Las bolsas, s¨ªmbolo de poder
El accesorio es parte de la construcci¨®n de g¨¦nero, pero tambi¨¦n s¨ªmbolo de estatus
Todo lo que hay en la bolsa de una mujer es producto del constructo de g¨¦nero. Las bolsas son en s¨ª mismas un s¨ªmbolo de estatus y es interesante c¨®mo ambos aspectos se cruzan. Hace poco le¨ª un art¨ªculo en el que la autora contaba que en un vag¨®n de metro a un hombre se le ca¨ªa el caf¨¦ en la camisa y de inmediato algunas mujeres a su alrededor comenzaron a sacar cosas de sus bolsas: kleenex, gel antibacterial, de todo para ayudarle. A partir de ese evento la autora cuestiona por qu¨¦ ese hombre no tra¨ªa ninguna de esas cosas y las mujeres, en cambio, pudieron asistirlo. Hace unos d¨ªas una amiga me dijo: ¡°Qu¨¦ tanto traes en esa bolsa de gitana¡±. Y s¨ª. Yo tambi¨¦n pude haber ayudado a ese hombre en el metro al que se le cay¨® el caf¨¦. Tambi¨¦n traigo kleenex, gel antibacterial, una peque?a toalla para dejar de usar el papel para secarse las manos en los ba?os p¨²blicos que quiz¨¢s habr¨ªa ahorrado kleenex, y un termo de caf¨¦, as¨ª que incluso pude haberle ofrecido otra taza de caf¨¦ esa ma?ana. O agua, si as¨ª lo hubiera preferido. He llegado a traer todo tipo de cosas, incluyendo una ziplock grande con calzones y calcetines de ni?o y una caja de crayolas cuando he llevado a comer a mi sobrino de cuatro a?os y me ha tocado usar hasta la bolsa misma como paraguas improvisado para cubrirle la cabecita. ?Por qu¨¦ las mujeres traemos tantas cosas en las bolsas? ?Cu¨¢les son las cosas m¨¢s extra?as que llevamos de un lugar a otro?
Pregunt¨¦ en Twitter y algunas me respondieron: vaselina tama?o bolsillo, repelente para mosquitos, 47 lipsticks, Vick VapoRub, un diapas¨®n, una u?a para guitarra, una chicharra ¡°por si acoso¡±, un mini-kit de costura ¡°por si acaso¡±, sustancias para las migra?as, ojos de pl¨¢stico, ¨®xido de zinc, un desarmador, salsa Maggi, sobres de salsa Valentina, quesitos Babybel, una mini linterna, guantes de bicicleta, una escoba, una navaja suiza, una bolsa con sobres de t¨¦, toallitas de beb¨¦, crema para los pezones, un amuleto, post-its, ligas para pelo, antiem¨¦ticos, un flex¨®metro, y mentas, claro. Quiz¨¢s no sean cosas tan extra?as, son cosas personales que muchas de nosotras traemos a diario de un lugar a otro.
Si googleamos qu¨¦ lleva en el bolso una mujer exitosa aparecen listados con quitamanchas de ropa en forma de l¨¢piz, pantuflas plegables, curitas, mariposas de aretes de repuesto, y una buena cantidad de cosas ¡°por si acaso¡±, y quiz¨¢s la diferencia con otros listados es que estos cubren los imprevistos que pueden arruinar su imagen en el entorno laboral. Un hombre suele traer como m¨¢ximo tres objetos: llaves, una cartera y el celular, todo repartido entre los bolsillos de los pantalones. Pero en las bolsas de las mujeres hay de todo y muchas de esas cosas son no s¨®lo para servir a la due?a de la bolsa, sino para ofrecer ayuda otros, como los hijos, alg¨²n compa?ero o pensando en escenarios posibles. Las compa?¨ªas lucran con la producci¨®n de estos art¨ªculos hechos para las bolsas de las mujeres, los art¨ªculos en tama?itos son toda una industria. Pero ?por qu¨¦ socialmente somos las mujeres las que debemos traer una constelaci¨®n de cosas en la bolsa que son para nuestro uso personal, para arreglar nuestra imagen y adem¨¢s ser capaces de ayudar, por ejemplo, a alguien que se le cae el caf¨¦ en el metro?
