El museo que inspira premios Nobel
El astrof¨ªsico canadiense de origen chileno Mauricio Bitran, que dirige uno de los dos museos de ciencia m¨¢s antiguos del mundo, defiende que facilitar el acceso a la ciencia desde los 7 a?os es clave para la democracia
Mauricio Bitran dirige un museo cuyo lema es ¡°por favor, toca todo lo que veas¡±. El Centro de Ciencia de Ontario, en Canad¨¢, fue fundado en 1969 y es uno de los museos de ciencia interactivos m¨¢s antiguos del mundo, explica Bitran, doctor en astrof¨ªsica nacido y educado en Chile (La Serena, 1954) y emigrado a Canad¨¢ en los a?os 80, pa¨ªs del que actualmente ostenta la nacionalidad. La instituci¨®n es una especie de Museo del Prado de la ciencia con un presupuesto anual de unos 25 millones de euros, unas ocho veces m¨¢s que el Museo Nacional de Ciencia y Tecnolog¨ªa de A Coru?a, el mayor centro estatal de este tipo en Espa?a.
A lo largo de su carrera Bitran ha pasado de estudiar radioastronom¨ªa a ser asesor gubernamental en temas relacionados con ciencia, agricultura y comercio. De viaje en Espa?a para impartir una conferencia en la universidad, el cient¨ªfico explica en esta entrevista la importancia de los centros como el que dirige para generar nuevas vocaciones cient¨ªficas. En su opini¨®n nunca es demasiado pronto para empezar a explicarles a los ni?os qu¨¦ es la ciencia y por qu¨¦ la necesitar¨¢n para vivir en el mundo de ma?ana.
Pregunta. ?Los pol¨ªticos y los cient¨ªficos viven de espaldas?
Respuesta. M¨¢s bien es nuestra tendencia a analizar y dividir la que ha separado las humanidades de la ciencia, no es culpa de los pol¨ªticos. O eliges ciencia y te especializas en eso y tienes una manera de pensar y de ver el mundo, o te especializas en pol¨ªticas p¨²blicas, en ciencias pol¨ªticas, humanidades, y tienes otro lenguaje, otra manera de ver las cosas. La mayor¨ªa de la gente que hace pol¨ªticas p¨²blicas viene del mundo de las humanidades, no de la ciencia, pero muchos de los problemas que enfrentamos actualmente est¨¢n basados en la ciencia, como la inteligencia artificial o el cambio clim¨¢tico. Muchos cient¨ªficos ignoran tambi¨¦n c¨®mo se hacen las pol¨ªticas p¨²blicas. Yo he intentado crear un curso, el ¨²nico que conozco en Canad¨¢, que intenta crear un puente entre estas dos culturas. Darles un lenguaje com¨²n para que puedan dialogar.
?P. Usted ha sido asesor del Gobierno de su provincia ?los pol¨ªticos hacen caso de sus asesores en este campo?
R. La ciencia es mucho m¨¢s simple que la pol¨ªtica porque hay menos variables. Es necesaria la educaci¨®n de los cient¨ªficos para que entiendan la pol¨ªtica y c¨®mo se hacen pol¨ªticas p¨²blicas y tambi¨¦n al rev¨¦s, para que los pol¨ªticos entiendan mejor c¨®mo funciona la ciencia y saber qu¨¦ preguntas puede responder. Lo que m¨¢s me preocupa ¡ªy esto lo hemos visto en un sondeo reciente que hicimos en el Centro de ciencias de Ontario¡ª es que en general en la poblaci¨®n hay una preocupante desconfianza en la ciencia. La poblaci¨®n piensa que su opini¨®n es tan buena como cualquier otra. La opini¨®n y los hechos empiezan a tener la misma validez y eso es grav¨ªsimo.
La ciencia es mucho m¨¢s simple que la pol¨ªtica porque hay menos variables
P. ?La forma de hacer pol¨ªtica de algunos l¨ªderes puede estar agravando este problema?
R. No les echar¨ªa a ellos la culpa. M¨¢s bien hay una degradaci¨®n del discurso en la sociedad. Hoy hay menos profundidad y extensi¨®n en el an¨¢lisis. Incluso ahora algunos cient¨ªficos, en lugar de presentar sus resultados con precauci¨®n, lo hacen de una forma sensacionalista para tener m¨¢s visibilidad. Todo son estudios rompedores y as¨ª la gente no sabe qu¨¦ pensar. Es un problema general de nuestras sociedades.
P. ?Qu¨¦ soluciones hay?
R. Educar a la poblaci¨®n. Hay que infundir el esp¨ªritu cr¨ªtico a los ni?os desde peque?os, a los siete u ocho a?os. Han hecho falta unos 30 a?os hasta llegar al punto de descr¨¦dito de la ciencia actual, ha sido un proceso lento pero continuo. La soluci¨®n tampoco ser¨¢ a corto plazo. Lo que hacen los museos de ciencia es producir un incentivo, un inter¨¦s fuera del contexto de la escuela, por eso se les llama centros informales. Los chavales est¨¢n deslumbrados por jugadores de f¨²tbol, artistas de cine, pero entre los h¨¦roes de nuestra sociedad no est¨¢n los cient¨ªficos.
