El cruel destino de Brandon Routh, el ¡®Superman¡¯ destinado al estrellato que cay¨® en el olvido

Existe una dimensi¨®n paralela en la que hoy todos los medios est¨¢n comentando que Brandon Routh (Des Moines, Iowa, 1979) cumple cuarenta a?os. En esa dimensi¨®n la pel¨ªcula Superman Returns (Bryan Singer, 2006) ha sido un ¨¦xito en todo el mundo y Routh, su protagonista, se ha convertido en una gran estrella que ha protagonizado dos secuelas de la misma y que ha sido saludado por Hollywood como un gal¨¢n cl¨¢sico para el siglo XXI. Pero eso ocurri¨® en una dimensi¨®n paralela: en la nuestra, la pel¨ªcula fue una decepci¨®n en taquilla. Recaud¨® 200 millones de d¨®lares en Estados Unidos, una cifra asombrosa, pero insuficiente para una superproducci¨®n que cost¨® m¨¢s de 270. Y Brandon Routh es un nombre que, m¨¢s all¨¢ de los seguidores de la saga y cin¨¦filos casuales, no le suena a nadie.

¡°Cuando dedicas a algo tanto tiempo y tanta pasi¨®n, es muy duro que a la gente no le guste. Pero lo que s¨¦ ahora, que fue muy dif¨ªcil aceptar entonces, es que no puedes hacer feliz a todo el mundo. Simplemente, no puedes. Y no pasa nada¡±

Brandon Routh

Routh es la definici¨®n del chicarr¨®n bien estadounidense. Hijo de una profesora y un carpintero y criado en una familia metodista y en una ciudad peque?a (en Norwalk, de menos de diez mil habitantes), ha estado obsesionado por Superman desde peque?o y ya en el instituto destacaba en teatro y en deportes, lo cual unido a su aspecto de gal¨¢n marc¨® su futuro: con veinte a?os se mud¨® a Los ?ngeles para intentar ser actor.

Estamos a comienzos de siglo. En los despachos de Hollywood se gestaba una nueva entrega de Superman que llevaba a?os en la estacada tras el desastre cr¨ªtico y comercial de Superman IV: en busca de La Paz (1987), que con sus pobres efectos especiales y su cuestionable guion ha quedado para la posteridad como un producto de culto freak. Casi todas las grandes estrellas de los noventa y principios de los dos mil estuvieron en las quinielas para ser el nuevo Superman, desde Keanu Reeves hasta Ashton Kutcher. El que estuvo m¨¢s cerca de conseguirlo fue Nicolas Cage, del que existen hasta fotos con pruebas del traje para la pel¨ªcula que estuvo a punto de dirigir Tim Burton.

V¨ªdeo con las pruebas de vestuario de Nicolas Cage para Superman, que son hoy toda una curiosidad para los admiradores de la saga.

Cuando Bryan Singer (director hoy ca¨ªdo en desgracia tras varias denuncias de adolescentes, aunque a eso volveremos luego) tom¨® las riendas del proyecto en 2004 e insisti¨® en que el nuevo Superman no deber¨ªa ser una estrella, sino un actor desconocido, como en su d¨ªa fue Christopher Reeve (el Superman m¨¢s querido y reconocido gracias a la pel¨ªcula de 1978). Aqu¨ª entr¨® en juego la suerte.

Routh, que sobreviv¨ªa en Los ?ngeles combinando sus labores de actor (desde telecomedias a v¨ªdeos de Christina Aguilera) con el trabajo de camarero, se presentaba a todas las pruebas que surg¨ªan para hacer de Superman con diferentes directores atados al proyecto. Una de las pruebas en v¨ªdeo que hizo fue para el director McG (nombre art¨ªstico de Joseph McGinty), que durante unos meses se encarg¨® del proyecto, pero aquello finalmente se cay¨®.

Pero ese v¨ªdeo acab¨® en buenas manos: en las de Singer, que se qued¨® impresionado por el parecido entre Brandon Routh con el h¨¦roe original dibujado en los c¨®mics de DC y tambi¨¦n por su aire a Christopher Reeve, que hab¨ªa fallecido poco antes y permanec¨ªa en la memoria de todos los espectadores.

El 22 de octubre de 2004, los medios especializados en cine dieron la gran noticia: Superman ya ten¨ªa nuevo rostro. Todos saludaron a Routh como la superestrella del ma?ana y comenz¨® la maquinaria de entrevistas promocionales para ensalzar a aquel chico con aspecto de buenazo. ¡°?C¨®mo est¨¢s lidiando con la fama?¡±, le pregunt¨® la BBC. ¡°?Est¨¢s preparado para que tu vida cambie para siempre?¡±, le pregunt¨® Entertainment Weekly, que le dedic¨® varias portadas entre 2005 y 2006.?

