La inspiraci¨®n de las mujeres
Nosotras representamos la mitad de la poblaci¨®n mundial, pero seguimos por detr¨¢s de los hombres en materia de derechos. La sororidad puede cambiar esta desigualdad
Empecemos hablando de lo obvio. Las mujeres representamos la mitad de la poblaci¨®n mundial, pero seguimos estando por detr¨¢s de los hombres en materia de derechos. Lo sabemos nosotras, lo saben las personas que tienen responsabilidades, incluso se aprueban leyes para revertir esta situaci¨®n end¨¦mica, pero a d¨ªa de hoy la desigualdad entre hombres y mujeres es una realidad enquistada.
Es cierto que, si hablamos en t¨¦rminos generales, la situaci¨®n de la mujer ha mejorado en el ¨²ltimo siglo y medio. Poco a poco, m¨¢s despacio de lo que nos gustar¨ªa, pero los avances en materia de derechos, tanto en el reconocimiento de los mismos como en su ejercicio, son indiscutibles. Sin embargo, la discriminaci¨®n de la mujer sigue presente en mayor o menor medida en todas las sociedades,
En el mundo, por cada 100 hombres j¨®venes que viven en la pobreza extrema, hay 122 mujeres. Dos de cada tres personas analfabetas son mujeres. M¨¢s del 70% de las v¨ªctimas de trata son mujeres y ni?as. Son solo algunos de los datos que muestran la gravedad del problema. Uno que empieza desde el mismo momento en el que se nace, porque nacer ni?a quiere decir que tus perspectivas de futuro van a ser peores que las de tus hermanos, primos o amigos varones.
Sabemos que las ni?as y mujeres parten con una clara desventaja respecto a los hombres. Tambi¨¦n sabemos que esta situaci¨®n puede cambiar. Y la educaci¨®n es la clave para revertir estas desigualdades. Cuando una ni?a va a la escuela, es mucho m¨¢s dif¨ªcil que se convierta en una de los 650 millones de mujeres, ni?as y adolescentes obligadas a casarse antes de los 18 a?os. Es m¨¢s improbable que se quede embarazada y muera por las complicaciones en el embarazo y el parto, como les pasa cada a?o a 70.000 j¨®venes de entre 15 y 19 a?os. Y ya no ser¨¢ una de las 102 millones que no pueden acceder a una educaci¨®n.
Dos de cada tres personas analfabetas son mujeres
Por desgracia, no siempre les es f¨¢cil convencer a su entorno de que ir a la escuela, aprender y formarse es algo que puede llegar a ser crucial para un futuro mejor. A veces, ser ni?a quiere decir que solo puedes estar en casa haciendo las tareas del hogar, que tus aspiraciones vitales se limitan a ser madre y esposa y que se privilegia la educaci¨®n de los hermanos varones por encima de la tuya.
Pero tambi¨¦n hay mujeres y ni?as que inspiran y apoyan a otras a seguir luchando por sus sue?os. Como es el caso de la madre de Sabina, en Banglad¨¦s. A ella la obligaron a casarse. No quiere que su hija sea otra v¨ªctima del matrimonio infantil. Por eso, la apoya en sus estudios, para que Sabina pueda cumplir su sue?o de convertirse en polic¨ªa y proteger a las mujeres. O como la abuela de Dairin, en Guatemala. No sabe leer y escribir, lo que ha limitado sus oportunidades en la vida. Quiere que su nieta pueda decidir su futuro con mucha m¨¢s libertad de la que ella tuvo. O la madre de Neimatou, en Burkina Faso, que le consigue todo el material escolar que necesita para que pueda continuar estudiando. Sin saberlo, sin tener conciencia de ello, estas ni?as han aprendido lo que es la sororidad. Es la solidaridad femenina. Es ese apoyo tan necesario para conseguir los mismos derechos que los hombres y que estos se cumplan siempre, como es el derecho a recibir una educaci¨®n equitativa y de calidad.
Sabemos que la situaci¨®n puede cambiar y la educaci¨®n es la clave para revertir la desigualdad de g¨¦nero
Dairin, Sabina y Neimatou, y tantas otras ni?as que, a pesar de las dificultades a las que se enfrentan, contin¨²an con sus estudios, son ya un ejemplo para todos. Son el presente de un mundo en el que la discriminaci¨®n de las ni?as por el mero hecho de serlo es una realidad. Pero tambi¨¦n son la esperanza de un futuro m¨¢s igualitario entre hombres y mujeres. Porque como dice Ingrid, de Nicaragua: ¡°Hoy es el momento de luchar, de vivir, de demostrarle al mundo que nosotras somos la inspiraci¨®n de las dem¨¢s mujeres¡±.
Leire Gurruchaga es especialista en g¨¦nero de la ONG Educo.
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