P. ?C¨®mo se acercan a los chavales j¨®venes?
R. Tenemos tres pilares estrat¨¦gicos. Uno es la innovaci¨®n juvenil. Tenemos un premio de innovaci¨®n para chavales de 14 a 18 a?os [dotado con un primer premio de 10.000 euros]. Uno de los ganadores desarroll¨® un sistema para medir el pulso, la presi¨®n arterial, la saturaci¨®n de ox¨ªgeno en sangre con un dispositivo inal¨¢mbrico que se pone en el dedo. ?l escribi¨® el programa que hace un cribado para determinar a qui¨¦n hay que atender primero en una situaci¨®n de muchos heridos, por ejemplo. Tiene 15 a?os. ?l mismo imprimi¨® en 3D el dispositivo, valid¨® las mediciones, escribi¨® el software... Esto sirve para darle un cauce a los intereses cient¨ªficos de los j¨®venes e incluso ayudar a que sus inventos pasen al sistema de innovaci¨®n regional.
Hay que infundir el esp¨ªritu cr¨ªtico a los ni?os desde los siete u ocho a?os
P. ?Hay una forma de medir el impacto que tiene el museo?
R. Es dif¨ªcil. Hay una medida que no es muy cuantitativa, pero s¨ª importante. Hemos ido coleccionando historias de gente que se ha destacado en la ciencia e ingenier¨ªa. Donna Strickland, que gan¨® el premio Nobel de F¨ªsica el a?o pasado y es la tercera mujer que gana este premio en toda la Historia, nos cont¨® que cuando ten¨ªa 10 a?os vino al Centro de Ciencias de Ontario con su familia y vio l¨¢seres por primera vez. 35 a?os m¨¢s tarde gan¨® el Nobel por un trabajo relacionado con el l¨¢ser. El astronauta Chris Hadfield dice que unos meses despu¨¦s del alunizaje del Apolo 11 en julio de 1969 vino al centro y vio expuesta una de las rocas lunares tra¨ªdas por esa misi¨®n. Eso le aclar¨® lo que quer¨ªa hacer en la vida. Tenemos 50 historias como esta. Desde que abrimos hemos tenido m¨¢s de 53 millones de visitas. Cada a?o hay 180.000 alumnos que nos visitan. Entonces ese impacto se multiplica, aunque es dif¨ªcil ponerle n¨²meros exactos. En general estos centros son como un repositorio universal del conocimiento. Si tienes un familiar cient¨ªfico eso es capital que hay ya en tu familia. Pero si no lo tienes, ?d¨®nde lo adquieres? Estos centros intentan ser la respuesta.
P. ?Deber¨ªan tener todos los pa¨ªses centros como este?
R. Nuestras econom¨ªas dependen de la innovaci¨®n. ?C¨®mo haces que esta forme parte de lo que las nuevas generaciones quieren hacer? Yo creo que no hay que esperar a la universidad. Cuando tienes 18 a?os ya tienes tu idea del mundo y si no eres innovador a esa edad no lo vas a ser despu¨¦s. Si intervienes antes hay m¨¢s posibilidades. Es muy importante tener centros como estos que no deben ser considerados centros culturales sino parte del ecosistema de innovaci¨®n. S¨ª, estas instituciones forman una parte clave del fomento de la ciencia y la tecnolog¨ªa. En China se han dado cuenta y est¨¢n construyendo centros de ciencia en 129 ciudades, de un mill¨®n de habitantes. En Shenzhen est¨¢n rehaciendo el paseo mar¨ªtimo y la parte central ser¨¢ un centro de ciencia. Estos centros tambi¨¦n juegan un rol social. Si tenemos una poblaci¨®n que no est¨¢ interesada en la ciencia, no la conoce, ?c¨®mo va a participar en el debate de los temas que afrontamos como sociedad, que tienen base cient¨ªfica? Por eso lo que hacemos en estos museos est¨¢ relacionado con la democracia.
Pensar que los inmigrantes nos quitan el trabajo no est¨¢ basado en los hechos
P. Un tema sobre el que usted ha trabajado es el de lo que aportan los inmigrantes a la sociedad ?Qu¨¦ dicen los datos?
R. Yo hice un trabajo sobre la influencia positiva de los inmigrantes en Canad¨¢. Los inmigrantes son una fuerza din¨¢mica importante en la econom¨ªa y la vida intelectual de un pa¨ªs. Hay un efecto de selecci¨®n. La gente que emigra es la que tiene la fuerza, la inquietud, la confianza en s¨ª mismo para salir adelante viviendo en otro pa¨ªs. En ese estudio quedaba patente la enorme contribuci¨®n de los inmigrantes a la econom¨ªa de Canad¨¢. Pensar que los inmigrantes nos quitan el trabajo no est¨¢ basado en los hechos, en el conocimiento.
P. En unos d¨ªas Madrid acoger¨¢ la cumbre del clima de Naciones Unidas ?Es este un ejemplo de lo dif¨ªcil es hacer que pol¨ªtica y ciencia caminen de la mano?
R. Yo lo veo desde el punto de vista de las atm¨®sferas planetarias. Los procesos de cambio clim¨¢tico en atm¨®sferas planetarias son no lianeales, sino que empiezan despacito, despacito y despu¨¦s agarran vuelo y van muy r¨¢pido. Mientras nosotros discutimos esto va avanzando y cuando los efectos sean evidentes va a ser demasiado tarde. Alguna gente puede pensar que limitar que suba dos grados la temperatura media mundial, no es tan importante. Pero es que cuando la temperatura global promedio de la Tierra era solo cuatro grados m¨¢s baja que ahora en Toronto, donde yo vivo, hab¨ªa una capa de hielo de dos kil¨®metros de grosor. Cuando en el pasado la temperatura era dos grados m¨¢s alta que ahora los niveles del mar eran casi 10 metros m¨¢s altos. Los efectos van a ser enormes y van a venir r¨¢pido, y mientras llegan estamos perdiendo el tiempo. Es un problema de una urgencia enorme.
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