Por otro lado, esto se cruza con los logos en las bolsas que son un s¨ªmbolo de poder adquisitivo, las se?ales reconocibles de que hay cierta cantidad de dinero gastado en esa bolsa. Con el tema de clase, y, por lo tanto, se prestan para el clasismo. Adem¨¢s hay tipos de bolsas seg¨²n la ocasi¨®n, pues no es lo mismo ir al mercado que ir a una boda. Y ?qui¨¦n lo determina qu¨¦ tama?os, qu¨¦ formatos son para cada ocasi¨®n? ?El patriarcado? En suma, cualquier tipo de bolsa, las costosas y las baratas, con toda la cantidad de cosas que llevamos en ellas, son asociadas con las mujeres, con lo femenino.
No fue siempre as¨ª. En el siglo XVI los hombres y las mujeres usaban bolsas de viaje por igual y, para el uso diario, llevaban monederos abultados colgando de las ropas. Las bolsas eran m¨¢s parecidas a los maletines de viaje, y aunque eran usados por igual, eran asociados sobre todo con los hombres, quienes trabajaban y viajaban m¨¢s. En Francia, alrededor de 1800, apareci¨® un bolso peque?o y plano que las mujeres llevaban alrededor de la mu?eca, el precursor del bolso de mano tal como lo conocemos ahora, ese bolso se llamaba ¡°ret¨ªculo¡± o ¡°rid¨ªculo¡±. Es interesante que desde el origen los peque?os bolsos para transportar un peine, un pa?uelo, alg¨²n objeto religioso, alguna medicina y quiz¨¢s, con suerte, algunas monedas, se les conociera como ¡°rid¨ªculo¡±. Pareciera que el fantasma de esa palabra machista todav¨ªa hoy se nos aparece cuando se trata de encontrar las llaves en medio de la cantidad de cosas que traemos en la bolsa.
A fines del siglo XIX la manera de vestir cambi¨® con la vida de oficina. Los hombres vest¨ªan para ir al trabajo, el traje se convirti¨® en un patr¨®n burgu¨¦s y masculino que, precisamente, ten¨ªa bolsillos en los pantalones. Y quiz¨¢s la divisi¨®n de roles de g¨¦nero se establece o, mejor dicho, se traduce en la ropa cuando es claro que los hombres necesitan bolsillos para traer dinero porque son los proveedores, y si acaso llevan un par de cosas m¨¢s. Las mujeres no necesitan bolsillos en los vestidos ni en las faldas, y si los tienen, no son suficientes porque deben cargar varias cosas m¨¢s.
Las bolsas adem¨¢s han sido hist¨®ricamente s¨ªmbolos de poder. Y es interesante como se cruza esta l¨ªnea capitalista con el rol de g¨¦nero. Me gustar¨ªa detenerme en una de las m¨¢s ic¨®nicos y, por lo tanto, uno de los modelos m¨¢s reproducidos, copiados y con tantas versiones accesibles que es el bolso Chanel 2.55 (llamado as¨ª porque se cre¨® en febrero de 1955). Gabrielle Chanel bocet¨® la primera en 1929 como una fantas¨ªa en medio de una gran crisis econ¨®mica. Era una bolsa negra acolchada con interiores color vino, con una cadena para colgarse del hombro. Escogi¨® esa combinaci¨®n porque eran los colores de las vestimentas en el orfanatorio en el que creci¨®, las cadenas eran como las que ten¨ªan las monjas para cargar las m¨²ltiples llaves. Es decir, uno de los modelos m¨¢s comunes, es la interpretaci¨®n de algunos elementos en de la infancia de una ni?a hu¨¦rfana. La versi¨®n ¡°original¡± es uno de los s¨ªmbolos de poder m¨¢s reconocibles, como lo son los logos de una que otra marca costosa. Y sus ¡°copias¡± y versiones son la popularizaci¨®n de ese s¨ªmbolo que mantiene ciertos rasgos de esa historia particular. Me gusta pensar que as¨ª como a veces traemos galletas en un tupper adentro de la bolsa y tapas de plumas sin plumas, todo eso que podr¨ªa parecer ¡°rid¨ªculo¡± tambi¨¦n es una forma de contar nuestra historia personal, nuestros traumas de infancia (siempre traigo un antiem¨¦tico en la bolsa por una escena parecida a la del Exorcista que viv¨ª cuando era ni?a). La cantidad de cosas que traemos tambi¨¦n son un modo de contar nuestra vida diaria y tambi¨¦n, como pasando nuestra bolsa por rayos equis, tal vez valga la pena cuestionar por qu¨¦ somos nosotras las que debemos traerlo todo.
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