Olvida los suplementos para las defensas: esto es lo que necesita el sistema inmunitario
Hay h¨¢bitos saludables que influyen en el sistema inmunitario, y no est¨¢n a la venta en la farmacia
Si buscas una f¨®rmula f¨¢cil e inmediata para hacerte inmune a la pandemia de coronavirus, no sigas leyendo. No existe, y confiar en las muchas ofertas que encontrar¨¢s estos d¨ªas, ya sean en forma de suplemento vitam¨ªnico, probi¨®tico, a base de prop¨®leo o mediante una terapia alternativa en un spa, ser¨ªa una imprudencia. En este momento, lo mejor para el sistema inmunitario es quedarse en casa y ser escrupuloso con las medidas higi¨¦nicas. Pero si lo que te interesa es saber qu¨¦ puedes hacer en el d¨ªa a d¨ªa para mantener las defensas en un estado ¨®ptimo (en efecto, hay cosas que surten efecto), contin¨²a y toma nota. Ver¨¢s por qu¨¦ no es tan f¨¢cil como tomar una p¨ªldora.
Lo primero que hay que asumir ¡ªy tener en cuenta cuando a uno le ofrecen soluciones f¨¢ciles¡ª es que expresiones como aumentar y potenciar las defensas son enga?osas. "Son conceptos que, desde un punto de vista estrictamente cient¨ªfico, no tienen mucho sentido. Es un argumento muy pobre que entiende el sistema inmunitario como una entidad peque?a y localizada, con el potencial de modificarse f¨¢cilmente tom¨¢ndose alg¨²n suplemento, por ejemplo", afirma el investigador del Instituto de Biolog¨ªa Molecular de Maguncia, en Alemania, Jes¨²s Gil-Pulido.
El embajador jefe de la Sociedad Espa?ola de Inmunolog¨ªa se?ala que son t¨¦rminos que nos pueden llevar a asociar "m¨¢s" con "mejor", lo que ser¨ªa incorrecto en este caso. Lo ilustra con un ejemplo: tenemos un n¨²mero muy grande, s¨ª, pero finito de c¨¦lulas T, que son capaces de reconocer a miles de potenciales invasores, pero tener m¨¢s no va a hacer nada si no identifican al invasor. "Mi posici¨®n aqu¨ª es clara, potenciar las defensas no dice nada, y es precisamente la vagueza de su significado lo que usan muchas personas para vender productos cuya utilidad no ha sido demostrada". Puede que contengan nutrientes u otras sustancias que se hayan relacionado con el funcionamiento de las defensas (venden suplementos hasta con calostro), pero de ah¨ª a que disminuyan el riesgo de infecci¨®n hay un paso conceptual importante, a¨²n mayor si se habla de mejorar las defensas.
El sistema inmunitario no parece ser susceptible de mejorar. Si eres de esas personas que se cogen un resfriado detr¨¢s de otro puedes aspirar a contraer el menor n¨²mero posible, pero es probable que vayas a seguir siendo as¨ª. "Esta opini¨®n es totalmente personal y no est¨¢ basada en ning¨²n estudio que haya le¨ªdo, pero creo que el sistema inmunitario con el que nacemos es el que tenemos", dice el cient¨ªfico. Y su esencia est¨¢ influenciada por multitud de factores, de los genes a las infecciones del pasado. "No podemos mejorarlo, sino ¨²nicamente mantener todos sus componentes de la mejor manera posible durante el mayor tiempo posible". O sea, que s¨ª es posible optimizar su funcionamiento y podemos hacer algunas cosas para conseguirlo. "En nuestra mano est¨¢ mantenerlo en las mejores condiciones con una dieta saludable, haciendo el ejercicio adecuado y durmiendo lo necesario". Sin olvidar mantener el estr¨¦s a raya. No es tan c¨®modo como bajar a la farmacia, pero funciona.
