Jeanine ??ez, presidenta interina por la gracia del Eterno
La mandataria de Bolivia, que lleg¨® al cargo exhibiendo la Biblia, se visti¨® de Pap¨¢ Noel en Nochebuena
El mundo la conoci¨® exhibiendo un ejemplar de los cuatro Evangelios mientras se abr¨ªa paso entre sus seguidores en la plaza de Murillo de La Paz. El recorrido, de apenas unos pasos, simbolizaba la convulsi¨®n por la que atravesaba Bolivia. Del Palacio Legislativo, donde Jeanine ??ez, de 52 a?os, era una desconocida vicepresidenta segunda del Senado, al Palacio Quemado, sede del Gobierno. All¨ª tom¨® posesi¨®n como presidenta interina el 12 de noviembre, dos d¨ªas despu¨¦s de la renuncia de Evo Morales, el l¨ªder ind¨ªgena que pilot¨® el pa¨ªs durante casi 14 a?os y que dimiti¨® tras perder el respaldo de las Fuerzas Armadas. Todo lo que vino despu¨¦s fue una ruptura con el pasado reciente: con los resortes de poder del Movimiento al Socialismo (MAS), el antiguo partido oficialista, y tambi¨¦n con las premisas de un Estado laico.
¡°Han permitido que la Biblia vuelva a Palacio. Que Dios los bendiga¡±, clam¨®. ??ez asumi¨® el cargo gracias a un mecanismo de sucesi¨®n contemplado en la Constituci¨®n y tras la dimisi¨®n de los dirigentes parlamentarios afines a Morales. Sus primeras palabras como jefa del Gabinete provisional transmiten la idea del giro que pretend¨ªa impulsar con la ayuda de algunos colaboradores. Su cometido deb¨ªa limitarse a facilitar nuevas elecciones, una vez impugnados por la Organizaci¨®n de los Estados Americanos (OEA) los comicios celebrados a finales de noviembre por sospechas de fraude. Lo dijo a EL PA?S tambi¨¦n Carlos Mesa, principal candidato de la oposici¨®n: ¡°Para la legitimidad de este Gobierno es clave el pilar de la convocatoria de elecciones¡±. La fecha qued¨® fijada finalmente la noche del viernes al filo del l¨ªmite legal, el pr¨®ximo 3 de mayo. La mandataria interina, abogada y antigua presentadora de televisi¨®n, promulg¨® antes de Navidad una norma que regula el proceso electoral en coordinaci¨®n entre el Ejecutivo, el poder legislativo y el Tribunal Supremo Electoral. Mientras tanto, ha tomado decisiones de alcance pol¨ªtico desde el primer d¨ªa.
La ¨²ltima fue la expulsi¨®n de la encargada de Negocios de la Embajada de Espa?a en La Paz, el c¨®nsul y varios polic¨ªas espa?oles a los que los sectores m¨¢s radicales de su Gabinete acusaron de conspirar junto con la embajadora mexicana, que tambi¨¦n fue declarada persona non grata, para facilitar la fuga de unos miembros del antiguo Gobierno asilados en dependencias diplom¨¢ticas de M¨¦xico. Espa?a respondi¨® apartando a tres representantes bolivianos. D¨ªas despu¨¦s, la ministra de Exteriores trat¨® de rebajar la tensi¨®n: ¡°Bolivia desea superar este impasse a la mayor brevedad posible¡±, declar¨®.
Mientras se concretaba la nueva cita electoral, ??ez expuls¨® a varios diplom¨¢ticos espa?oles
??ez, la segunda mujer que ocupa la presidencia de Bolivia ¡ªla primera fue Lidia Gueiler (1979-1980)¡ª, era senadora del Movimiento Dem¨®crata Social (MDS), formaci¨®n conservadora que gobierna el departamento de Santa Cruz, el m¨¢s poblado del pa¨ªs. El aspirante de ese partido, ?scar Ortiz, apenas super¨® el 4% en las pasadas elecciones. Pero la carambola institucional que se activ¨® despu¨¦s de la salida de Morales otorg¨® el poder a varios de sus exponentes y a otros halcones de la derecha como Arturo Murillo, actual ministro de Gobierno con competencia en pol¨ªticas de seguridad. Este se estren¨® anunciando una ¡°cacer¨ªa¡± de rivales pol¨ªticos como Juan Ram¨®n Quintana, antiguo colaborador del expresidente y hoy refugiado en la Embajada de M¨¦xico.
En el origen de esta fractura pol¨ªtica est¨¢ el clima de elevada polarizaci¨®n en el que la sociedad acudi¨® a las urnas en noviembre. Casi tres lustros de Gobierno del MAS y la decisi¨®n de la justicia, que habilit¨® a Morales como candidato pese a haber perdido un refer¨¦ndum sobre reelecci¨®n en 2016, contribuyeron a alimentar un bloque de adversarios que ya no estaba dispuesto a ejercer una oposici¨®n democr¨¢tica tradicional. ??ez asumi¨® el cargo en medio de acusaciones de golpe de Estado y una fuerte oleada de protestas. Uno de sus primeros decretos eximi¨® a las Fuerzas Armadas de responsabilidad penal en la represi¨®n de los manifestantes. Lo retir¨® cuando las movilizaciones remitieron, despu¨¦s de m¨¢s de 30 muertos y cientos de heridos. Declar¨® en su primer encuentro con la prensa internacional que no habr¨ªa persecuci¨®n de adversarios. Pero desde el principio dej¨® claro que si Morales, quien hoy se encuentra asilado en Argentina, decid¨ªa volver, se enfrentar¨ªa a la justicia. En diciembre la Fiscal¨ªa emiti¨® una orden de arresto contra el exmandatario por terrorismo y sedici¨®n.?
A eso se a?ade el poder que la religi¨®n y las sectas evang¨¦licas ejercen sobre sus seguidores. El anuncio del regreso de la Biblia al Palacio de Gobierno no es una an¨¦cdota. Igual que no lo es su aparici¨®n en televisi¨®n antes de Navidad vestida de Pap¨¢ Noel. La noche en que tom¨® posesi¨®n, en Santa Cruz miles de personas esperaban a Fernando Camacho y Marco Pumari, l¨ªderes vinculados a los comit¨¦s c¨ªvicos regionalistas, para celebrar el derrocamiento de Morales. Un predicador empu?¨® el micr¨®fono e improvis¨® un exorcismo colectivo. ¡°Satan¨¢s, fuera de Bolivia, ?ahora!¡±, espet¨®. Hoy Camacho y Pumari han formado una alianza para las pr¨®ximas elecciones, mientras que ??ez ha descartado p¨²blicamente la posibilidad de ser candidata.
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