Sorpresa: no sucedi¨®. Superman Returns fue una peque?a decepci¨®n en taquilla y es, probablemente, la ¨²ltima de una estirpe: las pel¨ªculas de superh¨¦roes amables y luminosas. Justo el a?o anterior (2005) se hab¨ªa estrenado con gran ¨¦xito de cr¨ªtica y p¨²blico Batman Begins, de Christopher Nolan, que redefini¨® el acercamiento al g¨¦nero de superh¨¦roes. M¨¢s oscuro, m¨¢s atormentado, m¨¢s adulto. A Batman le daba vida Christian Bale, actor de car¨¢cter con mala leche, fama de insoportable y una m¨¢quina de dar titulares a los medios. Pero Brandon Routh era un tipo feliz: una familia amable, buen car¨¢cter, apasionado de Superman y sin una sola mancha en su curr¨ªculum con la que contentar a los tabloides y dar cancha a las relaciones p¨²blicas. Estaba listo para ser una gran estrella, s¨ª¡­ de los a?os setenta.

Los a?os posteriores a 'Superman Returns' fueron duros para Routh, que no solo viv¨ªa un fracaso, sino el fracaso de un proyecto que hab¨ªa perseguido desde ni?o

La leyenda fomentada por el estudio de que el bulto de sus calzoncillos rojos era demasiado grande y el estudio casi se ve obligado a reducirlo con efectos especiales tampoco funcion¨® para crear inter¨¦s. ¡°Brandon Routh no tiene carisma¡±, escribi¨® el hist¨®rico cr¨ªtico del Chicago Sun Times, Roger Ebert, ya fallecido. Y esa fue la t¨®nica general. ¡°Puse mi coraz¨®n y mi alma en esa pel¨ªcula¡±, declar¨®?Routh a un medio local de Des Moines, su ciudad natal. ¡°Cuando dedicas a algo tanto tiempo y tanta pasi¨®n, es muy duro que a la gente no le guste. Pero lo que s¨¦ ahora, que fue muy dif¨ªcil aceptar entonces, es que no puedes hacer feliz a todo el mundo. Simplemente, no puedes. Y no pasa nada¡±.

Las ilusiones estaban puestas y Warner ten¨ªa incluso fecha de estreno para una nueva entrega de Superman, con Routh tambi¨¦n de protagonista: ten¨ªa que haber llegado en el verano de 2009. Hab¨ªa dos secuelas firmadas. Pero tras la tibia acogida, fueron canceladas. Una maldici¨®n parece perseguir a esa pel¨ªcula: ni la carrera de Routh (Superman) ni de Kate Bosworth (Lois Lane) arrancaron, y tanto el director (Bryan Singer) como el villano de la cinta (Kevin Spacey daba vida a Lex Luthor) han sido desterrados de Hollywood tras ser acusados de acoso sexual.?

Los a?os posteriores a Superman Returns fueron duros para Routh, que no solo viv¨ªa un fracaso, sino el fracaso de un proyecto que hab¨ªa perseguido desde ni?o. De gran superestrella del ma?ana a protagonizar Flint (2007), una pel¨ªcula independiente que tuvo un estreno limitado y se comercializ¨® en DVD, y ?Hacemos una porno? (2008), comedia de Kevin Smith donde tuvo un papel secundario. Lo que le ocurri¨® en Informers (2009) fue todav¨ªa peor: todas sus escenas fueron borradas en el metraje final. Un papel secundario en la cinta de acci¨®n Scott Pilgrim contra el mundo tampoco ayud¨®: la pel¨ªcula fue otro fracaso. Al menos, esta vez no fue culpa suya.

Todo lo que hizo despu¨¦s no merece ni menci¨®n: subproductos de terror, de deporte o de ciencia ficci¨®n que no tuvieron oportunidad ni en el videoclub, porque ya no existen.

En 2016 volvi¨® al mundo de los c¨®mics DC al interpretar a otro superh¨¦roe en televisi¨®n, Ray Palmer, El ?tomo, en la tercera temporada de Arrow. Esa oportunidad le ha llevado a poder quitarse la espinita clavada y volver a ponerse el traje de Superman. Lo hace en Crisis on Infinite Earths (Crisis en las Tierras infinitas), otra entrega del Arrowverso. ?Qu¨¦ es el Arrowverso? Es una franquicia de ficci¨®n formada por series de televisi¨®n en la que aparecen personajes de DC C¨®mics. Routh vuelve a dar vida a Superman, por fin, pero esta vez un Superman cuarent¨®n que ya tiene canas.

¡°Cuando ten¨ªa 25 a?os pens¨¦ que iba a hacer de Superman para siempre¡±, ha confesado Routh a Entertainment Weekly. ¡°Por supuesto, eso no sucedi¨®. Esta es una oportunidad para decir hola y adi¨®s al personaje de una manera que no me permitieron hacerlo la primera vez¡±. La serie llegar¨¢ el 8 de diciembre (todav¨ªa no se sabe cu¨¢ndo y a qu¨¦ plataforma en Espa?a). Hoy, cuando Routh sopla cuarenta velas, puede decir que su deseo se ha cumplido. En parte.