?Tomar el sol en la ventana sirve para sintetizar vitamina D mientras dure el confinamiento?
S¨ª, pero no vale hacerlo de cualquier manera
"Cuando pasamos un rato sentados al lado de una ventana por la que entran los rayos del sol, podemos sentir c¨®mo calientan e iluminan. Incluso pueden llegar a quemarnos la piel, como si yaci¨¦ramos al aire libre", explica Cristina Eguren, dermat¨®loga de la cl¨ªnica que lleva su nombre, en Madrid, y miembro de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venereolog¨ªa (AEDV). Lo que notamos es el efecto de los rayos ultravioleta tipo A (UVA), que son capaces de traspasar el cristal y llegar hasta nosotros. Pero, ?es esto suficiente para sintetizar la vitamina D que necesita el cuerpo para absorber el calcio que protege los huesos?
La respuesta es no. La radiaci¨®n que ayuda a este proceso, la ultravioleta tipo B (UVB), se queda fuera (hay una tercera, la ultravioleta C, que es completamente absorbida por el ozono de la atm¨®sfera). Esto puede ser un problema hasta en el "pa¨ªs del sol", donde, ir¨®nicamente, los niveles de vitamina D son semejantes o inferiores a los descritos para Europa central o Escandinavia, seg¨²n un estudio de la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral. Es decir, bajos. "Y su d¨¦ficit disminuye la absorci¨®n del calcio a nivel intestinal y promueve el gasto del almacenado en el hueso", avisa Francisco Vargas Negr¨ªn, del grupo de trabajo en Enfermedades Reumatol¨®gicas de la Sociedad Espa?ola de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC). Su funci¨®n incluso puede ir m¨¢s all¨¢ del mantenimiento de la salud ¨®sea, ya que hay estudios que relacionan un nivel bajo de vitamina D con enfermedades autoinmunes y mayor susceptibilidad a infecciones.
Para evitarlo, toca recibir la radiaci¨®n solar al aire libre, aunque sin pasarse: "Bastan 20 minutos diarios de exposici¨®n en mangas de camisa y pantal¨®n corto para unos niveles correctos", aclara la dermat¨®loga. ?Y ahora, si las ventanas bloquean la radiaci¨®n que usamos para sintetizar la vitamina y no podemos salir a la calle, de d¨®nde vamos a sacarla? La respuesta m¨¢s inmediata est¨¢ en las ventanas abiertas y los balcones, pero las circunstancias animan a ser especialmente cautos con la dieta, una humilde fuente de la que solo procede el 20% o menos de toda la vitamina D que obtiene el organismo.
Seg¨²n expuso anteriormente a esta revista Lourdes Carrillo, del Grupo de Nutrici¨®n de la semFYC, no es una buena idea recurrir a la alimentaci¨®n para obtener la vitamina D necesaria: "Un litro de leche aporta de 200 a 400 unidades internacionales y la necesidad diaria es de entre 600 y 800 unidades para un adulto sano; por lo que habr¨ªa que tomar casi dos litros de leche al d¨ªa". Sin embargo, y dadas las circunstancias, tampoco est¨¢ de m¨¢s saber qu¨¦ alimentos son los que mayor contenido tienen de esta vitamina, que principalmente est¨¢ en los l¨¢cteos y sus derivados.
Una raci¨®n de caballa, por ejemplo, proporciona el 90% de las necesidades diarias de vitamina D. El at¨²n tambi¨¦n es rico en este micronutriente, as¨ª como las sardinas, que cuando est¨¢n enlatadas tienen la ventaja de que se puede comer hasta la espina, con el calcio que contiene. Un huevo contiene la quinta parte de la ingesta diaria recomendada, y crust¨¢ceos como las gambas, los langostinos, las almejas y las ostras tambi¨¦n aportan la vitamina. Entre los alimentos que no son de origen animal, los hongos son de los pocos alimentos ricos en este nutriente.
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