?Se puede comer sano sin probar la fruta?

No me gusta el pl¨¢tano. Las manzanas no me saben a nada. Las peras me resultan pegajosas. La sand¨ªa es agua. El mel¨®n pica. No soporto tocar la piel del melocot¨®n. Y ni hablamos del persistente aroma del que se impregna todo al comer mandarinas¡­ ?Que las frutas son los caramelos de la naturaleza? Te las regalo.

Paso completamente de lo dulce en general y de la fruta en particular. Yo lo achaco a que, desde ni?a, se me prohibi¨® ser golosa (no estaba bonito tener una hija tirando a gorda). Quiz¨¢ este ayuno impuesto ha preservado la virginidad de mis botones gustativos y, qui¨¦n sabe, la desconexi¨®n de los receptores correspondientes en el cerebro. Si a esto le unimos que, por lo obvio, no tengo recuerdos ¨Cpositivos¨C ligados a ning¨²n aroma dulz¨®n¡­ no es extra?o que jam¨¢s me apetezca. Que la reh¨²ya. Que la ignore. ?Qu¨¦ hago con la recomendaci¨®n de tomar al menos 3 raciones de fruta al d¨ªa?

Por si no lo saben, la ciencia (personalizada en la Asociaci¨®n para la Promoci¨®n del Consumo de Frutas y Hortalizas 5 al d¨ªa), las m¨¢ximas autoridades sanitarias internacionales, y hasta el Gobierno de la naci¨®n, invitan a alcanzar al menos cinco raciones al d¨ªa entre frutas y hortalizas variadas, repartidas ¨Cpreferentemente¨C en tres de las primeras y dos de las segundas.

Las frutas "de temporada (suelen ser m¨¢s sabrosas, m¨¢s econ¨®micas y con menor impacto medioambiental), de distinta textura, color, aroma y sabor, para que aporten distintas variedades y cantidades de fitoqu¨ªmicos", explica Manuel Mo?ino, presidente del Comit¨¦ Cient¨ªfico de la Asociaci¨®n 5 al D¨ªa y miembro del Centro de An¨¢lisis de la Evidencia Cient¨ªfica de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica. Mejor enteras ("no licuadas, trituradas ni en zumo ¨Co no excediendo 150 mililitros al d¨ªa¨C"), peladas o sin pelar.

Las verduras: "Procurando el consumo de hortalizas de hoja y las de la familia de las cruc¨ªferas (coles, coliflor, br¨®coli)", asegurando una raci¨®n en crudo, mejor si es a mediod¨ªa "solo porque su proceso digestivo es m¨¢s dificultoso y as¨ª tendremos toda la tarde para hacer la digesti¨®n", y cocinadas para cenar "aunque no es una regla de oro", a?ade. Y alg¨²n detallito m¨¢s¡­

Un par de l¨¢minas de manzana confitada como acompa?amiento de un guiso de carne no cuentan como una raci¨®n. ?Y qu¨¦ s¨ª? A saber, literalmente ¨Cseg¨²n las gu¨ªas oficiales¨C: tres albaricoques, 125 gramos de ar¨¢ndanos, frambuesas o moras (se suelen vender en cajas de 150 gramos), nada m¨¢s y nada menos que 18 cerezas, 8 lichis en conserva (eso debe ser una lata entera), 5 n¨ªsperos (que hay que pelar y deshuesar)¡­ Los n¨²meros me abruman, seleccionar cu¨¢les debo sumar es como elegir entre susto o muerte y multiplicar cualquiera de ellos por tres en un desesperado acto de darme un atrac¨®n para acabar cuanto antes con la penitencia, me da indigesti¨®n (adem¨¢s de la mental). S¨ª, s¨ª: tambi¨¦n la cumplen una sola manzana, un kiwi, un pomelo¡­ Pero si hay que variar¡­

?Por qu¨¦ son tres de fruta y dos de hortalizas? Responde Mo?ino, uno de los responsables de dise?ar el plan que destruye mis esperanzas de comer sano sin tocar un mel¨®n: "El consumo de al menos [y recalca esto ¨²ltimo] cinco raciones entre frutas y hortalizas variadas al d¨ªa se asocia con un menor riesgo de enfermedades cr¨®nicas como la diabetes, la obesidad el c¨¢ncer o las enfermedades cardiovasculares. Aportan fibra, vitaminas y compuestos fitoqu¨ªmicos que difieren en tipo y cantidad entre ambos grupos, incluso en frutas y verduras entre s¨ª. De ah¨ª la recomendaci¨®n de 'variadas'. [La proporci¨®n de tres a dos] es tambi¨¦n una cuesti¨®n de oportunidad: en nuestro contexto cultural, tomar frutas de postre y entre horas y verduras en la comida y cena, es una distribuci¨®n en los momentos de consumo habitual de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n espa?ola que facilita alcanzar la recomendaci¨®n. En varios pa¨ªses de Latinoam¨¦rica la relaci¨®n es inversa: tres de hortalizas y dos de frutas¡­" Una raz¨®n m¨¢s para so?ar con vivir en el Caribe¡­

?Puedo simplemente sustituir unas por otras? Es decir, ?puedo tomar una zanahoria de postre o una endivia para merendar, y olvidarme por completo de que existen las uvas? "Aunque hacerlo ocasionalmente no supone ning¨²n problema, no es recomendable [por eso de que aportan cosas diferentes]". Acabo de o¨ªr a mi madre dici¨¦ndome "tu ver¨¢s¡­"

Sigo intent¨¢ndolo: ?Los tomates, cuentan como fruta? ¡°"c¨®digo alimentario espa?ol los cataloga como hortalizas pues, aunque son frutos, el uso que se hace de ¨¦l es de hortaliza. Otros frutos que son hortalizas son, por ejemplo, las berenjenas. Tambi¨¦n las habas tiernas y el ma¨ªz, pese a que son legumbres y cereales respectivamente, por su aporte nutricional y uso cultural". No hay manera.

?Y ¨Cya que estoy¨C una salsa, como una raci¨®n de verdura¡­? "La salsa de tomate es una combinaci¨®n de varias hortalizas por lo que en s¨ª misma, podr¨ªa considerarse como una forma de tomar verduras. A la hora de cuantificar si es una raci¨®n o no, deber¨¢ considerarse la cantidad de cada ingrediente utilizado: al menos 80 gramos si se presenta como parte del men¨² o 120 gramos si es en un plato ¨²nico", finaliza el dietista-nutruicionista.

Solo queda resignaci¨®n y buscar las menos dulces, m¨¢s verdes. Quienes no gusten de las hortalizas, tienen otro consuelo. Las verduras fritas (incluso rebozadas, aunque es mejor no abusar de esta t¨¦cnica), s¨ª que cuentan como verdura.