La clave est¨¢ en la proximidad
Del 30 de enero al 27 de febrero, La Casa Encendida acoge el XI Ciclo Di¨¢logos sobre conflictos urbanos con '25 preguntas sobre el futuro de Madrid' en el que la movilidad estar¨¢ en debate
Madrid, como todas las grandes ciudades que a¨²n no lo han hecho, tiene ante s¨ª el gran reto de cambiar cuanto antes su actual modelo de movilidad. Es urgente reducir la contaminaci¨®n, actuar en favor de la equidad en el uso del espacio p¨²blico y reducir los costes econ¨®micos y sociales propios de las necesidades de desplazamiento. Para ello ser¨¢ necesario instaurar una nueva cultura de la movilidad y concienciar a la sociedad de la necesidad de restringir el uso del autom¨®vil privado, principal protagonista en el actual modelo, proporcionando alternativas v¨¢lidas.
Desde que se inventaron los motores, la revoluci¨®n del transporte se convirti¨® en uno de los principales impulsores del imparable proceso de urbanizaci¨®n. El autom¨®vil permiti¨® y propici¨® un cambio radical en el crecimiento y en la organizaci¨®n espacial y funcional de las ciudades. La segregaci¨®n social pas¨® a ser espacial, por barrios: se transformaron algunos de los efectos de la distancia al centro, alter¨¢ndose con ello los mapas de accesibilidades y de precios del suelo, y el autom¨®vil se fue adue?ando de m¨¢s y m¨¢s espacio urbano.
Una buena organizaci¨®n espacial de la ciudad ser¨¢ aquella que minimice la necesidad de desplazamientos motorizados
Madrid es un gran centro de producci¨®n y distribuci¨®n, lugar de encuentro, de intercambios y de convivencia. Los movimientos de un sitio a otro son consustanciales con la vida urbana y aumentan en n¨²mero y distancia junto con su crecimiento y su desarrollo metropolitano. El conjunto de esos desplazamientos de personas o mercanc¨ªas es lo que se denomina movilidad y un buen modelo ser¨¢ aquel que reduzca los inevitables impactos sociales y ambientales de los diferentes medios de transporte.
Pero Madrid deber¨¢ garantizar tambi¨¦n, como un derecho m¨¢s de las personas, la posibilidad de dar respuesta a la necesidad de llegar con facilidad, seguridad y comodidad all¨ª a donde se encuentren los bienes y servicios de todo tipo, el trabajo o el ocio¡ Una buena organizaci¨®n espacial de la ciudad ser¨¢ aquella que minimice la necesidad de desplazamientos motorizados. La clave est¨¢ en la proximidad, para que los desplazamientos a pie sean la soluci¨®n m¨¢s adecuada.
A lo largo del siglo pasado el autom¨®vil llega a ser un importante s¨ªmbolo de estatus social y sus ventajas de comodidad y versatilidad para los desplazamientos le hacen el modo de transporte preferido, cuando no imprescindible, en una regi¨®n metropolitana en la que han aumentado considerablemente las distancias y los desplazamientos forzados. El lugar preponderante que viene ocupando el autom¨®vil en nuestra cultura ha condicionado los criterios con los que se ha planificado la ciudad y las normas que regulan el uso que se hace del espacio p¨²blico. Los coches han ido creciendo exponencialmente en n¨²mero y se han convertido en "la estrella" de la ciudad moderna, pensada y construida por y para ellos.
Es prioritario reducir la contaminaci¨®n del aire y el ruido, que causan cada vez m¨¢s enfermedades y muertes, y atender al imperativo de afrontar, de forma decidida y eficaz, la lucha contra el cambio clim¨¢tico. El coche aparece aqu¨ª como el principal culpable. El cambio de energ¨ªa se presenta como soluci¨®n, pero es solo un remedio parcial y paliativo. No ser¨¢ suficiente con dar la respuesta obligada y urgente a la mejora de la calidad del aire y a la reducci¨®n del ruido.
Todo en la ciudad est¨¢ pensado para garantizar la movilidad del autom¨®vil, quedando postergados los derechos de la mayor¨ªa de los ciudadanos que se desplazan por otros medios y que se ven privados de espacios para otras actividades. La presencia de un autom¨®vil privado en la calle supone la ocupaci¨®n ¡ªprivatizaci¨®n del uso¡ª de una superficie considerable si est¨¢ aparcado y mucho mayor si est¨¢ en movimiento. Adem¨¢s, la velocidad de los veh¨ªculos motorizados hace de la calle un lugar peligroso, especialmente para los peatones y, m¨¢s a¨²n, para los ni?os, que han sido privados de disfrutar del espacio p¨²blico.
Al progresivo aumento del n¨²mero de coches y de las necesidades de desplazarse, el urbanismo ha respondido cedi¨¦ndoles m¨¢s y m¨¢s espacio, convirtiendo calles en v¨ªas r¨¢pidas y haciendo grandes inversiones en infraestructuras. Se trata de un c¨ªrculo vicioso: m¨¢s red viaria potencia los viajes en autom¨®vil privado y los coches vuelven una y otra vez a colapsar y hacer insuficiente el espacio a ellos destinado. La congesti¨®n supone m¨¢s contaminaci¨®n, a?ade costes, resta eficiencia a la actividad econ¨®mica y deteriora la calidad de vida. Al cabo del a?o los madrile?os dedican a los desplazamientos muchas m¨¢s horas de las que ser¨ªan necesarias con un modelo de movilidad con menos congesti¨®n. Tambi¨¦n en este caso la soluci¨®n pasa por la reducci¨®n del n¨²mero de coches.
Con el apoyo de la tecnolog¨ªa, el autom¨®vil viene experimentando en los ¨²ltimos a?os una progresi¨®n inigualable en seguridad, eficiencia energ¨¦tica y reducci¨®n de emisiones. El futuro que se anuncia con el motor el¨¦ctrico, la conectividad 5G, el automatismo absoluto, las posibilidades de alquilar y compartir, junto a otras opciones a¨²n inimaginables, no parece tener l¨ªmites de mejora. Pero, tan prometedora trayectoria no corregir¨¢ algunos de los principales conflictos urbanos derivados del uso del autom¨®vil. Los madrile?os necesitan otra regulaci¨®n del uso del espacio p¨²blico que haga una distribuci¨®n m¨¢s equitativa del derecho a la accesibilidad y a disfrutar de la ciudad.
Para debatir sobre todo ello,?La Casa Encendida presenta el XI Ciclo Di¨¢logos sobre conflictos urbanos, que del 30 de enero al 25 de febrero debatir¨¢ 25 preguntas sobre el futuro de Madrid.
Julio Vinuesa es catedr¨¢tico em¨¦rito de Geograf¨ªa Humana en la UAM y coordinador del Ciclo Di¨¢logos sobre conflictos urbanos en La Casa Encendida.
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