La Catalu?a necesaria, la flexible y compleja
A veces toca desprenderse de visiones del mundo que se han convertido en cors¨¦s, y que impiden cualquier avance
El acuerdo alcanzado por los socialistas y Esquerra, que facilit¨® la investidura de Pedro S¨¢nchez, va a traducirse en una mesa bilateral en la que van a sentarse representantes del Gobierno espa?ol y del Govern para buscar la manera de desatascar un conflicto pol¨ªtico que se ha agravado en los ¨²ltimos a?os. En 2006 se celebr¨® en la Universidad Pompeu Fabra y en la Fundaci¨®n Carles Pi i Sunyer de Barcelona un encuentro entre intelectuales y acad¨¦micos con el t¨ªtulo Catalunya/Espa?a, y el talante que reivindic¨® uno de los participantes, el historiador Jos¨¦ ?lvarez Junco, deber¨ªa marcar tambi¨¦n las citas pr¨®ximas de los pol¨ªticos: ¡°La comprensi¨®n y el acercamiento tiene que venir de las dos partes¡±, dijo entonces, y sugiri¨®: ¡°Todos deber¨ªamos reflexionar sobre nuestras propias posiciones¡±.
Su intervenci¨®n, que no tiene desperdicio, se centr¨® en analizar el esp¨ªritu nacionalista que emanaba del proyecto de Estatut que hab¨ªa aprobado el Parlament el 30 de septiembre de 2005, y que estaba lleno de referencias a ¡°una Catalu?a esencial, siempre id¨¦ntica a s¨ª misma, cargada de derechos hist¨®ricos, siempre agraviada por Espa?a¡±. Se preguntaba si en la plaza de las Cortes de Madrid hubiera pasado un texto con ¡°alusiones a un car¨¢cter espa?ol milenario, fieramente celoso de su independencia frente a toda injerencia extra?a, como demostraron Numancia y Sagunto, Zaragoza y Girona...¡±. Le resultaba dif¨ªcil imaginarlo porque entend¨ªa que, adem¨¢s de los centralistas de toda la vida, hab¨ªa cada vez m¨¢s gente dispuesta a ¡°aceptar, incrementar y consolidar la organizaci¨®n auton¨®mica del pa¨ªs¡±. Los llamaba nacionalistas flexibles o complejos.
En aquella ponencia, ?lvarez Junco recordaba una observaci¨®n de Maragall ¡ª¡°algo huele a enmohecido en ciertos rincones del nacionalismo espa?ol m¨¢s cerril¡±¡ª y, despu¨¦s de darle toda la raz¨®n, le contestaba: ¡°Algo huele a enmohecido en todos los nacionalismos. No necesariamente es siempre Espa?a la enmohecida, ni Catalu?a el paradigma de pluralidad, multiculturalidad y modernidad. Este texto que han suscrito los diputados catalanes destila mucho nacionalismo mohoso. Y al alinearse tantos representantes de Catalu?a en esas posiciones provocan la reactivaci¨®n del nacionalismo espa?ol de similar vetustez y catadura¡±. M¨¢s de diez a?os despu¨¦s, ha entrado con fuerza en el Congreso un partido, Vox, que no duda en mirarse en el espejo de Viriato, el Cid y los Reyes Cat¨®licos.
Espa?a plural, Catalu?a plural, el trabajo de ?lvarez Junco para aquel encuentro, est¨¢ incluido en A las barricadas, un libro publicado el a?o pasado y que re¨²ne textos dispersos que ha ido publicando el historiador a lo largo de su carrera. ¡°Trat¨¢ndose de mi generaci¨®n, se podr¨ªa escribir nuestra autobiograf¨ªa intelectual como una sucesi¨®n de liberaciones, de rupturas con visiones del mundo que en su momento fueron nuestra herramienta para interpretar la realidad pero que con el tiempo se convirtieron en cors¨¦s opresores para el conocimiento¡±, confiesa en el pr¨®logo.
A quienes vayan a hablar de la relaci¨®n entre Catalu?a y el Estado espa?ol no les vendr¨ªa mal esa lecci¨®n. Hay momentos en que resulta necesario desprenderse o liberarse o poner en cuesti¨®n o entre par¨¦ntesis esas visiones del mundo que terminan convirti¨¦ndose en cors¨¦s, y que bloquean cualquier avance. Aceptar la complejidad es el primer paso, y la flexibilidad, la mejor receta. Suena ingenuo, pero no hay otra.
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