Las defensas necesitan ejercicio
El cuerpo humano tiene un importante cat¨¢logo de recursos para frenar las invasiones. La primera barrera es la piel, que adem¨¢s de marcar una frontera f¨ªsica tiene una microbiota que luchar¨¢ para que cualquier microbio no le quite su territorio. Los virus respiratorios no penetran a trav¨¦s de ella, pero s¨ª por las mucosas, que conforman la frontera en las cavidades del cuerpo comunicadas con el exterior. Son las que est¨¢n en el interior de la nariz y la boca, por ejemplo, y por las que entran pat¨®genos como el nuevo coronavirus. El organismo tambi¨¦n tiene recursos qu¨ªmicos como la lisozima de la saliva, una enzima que destruye las estructuras de algunos pat¨®genos; y el pH ¨¢cido del est¨®mago, un entorno hostil tanto para los pat¨®genos como para los probi¨®ticos que algunas compa?¨ªas ofrecen como aliados del sistema inmunitario.
Es cierto que la microbiota intestinal tiene funciones defensivas, que se basan en el hecho de que los microbios afincados en el tracto digestivo son reacios a que otros microorganismos ocupen su espacio. Pero influir en ellas es muy complicado. "Uno de los primeros problemas que tenemos es que un probi¨®tico que tomamos por la boca pase la barrera g¨¢strica", por los grandes cambios de pH que se producen, dice la endocrin¨®loga nutricionista del Hospital de La Princesa Bego?a Molina.
La ¨²ltima frontera del sistema inmunitario est¨¢ compuesta por los "soldados", un vasto conjunto de entidades biol¨®gicas como los macr¨®fagos y las c¨¦lulas dendr¨ªticas, que se dedican a captar a los invasores y romperlos en pedazos llamados ant¨ªgenos. Con ellos se confecciona la plantilla sobre la que trabajan los linfocitos B para generar anticuerpos. Gil-Pulido se?ala que se han publicado estudios que concluyen que el ejercicio f¨ªsico mejora la capacidad antimicrobiana de c¨¦lulas como los macr¨®fagos, que ralentiza el proceso de envejecimiento influyendo en la inmunosenescencia, que se refiere a la p¨¦rdida de capacidad del sistema inmunitario a consecuencia de la edad; y que afecta a un fino equilibrio entre la inflamaci¨®n y la antiinflamaci¨®n, lo cual es muy interesante porque entre las enfermedades asociadas con la inflamaci¨®n figuran algunas tan importantes como el c¨¢ncer.
"La realidad es que no sabemos a¨²n por qu¨¦ el ejercicio es bueno, pero lo es", matiza. Seg¨²n algunos trabajos, una sesi¨®n de menos de 60 minutos de ejercicio aer¨®bico, de intensidad de moderada a vigorosa, no solo aumenta la capacidad antimicrobiana de los macr¨®fagos, sino que la actividad f¨ªsica tambi¨¦n moviliza un aluvi¨®n de c¨¦lulas implicadas en la respuesta inmunol¨®gica: los cambios en la circulaci¨®n sangu¨ªnea hacen que los soldados lleguen a m¨¢s tejidos, lo que aumenta la intensidad de su labor de vigilancia y acci¨®n. Tambi¨¦n se han publicado trabajos que indican que el ejercicio f¨ªsico disminuye la concentraci¨®n de hormonas del estr¨¦s como el cortisol, y cualquiera que haya pasado estresado largas temporadas ha podido comprobar que existe una relaci¨®n con infecciones como las que provocan los resfriados.
Parece que un nivel de estr¨¦s de corta duraci¨®n, que dure entre unos minutos y unas horas, es positivo para el sistema inmunitario, pero cuando se cronifica tiene efectos adversos, dice el investigador. Esto se debe, en parte, a efectos de hormonas cuya producci¨®n se altera en situaciones de estr¨¦s como el ya mencionado cortisol y la epinefrina. "El papel del estr¨¦s a largo plazo en el sistema inmunitario constituye otro gran desconocido", dice Gil-Pulido. Pero hay estudios que se?alan algunos efectos. "Se ha demostrado que es perjudicial en el desarrollo de tumores por disminuir la forma en la que se 'reconocen', se ha observado que aumenta las patolog¨ªas autoinmunes, aunque seguramente esto se deba a un conjunto de muchos factores que el estr¨¦s pueda desencadenar; y se ha relacionado con una disminuci¨®n de la lucha contra los pat¨®genos", resume.
