La historicidad de la ciudad a trav¨¦s del grafiti

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Recientemente, la calle se ha convertido en el espacio de reivindicaci¨®n, de tensiones y conflictos en distintas ciudades del mundo desde Hong Kong a Beirut, de Santiago de Chile a Quito y Barcelona. Y, es precisamente a trav¨¦s del espacio de protesta y de movilizaci¨®n ciudadana donde se puede leer y apreciar un paisaje urbano que narra, recalifica y aporta un significado tanto singular como colectivo de lo que est¨¢ sucediendo en cada una de estas ciudades.

A pesar de la frustraci¨®n frente a algunas medidas de los estados, cada una de estas ciudades tiene su particularidad y esta ola de protestas urbanas no debe generalizarse, ni agruparse en un mismo saco. De todos modos, en todas ellas, hay un fen¨®meno que se mantiene como constante: los mensajes que aparecen en la esfera p¨²blica. En este sentido, es interesante la recurrencia a la lectura de la ciudad a trav¨¦s de los mensajes en los muros y paredes, ya sean grafitis u otras manifestaciones art¨ªsticas.

Para muchos, el grafiti es entendido como una pr¨¢ctica marginal ¨Cdebido principalmente a su condici¨®n de clandestinidad, ilegalidad y anonimato¨C aunque tambi¨¦n es una forma para entender y descifrar determinados momentos de la historia de las ciudades. De este modo, los mensajes escritos en las paredes explican situaciones concretas que ayudan a entender determinados grupos, y forman parte de la cotidianidad que nutre el paisaje urbano. As¨ª, el grafiti ¨Ccomo medio art¨ªstico espont¨¢neo e inmediato¨C tiene una carga vital para entender la historia del panorama urbano.

Tambi¨¦n se asocia su car¨¢cter marginal con las caracter¨ªsticas espaciales del lugar. Es decir, muchos hablan de la apropiaci¨®n de los espacios residuales y las fisuras de la trama urbana para emplazar ¡°territorios del grafiti¡±. Pero, cabe destacar que los ¨²ltimos acontecimientos que han sucedido en la ciudad condal son una muestra clara de que el grafiti est¨¢ directamente relacionado a los eventos sociales, pol¨ªticos, econ¨®micos y culturales. El grafiti (y muchas otras manifestaciones art¨ªsticas) est¨¢ estrechamente ligado al desarrollo urbano, crea nuevos territorios y se manifiesta a trav¨¦s de distintas tipolog¨ªas, mensajes y actitudes.

Centr¨¢ndonos en lo sucedido en Barcelona durante el mes de octubre, movilizaciones masivas buscaron crear un nuevo ¡®momentum¡¯ pero, a la vez, en estas marchas pac¨ªficas se sumaron otros movimientos como el antisistema y el anticapitalista que se pudieron apreciar a trav¨¦s de las pintadas que han ido apareciendo en distintos muros y mobiliario urbano del centro de Barcelona.

A modo de ejemplo, la inscripci¨®n ACAB (All Cops Are Bastards, traducido como ¡®todos los polic¨ªas son bastardos¡¯) que tambi¨¦n corresponde al n¨²mero 1312 (la A es el 1, C es el 3¡­) se ha podido leer en muchas locaciones del centro. De la misma manera, se han detectado otros mensajes que exig¨ªan di¨¢logo, respeto, paz, la eliminaci¨®n de banderas y fronteras, as¨ª como tambi¨¦n simbolog¨ªa fascista.

La calle es un cauce de expresi¨®n donde nacen, confluyen y conviven infinidad de mensajes y expresiones que narran una realidad o un estado de ¨¢nimo desde el planeamiento de nuevas estrategias comunicativas. La calle nunca es ni debe ser neutral, sino que debe seguir conserv¨¢ndose como un espacio de di¨¢logo constante entre distintos, como espacio de confrontaci¨®n y de encuentro. La calle, entonces, debe tambi¨¦n ser entendida como el soporte m¨¢s inmediato para exponer y narrar ideas, visiones, ideolog¨ªas y el descontento social.

El grafiti, a pesar de su car¨¢cter ef¨ªmero y temporal, recalifica las paredes como portadoras de la historicidad de la ciudad; es decir, el muro es el espacio de expresi¨®n que sostiene la historia, la ideolog¨ªa e identidad de la ciudad, portador y enriquecedor del di¨¢logo social. De ah¨ª, que muchos sostengan que las paredes hablan lo que la sociedad calla.

Guste o no, hemos aprendido y seguiremos aprendiendo mucho a trav¨¦s de las paredes.