Ocho pautas para generar v¨ªnculos seguros con nuestros hijos
La mejor inversi¨®n no es la que hacemos en nuestros hijos, sino en nosotros
La semana pasada ve¨ªa unos v¨ªdeos magn¨ªficos en donde mi amiga y colega Pepa Horno era entrevistada para el proyecto BBK Family sobre la importancia de la vinculaci¨®n con nuestros hijos y del autocuidado. No dud¨¦ un segundo es escribir a Pepa para felicitarla y para proponerle que mi siguiente art¨ªculo tratase de estos temas tan relevantes para la crianza de nuestros hijos. Es lo que hoy quiero compartir con vosotros, pues son los mimbres fundamentales para generar v¨ªnculos seguros con nuestros hijos.
Siempre hemos escuchado que aprendemos un idioma o determinada habilidad practicando. La mejor manera de aprender a montar en bicicleta es montando en bicicleta, es decir, mediante lo que Albert Bandura denomin¨® en los a?os 60 aprendizaje social u observacional. Ahora bien, los aprendizajes que tienen que ver con las emociones y los v¨ªnculos, no se aprenden de esa manera, ya que se dan en el subc¨®rtex cerebral. Es por eso por lo que, como bien desarrolla Pepa Horno, uno no aprende a amar amando, sino sinti¨¦ndose amado. Seguro que record¨¢is alguna ocasi¨®n en la que alguien os dijo que os quer¨ªa (c¨®rtex cerebral) pero no os sentisteis queridos (subc¨®rtex cerebral). En otras ocasiones nos han podido decir que nos estaban respetando pero nosotros no nos sent¨ªamos respetados. ?Te suena? Las relaciones y los v¨ªnculos que establecemos con nuestros hijos y con las dem¨¢s personas que nos rodean se forman de manera emocional, no racionalmente. Esto implica que son aprendizajes impl¨ªcitos, autom¨¢ticos e inconscientes. Nuestros hijos no necesitan saber que les queremos, sino que necesitan sentirse queridos y amados. Y es que cuando hablamos de emociones, relaciones y v¨ªnculos con otros seres humanos lo importante es c¨®mo nos sentimos. No es emp¨¢tico quien entiende la tristeza de su compa?ero de trabajo, sino quien siente su tristeza. De ah¨ª que una de nuestras funciones como padres consiste en transmitirles nuestro cari?o y respeto con besos, abrazos, caricias y ayud¨¢ndoles a recuperar la calma cuando experimentan el miedo, la rabia, los celos o la tristeza.
Si queremos que en un futuro nuestros hijos sean capaces de regularse emocionalmente por s¨ª mismos (autorregulaci¨®n) debemos dedicar muchos a?os a lo largo de su infancia y adolescencia para ayudarles a regularse. Al proceso mediante el cual los padres, madres, profesores o adultos significativos ayudamos a regular las emociones de miedo, rabia o tristeza de nuestros hijos se le conoce como heterorregulaci¨®n. Entonces, si quiero que mi hijo en el futuro sea capaz de resolver sus miedos y momentos de tristeza, ?debo heterorregularle durante muchos a?os? As¨ª es. Esto no quiere decir que vaya a ser capaz de hacerlo siempre y de manera brillante, sino la mayor¨ªa de las veces y suficientemente bien. Ahora bien, los padres y adultos significativos solo podemos ense?arles a regularse emocionalmente y a vincularse de manera sana con los dem¨¢s si nosotros sabemos hacerlo. No es tan importante el qu¨¦ sino el c¨®mo. ?Qu¨¦ ocurre en esos casos donde los padres no pueden vincularse de manera sana con sus hijos? Partimos de la base de que todos los padres y las madres queremos vincularnos de una manera segura con nuestros hijos, pero no todos podemos. ?El motivo? Desgraciadamente, no todos nos hemos sentido queridos por nuestros padres. Aqu¨ª entran en juego dos conceptos fundamentales: la autoconsciencia y el trabajo personal. Dice Horno que la mejor inversi¨®n no es la que hacemos en nuestros hijos, sino en nosotros. Me parece brillante. ?Cu¨¢nta raz¨®n! ?C¨®mo voy a cuidar o ayudar a alguien si yo no s¨¦ cuidarme a m¨ª mismo? ?C¨®mo voy a ser capaz de heterorregularte durante a?os si no soy capaz de enfrentarme a mis miedos o calmar mi rabia? Para que algo pueda cambiar, tengo que ser consciente de que tengo una dificultad y de que algo debo cambiar para mejorar. Solo mediante este ejercicio de autoconsciencia podr¨¦ valorar lo que estoy haciendo y c¨®mo lo estoy haciendo para iniciar un trabajo personal.
