Testigos de la historia de Chile
La profunda desigualdad econ¨®mica ha movilizado al pueblo chileno como nunca antes para exigir un cambio ?Ahora qu¨¦ le espera a una de las econom¨ªas m¨¢s fuertes de Am¨¦rica Latina?
Viernes, 18 de octubre de 2019 ¡ªrecuerden esta fecha¡ª. Un alza de 30 pesos en el precio del metro esconde una realidad pestilente debajo de la alfombra, en el pa¨ªs m¨¢s desarrollado de Am¨¦rica Latina.
En la calle se nota nerviosismo, las estaciones de metro son centros neur¨¢lgicos donde empieza a fraguarse el levantamiento social m¨¢s importante en Chile de las ¨²ltimas d¨¦cadas. La gente pide que haya evasi¨®n en el pago del transporte: si los pol¨ªticos tambi¨¦n evaden impuestos, si las grandes empresas ven sus deudas con el fisco condonadas, ?Por qu¨¦ nosotros debemos pagar? Estos esl¨®ganes empiezan a apuntalar un movimiento en pura efervescencia.
Las noticias empiezan a alarmar, estaciones de metro ardiendo, hay revuelta en las calles, se han generado dos movimientos paralelos, por un lado, miles de personas en las calles con cacerolas protestando por las pensiones, la salud y la educaci¨®n, por otro, grupos antisistema sembrando el caos.
En este ambiente el presidente de la Rep¨²blica decreta el estado de emergencia, los militares toman el control de la calle, es 19 de octubre de 2019, pero, para algunos, viendo las patrullas del ej¨¦rcito y tanques en las calles, hemos vuelto a 1973.
En la tarde del s¨¢bado, el sonido de las cacerolas inunda la ciudad, de norte a sur, de oriente a poniente, el Chile acomodado y el Chile vulnerable, este movimiento no entiende de estrato social.
M¨¢s noticias, m¨¢s estaciones ardiendo, horas m¨¢s tarde empiezan los asaltos, los saqueos, Chile conoce sus horas m¨¢s bajas.
"Estamos en guerra". Con esta frase el presidente de la Rep¨²blica, siembra un desconcierto institucional y social. ?En guerra con qui¨¦n? ?Qui¨¦n es el enemigo? Esto exalta a¨²n m¨¢s la erupci¨®n social, nadie justifica los saqueos o la violencia, pero en este momento la mayor¨ªa de los chilenos adhiere al movimiento y a las protestas.
Empieza a cambiar a la conversaci¨®n, ya no hablamos de lo que est¨¢ pasando, sino de por qu¨¦ est¨¢ pasando. Si Chile es la econom¨ªa m¨¢s competitiva de Am¨¦rica Latina, si hemos logrado reducir la pobreza m¨¢s r¨¢pido que cualquier otro pa¨ªs, ?Por qu¨¦ pasa esto?
Pues pasa sencillamente, porque Chile es uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales del mundo, pasa porque hay 23.000 personas que acumulan en activos financieros lo equiparable a tres veces el presupuesto del estado, pasa porque m¨¢s del 70% de los trabajadores recibe salarios inferiores a 700 USD, pasa porque hay dos Chiles, juntos pero muy lejos.
S¨¢bado por la noche, empieza el toque de queda, no hab¨ªa una restricci¨®n as¨ª desde tiempos de Dictadura. Algunos con miedo se esconden en casa, otros deciden quedarse en las calles. El ej¨¦rcito de Chile, que en su historia ha matado a m¨¢s chilenos que extranjeros, tiene el control de las calles, hay enfrentamientos, fuego cruzado, millones de chilenos pegados a la televisi¨®n, algunos miles en la calle, ser¨¢ una noche muy larga.
Amanece el domingo, hacemos la cuenta de lo que ha pasado en la noche, dram¨¢tico, miles de detenidos, heridos, incendios, saqueos, esto no para, efectivamente, esto no va a parar. La conversaci¨®n sigue mutando, abundan las tertulias y debates en los medios, todos se preguntan, ?Por qu¨¦ no lo vimos venir? Hacerse esa pregunta es la respuesta. Si no lo vieron venir es porque viv¨ªan desconectados y ajenos a un sentimiento social que llevaba macer¨¢ndose d¨¦cadas, si alguien no lo vio, ese alguien sin duda es parte del problema.
Pasan los d¨ªas, el toque de queda se sigue extendiendo, la vida no vuelve a la normalidad, es dif¨ªcil movilizarse, comprar en los supermercados, la violencia se reduce, s¨ª, pero la protesta social sigue creciendo, hay miles de personas en las plazas. Entonces llega el anuncio de las primeras medidas expr¨¦s del gobierno, que vienen a poner un parche en el problema de fondo, pero eso no soluciona nada.
Chile no est¨¢ pidiendo una subida de pensiones, o una bajada en el precio de los medicamentos, aqu¨ª se est¨¢n sacudiendo los cimientos de un pa¨ªs que pide a gritos cambios estructurales. Los chilenos est¨¢n so?ando un pa¨ªs nuevo, dejando atr¨¢s un pasado econ¨®mico que sirvi¨® a los intereses de unos pocos, asfixiando y ahogando a muchos.
Se sienten los vientos de cambio, que cabalgan entre la vehemencia de algunos, de no parar, de seguir adelante, y la resignaci¨®n de otros, que creen que el sistema es demasiado poderoso como para ser derrotado.
Tal vez Chile pueda convertirse en el espejo de Am¨¦rica Latina, pero no por el crecimiento econ¨®mico o el liberalismo salvaje, sino por ser la cuna de un movimiento masivo y transversal que pone en evidencia que el mundo tambi¨¦n est¨¢ cambiando, que el modelo se agot¨®, que ya no aguanta m¨¢s.
Ahora se abre un periodo de reflexi¨®n colectiva, de construcci¨®n compartida, partiendo, ojal¨¢, por una asamblea constituyente que permita ver nacer una nueva constituci¨®n, que ampare los derechos fundamentales, que permita el progreso y crecimiento econ¨®mico de la mano del bienestar y la concordia social, y que no deje a nadie atr¨¢s.
Son d¨ªas hist¨®ricos en el sur del mundo.
*Rafael Moyano es director ejecutivo de la Corporaci¨®n Educacional Escuelas del Cari?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.