Nacen los dos primeros ¡®supers¡¯ cooperativos de Catalu?a
Abrir¨¢n las puertas a sus socios a lo largo del 2020
Barcelona y Manresa contar¨¢n con los dos primeros supermercados cooperativos de Catalu?a a lo largo del 2020, m¨¢s en concreto, en la segunda mitad del a?o. Los grupos promotores de ambos proyectos acaban de lanzar una campa?a de captaci¨®n de socios porque son ellos precisamente los pilares fundacionales de este tipo de iniciativas.
Me encant¨® leer en las webs de Food Coop BCN y Super Coop Manresa, que as¨ª se llaman respectivamente los nuevos supers, que el proyecto nace de la voluntad de grupos de base de consumo agroecol¨®gico de ir un paso m¨¢s all¨¢ en su compromiso. El supermercado, en otras ¨¦pocas tan denostado, puede reconvertirse a fin de cuentas en espacio de consumo serio y responsable.
Food Coop BCN espera contar con 1.000 socios para echar a andar, y en el caso de Super Coop Manresa, con 700.
Y me fascina ver que todo este movimiento social hacia un consumo m¨¢s sano, ecol¨®gico, local y empoderado es el resultado tambi¨¦n, entre otros muchos factores, de la proyecci¨®n del documental Food coop. Mucha estela ha dejado tras de s¨ª la pel¨ªcula que relata la gestaci¨®n del primer supermercado cooperativo, el decano Park Slope Food Coop de Brooklyn (en Nueva York). Lo contaba en el post La pel¨ªcula que crea supermercados.
En Francia, seis meses despu¨¦s de la proyecci¨®n, las iniciativas de supermercados cooperativos hab¨ªan pasado, como por arte de birlibirloque, de uno a una buena treintena. Y algo parecido est¨¢ sucediendo, parece, en Espa?a. Madrid abri¨® hace poco la veda. Publiqu¨¦ recientemente sobre los proyectos Supercoop, el super cooperativo de Lavapies y sobre La Osa, en Ventilla. Este ¨²ltimo, La Osa, prev¨¦ su inauguraci¨®n tambi¨¦n a mediados del 2020.
El Food Coop BCN y el Super Coop Manresa se han inspirado en los modelos precursores existentes en EEUU como el Slope Food Coop; en Francia, como La Louve; y en B¨¦lgica, como Bees Coop. En Barcelona y Manresa tambi¨¦n se pedir¨¢ a los socios tres horas de trabajo al mes, lo que permitir¨¢ reducir considerablemente los m¨¢rgenes y ofrecer unos precios m¨¢s asequibles, no s¨®lo de alimentaci¨®n de calidad ¡ªde preferencia ecol¨®gica y de proximidad¡ª sino en productos de menaje y de higiene personal.
En el modelo convencional de super estos productos acaban siendo m¨¢s caros o repercuten negativamente en el sentido que se atribuye una remuneraci¨®n m¨¢s baja ya sea al productor ya sea al personal del establecimiento. El modelo cooperativo busca que todos los implicados en la cadena alimentaria salgan beneficiados (el consumidor, el productor y el trabajador) a diferencia del modelo convencional, que se preocupa sobre todo de satisfacer a los accionistas aunque ello suponga crear perjuicios para trabajadores, productores y consumidores.
Food Coop BCN espera contar con una base de 1.000 socios para echar a andar, y en el caso de Super Coop Manresa los promotores aspiran a abrir las puertas con un m¨ªnimo de 700. A d¨ªa de hoy cuentan ya con 140. Para poder hacerse socio debe pagarse una cuota inicial e ¨²nica de 90 euros (en el caso de Barcelona) y 50 euros (para la cooperativa de Manresa), cuota que da derecho a comprar en el supermercado, te obliga a donar horas de trabajo voluntario a la cooperativa y permite tambi¨¦n participar en la toma de decisiones. Como dijo en la rueda de prensa de presentaci¨®n Nuria Vega, del Supermercado Cooperativo y Participativo, "el consumidor es propietario, trabajador y a la vez cliente". Existe la posibilidad tambi¨¦n de convertirse en socio colaborador, es decir, donar dinero simplemente para aupar la iniciativa sin convertirse en consumidor ni contribuir con horas de trabajo.
Ambos proyectos agrupan a consumidores concienciados, personas privadas, pero tambi¨¦n a otras cooperativas que ofrecer¨¢n servicios al supermercado. En el caso de Barcelona, se trata del Economat Social de Sants y del Menjador Ca la Rosa de la Sagrera. Y en el caso de Manresa, est¨¢n implicadas Frescoop-Mengem Bages y Cal Cases.
Ni un proyecto ni el otro saben a¨²n a ciencia cierta d¨®nde se ubicar¨¢n. En el caso de Barcelona se est¨¢n estudiando diversos espacios, de momento entre los barrios de Sant Andreu y el Clot. En el caso de Manresa van a presentarse al concurso para gestionar una parte del mercado municipal del Puigmercadal, que el Ayuntamiento tiene previsto convocar entre finales de 2019 y principios de 2020. Si no ganan el concurso tienen en perspectiva otros locales alternativos donde instalarse.
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