Auge, ca¨ªda y resurrecci¨®n de Renny Harlin, el hombre tras el mayor fracaso de la historia de Hollywood
La historia de un tozudo finland¨¦s que, en apenas diez a?os, firm¨® un pu?ado de cl¨¢sicos, consigui¨® que el salario medio de los directores se incrementara, comand¨® el mayor fracaso de la historia de Hollywood y resucit¨® la fiebre por los tiburones. Nada quema etapas tan r¨¢pido como ponerle pasi¨®n
Muchos j¨®venes fantasean con hacer una pel¨ªcula. Algunos, con guion o sin guion, la sacan adelante entre amigos y consiguen, en el mejor de los casos, un gran recuerdo. Solo unos pocos elegidos, sin embargo, ser¨ªan capaces de tomarse el asunto tan en serio como para planificar una producci¨®n, contactar a Chuck Norris para que la protagonice y que a la estrella de Walker, Texas Ranger no solo le parezca un proyecto viable, sino que acepte. As¨ª fue el tremebundo pistoletazo de salida de la carrera de Lauri Mauritz Harjola (Riihim?ki, Finlandia, 1959), un muchacho que acabar¨ªa firmando algunas de las pel¨ªculas m¨¢s populares del Hollywood de los noventa. Solo que con otro nombre: Renny Harlin.
Tiene algo de simb¨®lico que Harlin, reputad¨ªsimo artesano que, en menos de una d¨¦cada, logr¨® encadenar seis pel¨ªculas como Las aventuras de Ford Farlaine (1990), La jungla 2: Alerta roja (1990), M¨¢ximo riesgo (1993), La isla de las cabezas cortadas (1995), Memoria letal (1996) y Deep Blue Sea (1999), iniciara su declive en paralelo al inicio de la era de Internet, todo un cambio en la relaci¨®n entre las pel¨ªculas y el p¨²blico por, entre otras razones, el auge de la cr¨ªtica profesional y no profesional. Al fin y al cabo, el cine de acci¨®n (tambi¨¦n en una importante decadencia comercial con el cambio de siglo) se lleva mejor con la inocencia que con el cinismo. Sin embargo, la nueva gran transformaci¨®n que vive la industria en estos ¨²ltimos a?os ¨Cla del modelo de negocio, por la consolidaci¨®n del streaming¨C, no ha pillado a Harlin con el pie cambiado: su nuevo pa¨ªs de residencia es China, desde donde se jacta de poder hacer, como antes en Estados Unidos, grandes estrenos de sus pel¨ªculas, de distribuirlas masivamente en salas y de cosechar un ¨¦xito de taquilla tras otro.
Tiene algo de simb¨®lico que Harlin iniciara su declive en paralelo al inicio de la era de Internet. Al fin y al cabo, el cine de acci¨®n se lleva mejor con la inocencia que con el cinismo.
Al fin y al cabo, como John McClane en la saga de La jungla, el director no es alguien que se ha llevado nunca del todo bien con la vida moderna. No sorprende leerle hoy en entrevistas lament¨¢ndose de c¨®mo las plataformas meten cada vez m¨¢s a los espectadores en casa ¨Ca pesar de que sea gracias a Netflix como podemos ver desde este mes en Espa?a Bodies at rest, su ¨²ltimo trabajo, un divertido remake encubierto de La jungla de cristal en una morgue hongkonesa¨C o hablando de c¨®mo muchas de las actuales pel¨ªculas de superh¨¦roes ¡°se apoyan en tirarte todos los efectos visuales a la cara¡± en lugar de en los personajes y la narraci¨®n.
De rodajes c¨¦lebres por su intensidad en circunstancias l¨ªmite (como el de M¨¢ximo riesgo en las Monta?as Rocosas de Colorado, a tres kil¨®metros de altura y bajo persistentes tormentas el¨¦ctricas) y por su empe?o en que los actores hagan las escenas peligrosas sin dobles ("Al p¨²blico tiene que merecerle la pena gastar el dinero"), la carrera de Renny Harlin se caracteriza por una firme voluntad de hacerlo todo a las bravas. Dentro y fuera de la pantalla.
