Faith
Tanto ruido y palabrer¨ªo, cuando lo urgente es el firme compromiso de todos, algunos o pocos por abrazar aunque sea de lejos a los ni?os sobrevivientes de la masacre a la familia LeBar¨®n
Fe, tu nombre y lo ¨²nico que nos queda. Faith, que viviste la pesadilla del infierno, las llamas y el horror, rodeada de muerte para sobrevivir, ?por qu¨¦?
Solo se me ocurre dejarte una flor morada y repetir como mantra los nombres de tres j¨®venes madres que viajaban con 14 ni?os en un desolado camino de tierra entre Sonora y Chihuahua. Balas y fuego a sangre fr¨ªa. El tiempo que se congela en el ardor de la desesperaci¨®n y en el inmenso vac¨ªo de las explicaciones sinsentido, las conjeturas al vuelo, los comentarios innecesarios, las estrategias post mortem, las justificaciones inventadas, los supuestos imperdonables, la ira como retribuci¨®n posible¡ tanto ruido y palabrer¨ªo, cuando lo urgente es el firme compromiso de todos, algunos o pocos por abrazar aunque sea de lejos a Faith y los otros ni?os sobrevivientes. De paso, abrazar a las cenizas de todos los muertos y al desahucio del inmenso mar de arena que nos llena el alma de desasosiego y desesperaci¨®n.
El compromiso de que Faith crezca con los nombres de sus muertos en espa?ol y en ingl¨¦s, que pueda caminar el paisaje con un perd¨®n invaluable en el alma cuando llegue como utop¨ªa inconcebible la paz que merecen sus ojos, los frutos que cultiven sus manitas sin planes de luto. Faith, te regalo una flor morada dibujada porque hay adultos que simplemente no encontramos palabras para darte el p¨¦same ¨Ca ti, que quiz¨¢ a¨²n no hablas¡ªo a los restos de tus afectos que inexplicablemente cayeron acribillados en una emboscada sinsentido y sinraz¨®n.
Te dejo la flor en las manitas muchos a?os antes de que alguien te ense?e la palabra justicia, contra el fervor de la venganza; que cada p¨¦talo lo deshojes a?os antes de que alguien te explique el milagro de la paz y la etimolog¨ªa de guerra; y quiero que la flor te acompa?e en sue?os donde quiz¨¢ te llegue alg¨²n d¨ªa el alivio de que hay un sendero iluminado por donde todos los amores que nos fueron arrebatados en vida han de reencontrarnos para volver a volar juntos y te dejo la flor para que por lo menos durante un leve instante jam¨¢s olvides el horror que ahora se queda como tatuaje, aligerado por la sonrisa intacta de tu madre, los cari?os que te llegaron a dar tus hermanos o primos o pares, los gemelitos Tiana y Titus de ocho meses de edad y las otras madres en una fila de camionetas que parece diligencia de exploradores de a?os atr¨¢s, cruzando el desamparado camino entre todos los peligros del mundo. Te dejo la flor y te prometo desde este p¨¢rrafo que intentar¨¦ que nadie, jam¨¢s, nunca¡ logre volver a mancillar tu hermoso nombre que ha de marcar como aliento cada nuevo minuto de la toda la vida que te queda por delante.
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