo: ¡°Mire Fiorino, que se arriesga a ser denunciado por haber calumniado a la capitan¨ªa del puerto¡±.
Fiorino reconoci¨® al militar que lo advert¨ªa: era el comandante de la Guardia Costera con el que hab¨ªa discutido en medio del naufragio y sobre el que se hab¨ªa quejado p¨²blicamente: ¡°En lugar de filmar, habr¨ªa sido mejor que tiraran al mar cualquier salvavidas. Habr¨ªan salvado alguna persona m¨¢s¡±. El militar le reproch¨® estas declaraciones. ¡°Le respond¨ª ¡ªdice Fiorino¡ª que lo pod¨ªamos escribir y lo firmaba. Me dijo que no me daba cuenta de lo que dec¨ªa¡±.
El encuentro subi¨® de tono. Tambi¨¦n le recriminaron a Fiorino haber mentido cuando dijo que la Guardia Costera se hab¨ªa negado a trasbordar a los que ¨¦l hab¨ªa rescatado. Adem¨¢s de los sobrevivientes, en la barca de Fiorino estaban sus siete amigos. ¡°Todos son testigos y escucharon lo mismo. Les dije que en la filmaci¨®n se escuchar¨ªa al comandante diciendo que el protocolo no permite subir a los migrantes. Ah¨ª se pusieron m¨¢s nerviosos¡±.
¡ª?Y qu¨¦ hizo?
¡ªDije que no firmaba nada y me fui dando un portazo. Cannarile vino detr¨¢s como un perrito, cambiando el tono y hablando dulcemente: ¡°No te lo tomes a mal, solo firma este documento. Tengo una familia, una ni?a peque?a...¡±. Le respond¨ª: ¡°?Sabes cu¨¢ntos ni?os han desaparecido esa noche? No podr¨¦ nunca hacer una cosa as¨ª para intentar ayudarte¡±.
En el documental I giorni della tragedia, Grazia Migliosini, tripulante del Gamar, enfatiz¨®: ¡°Algo se hizo mal esa noche. Dicen que a las 7.20 el rescate estaba ah¨ª. Lo siento, es mentira. Alguien est¨¢ cubriendo el sistema. Nuestra prueba es que a las 7:15, Linda Barocci, amiga y abogada, ha grabado la llamada diciendo que desde hac¨ªa 45 minutos est¨¢bamos esperando a la Guardia Costera. Hab¨ªa 200 personas que salvar y no llegaba nadie¡±.
La Guardia Costera ¡ªque no respondi¨® a la petici¨®n de una entrevista de este diario en el mes de junio¡ª rechaz¨® las acusaciones en un comunicado dos d¨ªas despu¨¦s del hundimiento: ¡°Tras recibir la alerta por radio a las 7, inmediatamente intervinimos con nuestras unidades navales, que llegaron al naufragio antes de las 7.20¡±.
Esto fue respaldado por la entonces alcalde de Lampedusa, Giusy Nicolini, lo que decepcion¨® a los del Gamar. ¡°Nicolini dijo que el comandante (Fiorino) declar¨® por error que hab¨ªamos pedido rescate a las 6:35 en lugar de las 7:05. Perd¨®n, ?usted ha hablado con nosotros? No, nos ha escuchado nadie¡±, se quej¨® Migliosini.
Fiorino teme que ya se hayan perdido muchas pruebas: ¡°Las habr¨¢n eliminado. Quer¨ªan que les firmara ese documento para exculparse del retraso. Por eso, en un intento de adulaci¨®n, Cannarile dijo que hab¨ªa hablado con las altas esferas de la capitan¨ªa y de la presidencia, y que nos iban a dar la medalla de oro. A¨²n la estoy esperando¡±.
Efecto Cucchi
En diciembre de 2014, Fiorino hizo una declaraci¨®n espont¨¢nea ante la justicia. ¡°He hablado durante cinco horas, pero no ha tenido seguimiento. Hab¨ªa dado informaci¨®n muy precisa para ver si hab¨ªa una embarcaci¨®n militar cerca del naufragio¡±, dice.