¡°Pensado en retrospectiva lo demente que fue nuestro empe?o, la ¨²nica raz¨®n de que triunf¨¢ramos era que no ten¨ªamos ni idea de lo imposible que era lo que est¨¢bamos haciendo. No seguimos el protocolo. No ten¨ªamos agentes, ni representantes, ni abogados, ni nada. ?ramos solo dos muchachos finlandeses present¨¢ndonos sin cita en las productoras con nuestra pel¨ªcula¡±, rememoraba hace unos a?os Renny Harlin en una entrevista en el podcast How Did This Get Made?, sobre el primer asalto a los cielos de Hollywood junto a su amigo Markus Selin. Los dos chavales finlandeses no consiguieron finalmente que su debut lo protagonizara Chuck Norris, que abandon¨® por los retrasos en la producci¨®n, pero s¨ª su hijo, Mike Norris. Con un mill¨®n de d¨®lares de presupuesto (la mitad de ellos obtenidos de un productor tras ense?arle 25 minutos de pel¨ªcula que hab¨ªan rodado por su cuenta), Infierno en el ?rtico se estren¨® en m¨¢s de 1.000 cines en Estados Unidos. Y en ninguna sala de su Finlandia natal: el argumento, que segu¨ªa las andanzas de unos estudiantes estadounidenses que cruzan por diversi¨®n la frontera con Rusia y acaban envueltos en una persecuci¨®n mortal, era demasiado problem¨¢tico para un pa¨ªs de la ¨®rbita sovi¨¦tica en 1986.
Harlin y Selin gastaron toda la financiaci¨®n en el proyecto, sin reservarse un sueldo, y el segundo ¡ªhoy en d¨ªa, uno de los grandes productores de cine de Finlandia¡ª decidi¨® bajarse del barco. Harlin sent¨ªa? humillaci¨®n volver a su pa¨ªs sin lograr su prop¨®sito (llegar a ser ¡°director de pel¨ªculas de acci¨®n americanas¡±, como cuenta que proclam¨® una vez en el instituto ante la estupefacci¨®n de su profesor) y resisti¨®. Algunos colaboradores de New Line Cinema, el estudio que le contrat¨® para dirigir Pesadilla en Elm Street 4: El amo del sue?o, llegaron a insinuar que, antes del comienzo de la producci¨®n, daba sensaci¨®n de pobreza y parec¨ªa vivir en su coche, algo que el cineasta neg¨®: ¡°No ten¨ªa dinero para un coche¡±.
"No ¨¦ramos conscientes de que lo que est¨¢bamos haciendo era imposible. No seguimos el protocolo. ?ramos solo dos chavales finlandeses present¨¢ndonos sin cita en las productoras con nuestra pel¨ªcula"
La cuarta entrega de la saga de Freddy Krueger lo cambi¨® todo. Renny Harlin hab¨ªa conseguido hacer una pel¨ªcula de terror, Presidio, de la mano del productor de John Carpenter. Tras ello, estaba empe?ado en convencer a New Line de que la vieran y le cedieran la silla de director de Elm Street 4. ?La estrategia? Presentarse insistentemente en sus oficinas, abrumarles con su torrente de ideas y no aceptar un no por respuesta. Los astros se alinearon en favor del finland¨¦s: con la fecha de estreno puesta, sobrevino una huelga de guionistas sin todav¨ªa un texto final para la pel¨ªcula. Con todas las reticencias del mundo, Bob Shaye, jefazo del estudio, decidi¨® seguir adelante con las ideas de ese energ¨²meno escandinavo que merodeaba continuamente por all¨ª, con un aspecto lamentable, y que resum¨ªa sus planes para la nueva pel¨ªcula en convertir a Krueger en ¡°el James Bond del terror¡±.
Contrariamente a lo normal en una franquicia, las circunstancias permitieron a Harlin hacer una pel¨ªcula muy personal y exc¨¦ntrica, con pesadillas ideadas por ¨¦l mismo (como la de la pizza de almas) para las apariciones de Krueger. El momento del primer test con espectadores es recordado por el director como ