?Por qu¨¦ la temperatura corporal son 36 grados?

La raz¨®n es que esos entre 36 y 37 grados nos protegen de las infecciones. Diferentes estudios han demostrado que alrededor de los 36,7¡ãC es la temperatura m¨¢s eficiente: el calor corporal evita que nos infecten virus, bacterias y hongos con el menor consumo de energ¨ªa posible.

Se trata de un mecanismo adaptativo. Hace millones de a?os no exist¨ªan animales llamados ¡°de sangre caliente¡±. Todos los seres vivos ten¨ªan una temperatura corporal que cambiaba en funci¨®n de la ambiental, se llaman poiquilotermos. Pero la evoluci¨®n natural seleccion¨® a algunos seres capaces de regular su propia temperatura al margen de la que hubiera en el ambiente y mantenerla pr¨¢cticamente constante. Daba igual que fuera verano o invierno y que la temperatura ambiental variara enormemente, sus organismos segu¨ªan a una temperatura constante. Estos seres vivos se llaman homeotermos, conocidos tambi¨¦n como ¡°de sangre caliente¡±. Entre los vertebrados, las aves y los mam¨ªferos (como los humanos) son homeotermos y los reptiles, anfibios y peces son poiquilotermos.

En el siglo XIX se estudi¨® la temperatura corporal en muchas personas para hallar la media y se encontr¨® que era 36,5¡ãC. Aunque estudios m¨¢s recientes han fijado esa media en 36,7¡ãC. Tambi¨¦n se ha descubierto que la horquilla entre 36,5¡ãC y 36,7¡ãC es la temperatura m¨¢s eficiente para los humanos puesto que el cuerpo no necesita gastar excesiva energ¨ªa en producir ese calor y, por otro lado, es a la que se consigue que los hongos no ataquen a nuestro cuerpo. Es cierto que si se elevara la temperatura, el ataque de los hongos y otros microorganismos disminuir¨ªa todav¨ªa m¨¢s, pero a la vez, esa subida del calor corporal ser¨ªa excesiva para el organismo porque gastar¨ªa demasiado en producir calor.

El calor se produce gracias a los alimentos que nos proporcionan la energ¨ªa que permite funcionar a los mecanismos termorreguladores de nuestro organismo

Hay que tener en cuenta que el calor se produce gracias a los alimentos que nos proporcionan la energ¨ªa que permite funcionar a los mecanismos termorreguladores de nuestro organismo. Para tener una temperatura m¨¢s alta, necesitar¨ªamos comer m¨¢s, probablemente requerir¨ªamos estar continuamente aliment¨¢ndonos, lo que no ser¨ªa viable. Para no tener que estar comiendo todo el d¨ªa y mantener un riesgo bajo de infecciones, la evoluci¨®n del ser humano ha mantenido su temperatura ideal (desde el punto de vista energ¨¦tico y microbiol¨®gico) en una media de 36,7¡ãC.

Pero el aumento de la temperatura no act¨²a solo como mecanismo protector ante infecciones. Est¨¢ demostrado que el hipot¨¢lamo, la zona del cerebro que interviene en la regulaci¨®n de la temperatura, ante determinados est¨ªmulos empieza a liberar una sustancia llamada interleucina 1, que provoca un aumento de la temperatura. Es como un aviso para alertarnos de que algo sucede. Y es que cuando aumenta nuestra temperatura corporal nos encontramos mal, podemos tener sudores y eso da pistas para saber que algo le est¨¢ pasando al organismo. Tambi¨¦n en el caso contrario, si baja la temperatura, la circulaci¨®n comienza a funcionar mal, los vasos sangu¨ªneos empiezan a cerrarse (se produce una vasoconstricci¨®n), se te pueden poner los dedos fr¨ªos, incluso azules en algunas personas, y comienzas a tiritar como mecanismo de defensa para producir calor, entre otros efectos.

Aunque los humanos somos seres homeotermos, hay que rese?ar que la temperatura no es totalmente constante

Aunque los humanos somos seres homeotermos, hay que rese?ar que la temperatura no es totalmente constante. Cambia en funci¨®n del sexo, del momento del d¨ªa, de la edad, de la realizaci¨®n de ejercicio f¨ªsico, del ciclo menstrual de las mujeres o incluso cuando comemos. Hay personas que despu¨¦s de comer, dependiendo de c¨®mo se regule su metabolismo, pueden sentirse como abotargadas y tener mucho calor o mayor sensaci¨®n de fr¨ªo. En conclusi¨®n, si no hay ninguna enfermedad que la altere, la temperatura media del cuerpo humano se mover¨¢ siempre en una horquilla aproximada de 36,4¡ãC a 37¡ãC.

Mar¨ªa Trapero Marug¨¢n, doctora en Medicina. Hospital Puerta de Hierro Majadahonda, Madrid. Grupo Espa?ol de Mujeres Hepat¨®logas (@HepatologAs).

Pregunta enviada v¨ªa email por Lucio Fern¨¢ndez

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