?Por qu¨¦ el retorno de los emigrantes desde Europa le est¨¢ creando problemas a Gambia?

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Aproximadamente 38 500 gambianos abandonaron el pa¨ªs por medios ¡°irregulares¡± entre 2013 y 2017, lo que hace que hoy en d¨ªa casi todas las familias tengan lazos con el extranjero. La afluencia de inmigrantes a Europa y otros lugares fue causada por la opresi¨®n pol¨ªtica del expresidente Yahya Jammeh y ello afect¨® tambi¨¦n gravemente las perspectivas econ¨®micas de la poblaci¨®n joven de Gambia.

Como consecuencia, un gran n¨²mero de ciudadanos, en su mayor¨ªa hombres j¨®venes, buscaron asilo en Europa, pero a muy pocos se les permiti¨® quedarse. Y, menos a¨²n, cuando Jammeh fue derrocado despu¨¦s de las elecciones de 2017 y el pa¨ªs volvi¨® a la democracia. Recientemente, ha habido un gran impulso por parte de los estados miembros de la Uni¨®n Europea (UE) para devolver a Gambia a los solicitantes de asilo rechazados.

La cuesti¨®n de los retornos es particularmente vol¨¢til en esta naci¨®n del ?frica occidental de 2 millones de habitantes, como se refleja en la prensa nacional y europea. En noviembre de 2018 se produjo un ligero aumento de las deportaciones a Gambia, despu¨¦s de que la UE y el Gobierno alcanzaran un acuerdo de ¡°buenas pr¨¢cticas¡± para unos procedimientos de retorno eficaces.

Esta intensificaci¨®n de la cooperaci¨®n fue posible gracias al cambio de gobierno en 2017, cuando Adama Barrow se convirti¨® en presidente despu¨¦s de las elecciones, como explicamos en nuestra investigaci¨®n titulada La econom¨ªa pol¨ªtica de la gobernanza migratoria en Gambia.

A pesar de la cooperaci¨®n inicial con la UE en materia de retorno, en marzo de 2019 el gobierno de Barrow impuso una moratoria sobre cualquier deportaci¨®n de sus nacionales desde la UE. Tras un estancamiento de varios meses, la pr¨®rroga se ha levantado. Pero, aunque la moratoria fuera temporal, sirvi¨® al gobierno para gestionar problemas de legitimidad interna.

Retos en las relaciones

La expulsi¨®n de Jammeh puso fin a a?os de dura represi¨®n y corrupci¨®n que desanimaron a los pa¨ªses donantes a cooperar con Gambia. Cuando se march¨®, el pa¨ªs estableci¨® relaciones positivas con la UE, que se ha convertido en su principal socio para el desarrollo; proporciona 55 millones de euros de apoyo presupuestario y dirige tres proyectos para abordar las causas profundas de la inestabilidad, los desplazamientos forzados y la migraci¨®n irregular. La moratoria se convirti¨® en una prueba de tensi¨®n para este nuevo marco de relaciones.

Antes de que se impusiera la pr¨®rroga en marzo de 2019, el gobierno hab¨ªa comenzado a cooperar con la UE en cuestiones relacionadas con los retornos. Por ejemplo, envi¨® misiones peri¨®dicas a Europa para expedir documentos de identidad a sus nacionales a fin de facilitar el retorno.

Las relaciones comenzaron a deteriorarse cuando los gobiernos europeos incrementaron las expatriaciones de un modo que las autoridades de Gambia consideraron incoherente con el acuerdo de ¡°buenas pr¨¢cticas¡±. El acuerdo estipula que el n¨²mero de personas que regresan no debe superar la capacidad del pa¨ªs para recibirles y establece que se debe avisar con suficiente antelaci¨®n antes de que los solicitantes de asilo sean devueltos. Ambas disposiciones fueron supuestamente violadas.

Problemas en el hogar

Las devoluciones condujeron r¨¢pidamente a acalorados debates entre la poblaci¨®n en las redes sociales. El descontento alcanz¨® su punto m¨¢ximo en febrero de 2019 por el rechazo de un vuelo procedente de Alemania. Las autoridades de Banjul afirmaron que no hab¨ªan sido bien informadas al respecto e inicialmente les negaron la entrada. En marzo se produjeron manifestaciones p¨²blicas y la moratoria, de la que ya se hab¨ªa informado a los socios europeos, se declar¨® poco despu¨¦s.

