¡°Las argelinas combaten hasta sus tragedias con humor¡±
La m¨²sica Samira Brahmia, que naci¨® en Par¨ªs y creci¨® en Argel, presenta en estos d¨ªas su disco ¡®Awa¡¯, un homenaje a las madres de la inmigraci¨®n
Puede cantar un standard, un ¨¦xito pop de Coldplay o una canci¨®n del repertorio ra? argelino, por d¨¦cadas masculinizado, pero de la voz de Samira Brahmia emana la potencia de la mujer norafricana y, al mismo tiempo, una extraordinaria sensualidad, esa que ning¨²n velo puede ocultar. Al o¨ªr su estilo folk, aparentemente despreocupado pero preciso, con la impronta rockera que no va a perder en ning¨²n camino, guitarra ac¨²stica en ristre, presentimos que es la Joan B¨¢ez de Argel. En Argelia, Samira creci¨® y pas¨® buena parte de su vida, aunque forme parte indiscutible de la di¨¢spora francesa, porque en Par¨ªs naci¨®, como hija de aquellos infatigables trabajadores argelinos que construyeron la Europa de la posguerra, y a Par¨ªs volvi¨®, en 2003, para componer e interpretar m¨²sica. Desde entonces, rueda y rueda, al frente de bandas muy afinadas, que suenan como relojes en cualquier estilo.
La encontramos en Rabat, Marruecos, en el marco de un encuentro de mujeres de la industria musical, y asistimos a la presentaci¨®n de su single Mama, que forma parte de Awa, su nuevo trabajo discogr¨¢fico, producido por TV5Monde y que se publica en estos d¨ªas: ¡°Es un disco con canciones tradicionales, como el ra? que siempre hab¨ªan cantado los hombres y ahora canto yo, que tengo ganas de hablar de amor, de sexo o de alcohol, porque todo eso existe entre las mujeres, incluidas las musulmanas, claro¡ Porque soy libre de vivir cualquier experiencia¡ Awa es un ¨¢lbum en el que hablo, justamente, de la condici¨®n femenina. Y lo que quiero transmitirle a mi hijo y a los chicos y chicas de esta generaci¨®n es el valor de las madres de los inmigrantes, en especial, las que conozco de la di¨¢spora francesa, que no pudieron elegir por s¨ª mismas, y que est¨¢n en un pa¨ªs que les resulta extra?o porque as¨ª lo decidieron sus maridos o sus hijos. Hay que rendirles homenaje. La letra del single Mama pertenece a Magyd Cherfi¡±, nos explica Brahmia.
Sin embargo, esta cantante que ha tocado de todo, desde bandas sonoras de cine, a jingles publicitarios, pasando por ser destacada participante en el reality televisivo La voz, en la edici¨®n de 2015 de su versi¨®n francesa, quiere aclarar que ning¨²n tipo de libertad deber¨ªa ser privilegio de las mujeres exitosas, o rebeldes, del mundo del espect¨¢culo: ¡°La mujer tiene el derecho de estar loca, enamorada, ser empresaria y tener sue?os, e ir adonde quiera. No quiero encerrarme en el rol de la cantante bandida o la misteriosa; esto es lo que cualquier mujer tiene derecho a hacer¡±.
A Brahmia, que ha colaborado con Cheb Khaled, Rachid Taha, Gnawa Diffusion y la Orquesta National de Barb¨¨s, suelen asociarla con el fraseo de Ella Fitzgerald. No obstante, su fuerza nos recuerda al swing de Miriam Makeba, la sudafricana contempor¨¢nea de Nelson Mandela, que vivi¨® treinta a?os en el exilio; quiz¨¢, tambi¨¦n, por lo mucho que signific¨® Argelia para Makeba, que fue la estrella del race pride (orgullo de la negritud) en femenino, y que lleg¨® a aquel m¨ªtico Festival Panafricano de Alger, de 1969, junto a los Panteras Negras, que cruzaban el Atl¨¢ntico para darle entidad global a la lucha contra la segregaci¨®n racial (recordemos que el l¨ªder Black Panther Stokely Carmichael estuvo casado con Mama ?frica).
?Se siente heredera de Miriam Makeba? ¡°Yo no puedo decir tanto, pero la admiro y la adoro ¡ªreconoce Samira¡ª, tengo mucho respeto por lo que ella hizo. Y en este momento resulta un poco agobiante ver a cantantes que no van a ning¨²n lado. Ella ten¨ªa un prop¨®sito, un contenido, se bati¨® por lo que cre¨ªa y pag¨® las consecuencias de su compromiso. ?frica es mi continente y necesito redescubrir mi africanidad. Mi pr¨®ximo proyecto estar¨¢ basado en ese descubrimiento. Nuestras hijas en Argelia se identifican con Makeba. Porque la mujer africana no es una mujer de cuentos de hadas¡±.
Nuestras hijas en Argelia se identifican con Makeba. Porque la mujer africana no es una mujer de cuentos de hadas
Tan ligada se siente Samira Brahmia a aquel viaje fundacional del panafricanismo que emprendi¨® Makeba y que tuvo un momento culminante en el Festival de su ciudad, Alger, que ella se propone hacer el trayecto inverso, ¡°desde el Norte descender a Sud¨¢frica¡±. Est¨¢ dispuesta a intentarlo: ¡°Quiero que los norafricanos tomen consciencia de su africanidad y ayudar a borrar esas trazas de racismo que a¨²n persisten en el Magreb. Tambi¨¦n quiero decirle ¡®gracias¡¯ a Nelson Mandela. Para m¨ª, ir hacia el Sur ser¨ªa volver a la madre patria, por lo que mi proyecto ser¨ªa llegar hasta Mama ?frica, a Miriam Makeba¡±.
No nos cabe duda de su empuje para lograrlo, le decimos, teniendo en cuenta la fortaleza que siguen demostrando las mujeres argelinas, desde la Guerra de la Independencia hasta su papel insustituible en las recientes manifestaciones p¨²blicas: ¡°Yo estoy muy orgullosa de ellas. Sabes que, en estos meses, con todo lo que pasa en Argelia, la mujer argelina ha tomado posesi¨®n de la calle y de su cuerpo. Se asumen, salen. Los hombres han cambiado de actitud frente a ellas; no todos los hombres, por supuesto, pero, ?no es una utop¨ªa bella? A ellas las arrestan y siguen batallando junto a los hombres por la justicia. Le rindo homenaje, especialmente, a una luchadora que est¨¢ en prisi¨®n, que ha ido a juicio, hace unos meses, por llevar la bandera bereber en alto. Es incre¨ªble. Y ella le dijo al juez que, en cuanto saliera de prisi¨®n, volv¨ªa a la calle con la bandera de su pueblo. Las argelinas tienen, adem¨¢s, un gran sentido del humor, y combaten hasta las tragedias con humor¡±.
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