¡°Un poco de justicia cada tanto es necesaria ¡ªreclama Fiorino¡ª. Si yo fuera responsable, estar¨ªa procesado. Y los militares no, ?por qu¨¦? Esto fue por indiferencia, una tragedia es distinto. Dejarlos la noche en el mar no est¨¢ bien¡±.
En su reciente declaraci¨®n judicial en el juicio contra los tripulantes del Aristeus, Fiorino ha vuelto a repetir cada detalle. ¡°Creo que han entendido que hay algo m¨¢s. Conf¨ªo en que algo puede cambiar¡±, dice.
¡ª?Por qu¨¦?
¡ªLos sobrevivientes pueden dar m¨¢s informaci¨®n. He llegado a la conclusi¨®n de que hasta ahora han silenciado estos testimonios. Se lo he dicho al juez y le he dado los nombres de los sobrevivientes.
¡ª?Del juicio a la tripulaci¨®n del Aristeus podr¨ªa surgir otro proceso?
¡ªPienso que s¨ª. Cuando he hablado de Cannarile y del intento de sacarme la firma, han registrado todo. Despu¨¦s de mi declaraci¨®n, han decidido llamar a Alessandro Marino (que conduc¨ªa la barca de Fiorino) y a Michele (Gambino). La justicia dijo que ser¨ªa oportuno escuchar a Cannarile, pero el abogado del Aristeus se opuso alegando que no se pod¨ªa llamar como testigo a una persona a la que un testigo, o sea yo, estaba acusando. Le dieron la raz¨®n. Dijeron que no lo llamar¨ªan como testigo. Creo que lo que puede suceder entonces es que acuda acusado.
Fiorino no pierde la esperanza de que se produzca un vuelco y suceda algo similar a lo que ocurri¨® con el emblem¨¢tico caso del asesinato de Stefano Cucchi, donde un carabiniere se quebr¨® y, diez a?os despu¨¦s, confes¨® ante la justicia que dos compa?eros le hab¨ªan dado una feroz paliza al joven, lo que le caus¨® la muerte. ¡°Qui¨¦n sabe si alguno de los que estaba en estas embarcaciones se hace un examen de conciencia y dice: '?por qu¨¦ debemos esconder una falta as¨ª?'. ?Qui¨¦n sabe si un d¨ªa alguien puede decir realmente qu¨¦ pas¨®? No estoy en contra de los militares de Lampedusa, a los que conozco y entre los que tengo amigos. Me enfado con las altas esferas, como el comandante Cannarile, incapaz de gestionar esa noche¡±, dice Fiorino. ¡°Espero que pase como con Cucchi: que alguien se sienta mal y declare lo que sabe. Son esos secretos que en alg¨²n momento salen a la luz¡±.
El monumento de la memoria
La tragedia del 3 de octubre de 2013 encierra varias desgracias. Como que la mayor¨ªa de los cuerpos no fueron identificados y ni siquiera se sabe d¨®nde est¨¢n porque fueron enterrados en diferentes cementerios en Sicilia.
"Por parte de las instituciones, la memoria fue gestionada de un modo superficial y negativo. Organizaron un funeral de Estado en Agrigento, y no en Lampedusa, sin ata¨²des, ni muertos", recuerda Fiorino, que propuso hacer un memorial en Lampedusa con todos los ata¨²des. "Un cementerio para ellos. Era un modo de respetarlos, ?no? Pero ya no suceder¨¢. Esta gente fue enterrada con un n¨²mero del 1 al 366. Muy desagradable. Se busca invisibilizar la tragedia".
Por eso, Fiorino, que ha sido carpintero gran parte de su vida, ha construido un monumento que busca recordar a los 366 muertos: ¡°Es un espiral de 2,7 metros de altura donde ir¨¢n todos los nombres y terminar¨¢ en el terreno, que representa el mar¡±.
El monumento Nuova Speranza, financiado por la asociaci¨®n Gariwo, fue inaugurado el pasado 3 de octubre en la plaza Piave a las 3:30, la hora del naufragio.
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