En cuarentena con el enemigo

El jueves pasado, cuando ya llev¨¢bamos cinco d¨ªas de cuarentena en El Salvador, me escribi¨® un amigo del que no ten¨ªa noticias hac¨ªa mucho tiempo. Esta es una de las mejores cosas del coronavirus, recuperar el contacto con gente que hac¨ªa tiempo con la que no hablabas.

Intercambiamos los mensajes de rigor.

¡ª??C¨®mo est¨¢s? ?C¨®mo llevas el confinamiento?

Y as¨ª, de la nada me suelta.

¡ª Oye, ?y ese perfil en tu WhatsApp?

Mi foto es un redondel morado. La primera reacci¨®n fue de risas e intercambio de emoticonos varios, hasta que me puse seria y le dije: ¡°Vaya, parece mentira que no me conozcas, he puesto esa imagen de perfil porque es marzo y es el mes en el que conmemoramos el D¨ªa Internacional de la Mujer y, adem¨¢s, el morado es nuestro, de las mujeres, desde hace mucho tiempo¡±.

Comienzo a darme cuenta de que est¨¢bamos a 26 de marzo y el mes que utilizamos para recordar y reivindicar la lucha contra la desigualdad de las mujeres ha sido opacada por un virus, el SARS-Cov-2, y solo hablamos de eso. Otra vez las mujeres y sus problemas invisibilizados¡­

Despu¨¦s de la conversaci¨®n con mi amigo no he dejado de pensar en las mujeres en general y en las de El Salvador en particular. Pero sobre todo en aquellas que sufren un doble confinamiento: el provocado por el virus y el que sufren por su condici¨®n y situaci¨®n de vulnerabilidad. Desde el 21 de marzo, que el gobierno salvadore?o decret¨® cuarentena por treinta d¨ªas, pienso con frecuencia en todas ellas, esas mujeres por las que trabajamos desde la Cooperaci¨®n Espa?ola y seguiremos haci¨¦ndolo desde casa.

Este marzo de 2020 ser¨¢ recordado como el de la COVID19, pero seguir¨¢ siendo el mes de las mujeres. Esto ha sido un par¨¦ntesis

Me acuerdo y pienso en todas las que sufren maltrato, las que est¨¢n en sus casas confinadas, que no pueden salir y conviven con su maltratador. Durante estas semanas no se han publicado cifras sobre feminicidios y produce escalofr¨ªos pensar que ha habido mujeres asesinadas y nadie lo sabe. Y si se sabe no se dice porque hay que concentrarse en el virus. Ojo, creo que hay que focalizarse en el grave problema de la COVID19, nadie puede discutir eso, pero no olvidemos que las mujeres siguen muriendo. Que lo urgente no nos haga olvidar lo importante.

En 2018, 386 mujeres fueron asesinadas en El Salvador, seg¨²n el Informe Anual sobre el Estado y Situaci¨®n de la Violencia contra las Mujeres Publicado por el Instituto Salvadore?o para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU).

Me acuerdo y pienso en todas esas ni?as y adolescentes embarazadas que juegan a ser madres pero con mu?ecos de verdad. Las hay por todo el pa¨ªs, pero especialmente en las zonas rurales, en los cantones (lo que podr¨ªa ser una aldea en Espa?a) y que ahora pueden estar confinadas con sus abusadores.

En 2018, el Ministerio de Salud de El Salvador report¨® 710 adolescentes embarazadas, y el personal de salud encontr¨® evidencias que le llev¨® a determinar que las adolescentes estaban enfrentando hechos de violencia sexual. Entre tanto drama, no puedo evitar esbozar una sonrisa cuando me acuerdo y pienso en la liberaci¨®n de Imelda (20 a?os) que en diciembre de 2018 fue absuelta despu¨¦s de haber sido acusada de intento de homicidio tras un parto espontaneo en el que su hija sobrevivi¨®. Aunque finalmente fue liberada, Imelda pas¨® 20 meses en prisi¨®n. Por cierto, su embarazo fue causado por las violaciones sistem¨¢ticas de su padrastro de 70 a?os durante siete a?os.

Desde 1998, El Salvador proh¨ªbe el aborto en su totalidad y es uno de los pa¨ªses con la ley m¨¢s restrictiva de Am¨¦rica. Hoy, Imelda estar¨¢ pasando la cuarentena en su casa, con su gente. Pero no es el caso de las 18 que est¨¢n recluidas en la c¨¢rcel por, seg¨²n sus expedientes judiciales, homicidio agravado o aborto. La mayor¨ªa tiene condenas de 30 a?os. ?30 a?os! Hoy, con la COVID-19 viven triple aislamiento: por la reclusi¨®n, por el virus y por la escasa o nula comunicaci¨®n con los suyos.

Durante estas semanas no se han publicado cifras sobre feminicidios y produce escalofr¨ªos pensar que ha habido asesinadas y nadie lo sabe

El pasado 23 de enero, tuve la oportunidad y la suerte de conocer a 13 de ellas, que cumplen condena en el Centro de Detenci¨®n Menor de Zacatecoluca. Extraordinarias mujeres. En estos d¨ªas o¨ªmos con frecuencia la canci¨®n Resistir¨¦, del D¨²o Din¨¢mico; parece que se ha convertido en el himno de la crisis sanitaria. Para aquellas 13 es su historia de vida.

En la hora y media que estuve con ellas, me dieron una lecci¨®n de entereza, humildad y desde luego resistencia. De todo lo que me contaron, me quedo con lo que me dijo Mar¨ªa (nombre ficticio), de 26 a?os y que ya lleva siete de reclusi¨®n: "No somos un peligro para la sociedad, no merecemos estar aqu¨ª 30 a?os. Nuestras familias nos necesitan. Cuando hablen con los medios de comunicaci¨®n, d¨ªganles esto". Por eso, intento aprovechar cualquier ocasi¨®n para trasladar su mensaje. Cuento su historia cada vez que tengo la oportunidad. Como ahora.

S¨ª, este marzo de 2020 ser¨¢ recordado como el de la COVID19, pero seguir¨¢ siendo el mes de las mujeres. Esto ha sido un par¨¦ntesis.

Mientras tanto, trabajo desde casa para ellas, sigo pensando y acord¨¢ndome de ellas. De todas, pero especialmente de las que sufren maltrato, abuso y de las que est¨¢n encarceladas. Yo, de momento, mantengo mi foto de perfil de WhatsApp en morado.

Cristina Aldama Calles es coordinadora de la Oficina T¨¦cnica de Cooperaci¨®n de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional para el Desarrollo (AECID) en El Salvador.