Todos hemos escuchado muchas veces el dicho de ¡°quien bien te quiere, te har¨¢ llorar¡± y ¡°no ofende quien quiere, sino quien puede¡±. Ambos dichos ponen de manifiesto que las emociones, el amor y el dolor se suelen dar entre las personas con las que tenemos un v¨ªnculo y una relaci¨®n cercana. Es dif¨ªcil pensar que alguien con quien no tenemos roce diario nos pueda condicionar o herir emocionalmente. Los padres, nos guste o no, vamos a hacer da?o a nuestros hijos. Somos humanos. Tomaremos decisiones que no ser¨¢n compartidas por ellos aunque las tomemos por su bien.
Algunas de las pautas que podemos llevar a cabo para generar v¨ªnculos de seguridad, cari?o y confianza con nuestros hijos son las siguientes:
- Explicitar nuestro afecto: no dud¨¦is en demostrar todos los d¨ªas el afecto y el cari?o que sent¨ªs hacia vuestros hijos. No dej¨¦is de dec¨ªrselo por el hecho de que cre¨¢is que ya lo saben.
- Tiempo, mucho tiempo: para generar v¨ªnculos estables y seguros con nuestros hijos, es imprescindible pasar tiempo de calidad con ellos. Solo establecemos v¨ªnculos con las personas con las que pasamos tiempo.
- Jugar: una de las maneras m¨¢s eficaces de desarrollar el v¨ªnculo con nuestros hijos es mediante el juego. Son muchos los juegos que podemos hacer con ellos (libres, dirigidos, simb¨®licos, etc¨¦tera). Saca el ni?o que tienes dentro y d¨¦jate llevar
- Mirada incondicional: es el principal pilar del v¨ªnculo seguro con nuestros hijos. Mirar incondicionalmente implica que no condicionemos nuestro amor, cari?o y apoyo a su conducta o resultados acad¨¦micos. Queremos a nuestros hijos, sin condicionante alguno, por el ¡°simple¡± hecho de que son nuestros hijos, no por lo que hacen
- Mu¨¦strate vulnerable delante de tu hijo: la sociedad nos empuja a no mostrar nuestras emociones y, menos a¨²n, delante de nuestros hijos. Si queremos que nuestros cachorros aprendan a identificar las emociones, a diferenciar unas de otras y a regularlas por s¨ª solos, debemos expresarnos de una manera emocional y natural ante ellos.
- Acepta y asume tus errores: no es que podamos equivocarnos, sino que algo seguro es que cometeremos muchos errores a lo largo de nuestra vida. A veces la culpa viene a visitarnos m¨¢s de lo que quisi¨¦ramos porque tenemos la expectativa de no equivocaremos. Interpretar el error como parte del aprendizaje es un buen comienzo.
- Dedica tiempo para estar solo, en pareja y con la familia: ser un buen padre y ser una buena madre no implica estar todo el d¨ªa con tus hijos. Es imprescindible que nos cuidemos nosotros mismos para poder cuidar a nuestros hijos. Emplea tiempo para estar y disfrutar de ti mismo, de tu pareja y de tus amigos. Eso te har¨¢ mejor madre y padre.
- Aprendemos a vincularnos alrededor de una mesa: las comidas y las cenas son momentos ¨²nicos que debemos aprovechar para comunicarnos y vincularnos entre nosotros. Hablar de lo que hemos hecho a lo largo del d¨ªa, nuestras emociones y preocupaciones pueden ser estupendos como rutina familiar.
En definitiva, como bien se?ala Horno, la parentalidad consciente implica reflexionar sobre lo que hacemos y c¨®mo lo hacemos. Supone un gran esfuerzo para las madres y los padres dedicar tiempo a pensar sobre nuestra labor como figuras sobre las que depende su desarrollo, pero sin lugar a dudas, es algo que merece la pena con creces. Gracias Pepa por tanto. Se puede decir m¨¢s alto pero no m¨¢s claro.
*Rafa Guerrero es psic¨®logo y doctor en Educaci¨®n. Director de Darwin Psic¨®logos. Autor del libro Educaci¨®n emocional y apego. Pautas pr¨¢cticas para gestionar las emociones en casa y en el aula (2018) y Cuentos para el desarrollo emocional desde la teor¨ªa del apego (2019).
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