La moratoria puede estar vinculada a ineficiencias diplom¨¢ticas y t¨¦cnicas, pero tambi¨¦n est¨¢ relacionada con un problema fundamental para el gobierno de Barrow. Al cooperar con la UE en materia de retorno, pone en peligro su legitimidad porque, en general, la mayor¨ªa de los gambianos en Europa no quiere volver a casa.

La euforia inicial que rode¨® la transici¨®n democr¨¢tica, sin embargo, est¨¢ desapareciendo. Muchos procesos de reforma, como en el sector de la seguridad y en el entorno de los medios de comunicaci¨®n, se est¨¢n alargando. Para muchos la situaci¨®n econ¨®mica no ha mejorado. Permitir m¨¢s deportaciones desde la UE es percibido como una traici¨®n por muchos inmigrantes y sus familias.

Se sospecha que el gobierno desempe?a un papel activo en los retornos y se le acusa de ocultar informaci¨®n sobre sus relaciones con la UE y con estados miembros como Alemania. Paralelamente, el presidente Barrow est¨¢ tratando de alargar su mandato m¨¢s all¨¢ del per¨ªodo de transici¨®n de tres a?os acordado originalmente, que finalizar¨¢ en enero de 2020. La oposici¨®n a estos planes, sin embargo, es generalizada.

En estos tiempos de tensi¨®n pol¨ªtica, pausar los retornos cumple una funci¨®n simb¨®lica al defender a los gambianos de los intereses extranjeros. El reciente levantamiento de la moratoria es pol¨ªticamente muy arriesgado y prepara el camino para m¨¢s operaciones de retorno planificadas, que son profundamente impopulares.

?Y ahora qu¨¦?

En general, Gambia tiene poco margen de maniobra. Depende en gran medida de la buena voluntad y del apoyo financiero de la UE para su proceso de reformas. En l¨ªnea con el enfoque desarrollista de la UE, la posici¨®n del Gobierno es preparar el terreno para repatriaciones m¨¢s ¡°humanas¡±, que requerir¨¢n m¨¢s tiempo y esfuerzos conjuntos.

Esto incluir¨ªa m¨¢s y mejores oportunidades de reintegraci¨®n para los migrantes retornados. La reintegraci¨®n ya es objeto de varios proyectos financiados por la Uni¨®n Europea. Se han puesto en marcha programas como el de la Organizaci¨®n Internacional para las Migraciones ¡°Asistencia de reintegraci¨®n posterior a la llegada¡± para los retornados de Europa. Sin embargo, solo atienden a un n¨²mero limitado de repatriados y no pueden satisfacer todas sus necesidades.

Es importante se?alar que el papel del Estado de Gambia en la prestaci¨®n de apoyo a la reintegraci¨®n ha sido marginal.

Con el levantamiento de la moratoria, la cooperaci¨®n entre la UE y Gambia se encuentra en una encrucijada. Si los estados miembros de la UE mantienen su enfoque de l¨ªnea dura sobre los retornados, el nuevo gobierno de Gambia continuar¨¢ luchando con los desaf¨ªos a su legitimidad, lo que podr¨ªa poner en peligro los esfuerzos de democratizaci¨®n.

Como alternativa, la UE podr¨ªa adoptar una postura m¨¢s cooperativa trabajando en soluciones m¨¢s hol¨ªsticas orientadas al desarrollo. Un punto de partida ser¨ªa abandonar los planes de devolver su pa¨ªs a un gran n¨²mero de solicitantes de asilo rechazados. El env¨ªo de grandes cantidades de migrantes nunca ha sido factible.

El Gobierno de Gambia ser¨¢ m¨¢s honesto en sus relaciones en materia de migraci¨®n con la UE si los acuerdos son justos y pr¨¢cticos. Y lo que es m¨¢s importante: si los gambianos tuvieran acceso a v¨ªas de migraci¨®n justas y pr¨¢cticas, se reducir¨ªan los casos de migraci¨®n irregular, que siguen siendo elevados.

Sin una mayor proporci¨®n de migraci¨®n legal, la cuesti¨®n del retorno seguir¨¢ siendo especialmente pol¨¦mica.

Judith Altrogge es investigadora en la Universidad de Basilea (Suiza) y Franzisca Zanker es investigadora s¨¦nior en el instituto Arnold Bergstraesser.

Este art¨ªculo, publicado previamente en The Conversation, ha sido traducido con la colaboraci¨®n de Casa ?frica. Traducci¨®n: Marta Hidalgo.

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