Lo mismo pasa con el sue?o. Los cient¨ªficos sugieren hace tiempo que, en general, hay que dormir entre 7 y 8 horas al d¨ªa para mantener un sistema inmunitario adecuado. Pero no se sabe por qu¨¦ dormir mal es perjudicial. "Se ha hablado, por ejemplo, de que hacerlo menos o m¨¢s de las horas recomendadas se asocia con un incremento de marcadores de inflamaci¨®n en el organismo, incluso que dormir poco est¨¢ asociado con una mayor producci¨®n de un tipo de c¨¦lula que est¨¢ detr¨¢s del desarrollo de las placas de arteriosclerosis, responsables de eventos coronarios como los infartos y los derrames cerebrales. Esto ¨²ltimo vuelve a poner de relieve que m¨¢s no es sin¨®nimo de mejor", apunta Gil-Pulido.
Sin evidencia para los suplementos alimenticios
Un campo en el que hay algo m¨¢s de evidencia es el de la dieta. Los estudios cient¨ªficos relacionan un amplio elenco de nutrientes con el funcionamiento del sistema inmunitario, un conjunto de minerales y vitaminas que se comercializan habitualmente en suplementos. Pero son in¨²tiles para la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n adulta sana porque la alimentaci¨®n habitual es suficiente para ellos, seg¨²n el presidente de la Academia Espa?ola de Nutrici¨®n y Diet¨¦tica (que ha hecho unas recomendaciones para la crisis del coronavirus), Giuseppe Russolillo.
"Existen algunos nutrientes como el cobre, los folatos, el hierro, el selenio, el zinc, las vitaminas A, B12, B6, C y D que contribuyen al normal funcionamiento del sistema inmunitario, pero la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria ha dejado muy claro que es improbable que su consumo se asocie a un incremento de las defensas y a un menor riesgo de contagiarse de cualquier infecci¨®n", afirma. "El organismo no va a absorber a nivel intestinal m¨¢s de lo que necesite. Muchas de esas sustancias, si realmente no se necesitan, van a ser eliminadas por el organismo", explica. Y no suelen necesitarse porque la poblaci¨®n espa?ola adulta apenas tiene los d¨¦ficits nutricionales que justificar¨ªan el recurso de los suplementos.
Algo parecido sucede con los productos destinados a la microbiota intestinal. "No existen pruebas de que los l¨¢cteos fermentados o los complementos de probi¨®ticos, prebi¨®ticos y simbi¨®ticos puedan ayudar a prevenir o disminuir el riesgo por infecciones en general", dice Russolillo. Y a?ade: "El beneficio en el sistema inmunitario se obtiene tomando una dieta variada basada en frutas, hortalizas, legumbres, productos integrales, frutos secos y leches fermentadas tambi¨¦n, pero no solo tomando leches fermentadas". Russolillo matiza que los probi¨®ticos y prebi¨®ticos pueden tener beneficios en la salud intestinal al margen de los inmunitarios.
El uso de suplementos, seg¨²n Russolillo, deber¨ªa reservarse a quienes tengan alg¨²n d¨¦ficit o estado carencial, como el d¨¦ficit de vitamina D, que afecta a una gran parte de la poblaci¨®n espa?ola, y a las personas mayores que tengan alguna patolog¨ªa que pueda influir en el sistema inmunitario. "Sobre todo porque en esta poblaci¨®n est¨¢ disminuida la sensaci¨®n de apetito y comen menos", apunta. En todo caso, siempre deber¨ªan consumirse bajo la prescripci¨®n profesional. Y, como subraya la vir¨®loga del Centro de Biolog¨ªa Molecular Severo Ochoa Margarita del Val, lo m¨¢s importante es no caer en la trampa de crear una asociaci¨®n entre este tipo de productos o el estilo de vida e infecciones como la que ha originado la pandemia de coronavirus. "En realidad, ahora los h¨¢bitos de vida que nos funcionan son aquellos que nos permiten aislarnos de los dem¨¢s. Sobre todo, y por encima de todo, quedarnos en casa", remata la investigadora.
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