El teorema de Pasqua

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Pasqua muri¨® en 2015, convencido de que el tiempo le dar¨ªa la raz¨®n. Era un hombre muy listo, capaz de elaborar grandes estrategias y de conectar a personas aparentemente incompatibles entre s¨ª. Tambi¨¦n era un hombre muy oscuro y propenso a cometer delitos. Quiz¨¢ por eso ejerci¨® dos veces como ministro del Interior. Sobre si ten¨ªa o no raz¨®n, el tiempo ya ha desmentido uno de sus pron¨®sticos: cre¨ªa que Francia ser¨ªa la primera en abandonar la Uni¨®n Europea. Cre¨ªa tambi¨¦n que la bandera tricolor estaba muy por encima de las diferencias sociales e ideol¨®gicas, por encima de la democracia e incluso por encima de la sensatez. Una tarde, en su despacho ministerial de la Place Beauvau, me dijo en estricto off the record que la pol¨ªtica francesa solo ten¨ªa un secreto: ¡°El que alza la bandera, gana¡±. Supongo que a estas alturas puedo romper el acuerdo de confidencialidad.

El tipo era valiente. Se enrol¨® en la Resistencia francesa a los 15 a?os. En 1952, reci¨¦n licenciado en Derecho, entr¨® a trabajar en la empresa licorera Paul Ricard, de donde le despidieron 15 a?os m¨¢s tarde por estafa. No debi¨® de importarle mucho. Por entonces ya era intocable. En 1959 fue uno de los fundadores del Servicio de Acci¨®n C¨ªvica, la polic¨ªa paralela del general Charles de Gaulle, y en 1967 estaba perfectamente conectado con los servicios secretos. En 1968 asumi¨® la organizaci¨®n de la gran marcha gaullista que puso fin a la revuelta de mayo y al mes siguiente obtuvo un esca?o de diputado.

Desde entonces fue el gran operador en la sombra de la derecha francesa. Conoc¨ªa Francia como nadie. En 1981 pidi¨® el voto para el socialista Mitterrand y acab¨® con las esperanzas de reelecci¨®n del candidato conservador, Giscard, porque pensaba a largo plazo: su plan consist¨ªa en llevar a su protegido, Jacques Chirac, un gaullista aut¨¦ntico, hasta la presidencia. Lo logr¨® en 1995, justo cuando no lo esperaba. Ese a?o, Pasqua apoyaba a Balladur, un tipo pol¨ªticamente calcado a Giscard. Queda claro que no acertaba siempre. No fallaba, sin embargo, cuando se trataba de garantizar su propia supervivencia. Fue procesado seis veces por corrupci¨®n, y solo una vez result¨® condenado, de forma simb¨®lica: un a?o de prisi¨®n menor por prevaricaci¨®n.

Se hizo c¨¦lebre el llamado teorema de Pasqua, seg¨²n el cual ¡°cuando te pillan en un asunto escandaloso, hay que crear un asunto dentro del asunto, y si es necesario un asunto dentro del asunto del asunto, y as¨ª hasta que nadie entienda nada¡±. ?l aplicaba el teorema de forma sistem¨¢tica.

Charles Pasqua luch¨® contra el Tratado de Maastricht, contra la Constituci¨®n Europea, contra la moneda ¨²nica y contra los acuerdos de Schengen. Pero, sobre todo, desde 1988 se empe?¨® en unir al gaullismo con la ultraderecha del Frente Nacional. Aquella tarde de la conversaci¨®n en su despacho, hacia 1994, le suger¨ª que tal vez fuera dif¨ªcil reconciliar un movimiento surgido de la Resistencia con un partido que en aquel momento, dirigido por Jean-Marie Le Pen, simpatizaba claramente con el nazismo. ¡°En su momento, unos y otros combatimos por Francia y por los valores franceses¡±, respondi¨®, ¡°y hoy nos unen la resistencia al imperio burocr¨¢tico europeo, el hartazgo con la inmigraci¨®n y el amor a Francia¡±. Entonces pronostic¨® que la derecha y la ultraderecha acabar¨ªan unidas, que alcanzar¨ªan la presidencia y que Francia saldr¨ªa de la Uni¨®n. No estoy seguro de que se equivocara en eso.