La polla y el co?azo
Si se denuncian como machistas cierto tipo de expresiones, hay que examinar todo el inventario

Algunas cr¨ªticas al lenguaje machista (razonables en otros aspectos) incluyen el ejemplo de que se llame ¡°co?azo¡± a algo desagradable y se exclame ¡°es la polla¡± para resaltar algo fabuloso.
La palabra ¡°co?azo¡± es negativa, y si alguien dice que expresa machismo no le llevaremos la contraria; pero habr¨¢ que considerarla al lado de algunos sentidos opuestos, como ¡°chorrada¡± (peyorativo) y ¡°virguer¨ªa¡± (meliorativo); o situarla junto a otras alusiones desfavorables a los atributos masculinos, como ¡°hacer el chorra¡±, ¡°pijada¡±, ¡°soplapollez¡±, ¡°mingafr¨ªa¡±, ¡°ser un cojonazos¡± o ¡°hacerse la picha un l¨ªo¡±.
En cualquier caso, un var¨®n puede ser un co?azo, y tambi¨¦n quedarse en bragas; y una mujer, bajarse los pantalones o cog¨¦rsela con papel de fumar. porque tales locuciones han perdido su significado literal. As¨ª es la lengua. No hay mayor incongruencia textual que la transmitida por una expresi¨®n positiv¨ªsima como ¡°es de puta madre¡±. Si se juzgan este tipo de expresiones en su literalidad, hay que examinar todo el inventario, no s¨®lo las que convienen al discurso.
Y en lo referido a ¡°polla¡±, conviene saber que su sentido elogioso es muy anterior a que se le a?adiera el significado de ¡°pene¡±, hecho que ocurri¨® hace relativamente poco, muy entrado el siglo XX.
Quienes viajan a Am¨¦rica se asombran de que all¨¢ sea veros¨ªmil el titular period¨ªstico de que se va a correr la polla del presidente, o que alguien se saque la polla con toda normalidad. Es decir, que se dispute la carrera de caballos patrocinada por el jefe del Gobierno y que alguien gane la loter¨ªa. Y eso sucede porque uno de los significados antiguos de la palabra (aparte del relativo al mundo gallin¨¢ceo) se refiere a un envite del juego o a unas apuestas.
El Diccionario de 1737 hablaba de ¡°polla¡± como ¡°porci¨®n que se pone y se apuesta entre los que juegan¡±. Y en el llamado ¡°juego del renegado¡±, ese mismo diccionario explicaba que un participante necesita hacer cinco bazas ¡°para sacar la polla¡±. Todo aquel mundillo propici¨® expresiones como ¡°meter la polla¡± o ¡°meterla doblada¡± (hacer una apuesta; poner el doble de la cantidad que se hab¨ªa jugado), de donde es f¨¢cil deducir la relaci¨®n con ¡°tiene una suerte de la polla¡±, ¡°vaya polla que ha tenido¡±... o ¡°?es la polla!¡±.
Como explic¨® el escritor y fil¨®logo peruanoespa?ol Fernando Iwasaki (Las palabras primas, 2018), Cervantes ya hab¨ªa usado ¡°polla¡± con el sentido de juego de cartas (El licenciado Vidriera, 1613); y el hecho de que en tales lances de la baraja se metiese, se corriera y se sacase la polla explica la ir¨®nica traslaci¨®n posterior del t¨¦rmino a otros significados. Pero eso ocurrir¨ªa muchos siglos despu¨¦s (y s¨®lo en Espa?a): No he hallado en los bancos de datos ling¨¹¨ªsticos ning¨²n registro de ¡°polla¡±, como ¨®rgano sexual, anterior a la novela San Camilo, de Cela (1969). Por ejemplo, en Don Juan Notorio: burdel en cinco actos y 2000 esc¨¢ndalos, s¨¢tira an¨®nima de 1874 repleta de palabras malsonantes, aparece 17 veces ¡°picha¡± y ninguna ¡°polla¡±.
Cela s¨ª interpretaba (Diccionario secreto, 1971) un sentido er¨®tico de ¡°polla¡± en unos versos burlescos del XVII, pero en realidad se refieren s¨®lo a los naipes. Y en sesudos diarios de principios del XX se leen expresiones como ¡°una polla castellana negra¡± o ¡°comi¨¦ronse la polla¡±, que, de haber tenido doble sentido, no habr¨ªan pasado el filtro de entonces (ni el de ahora).
En fin, parece imponerse hoy en d¨ªa (de nuevo) el juicio sumar¨ªsimo contra algunas expresiones de resonancia sexual, acusadas esta vez de machismo; pero antes de condenarlas a la censura convendr¨ªa conocer su historia y dejarles la posibilidad de defenderse.
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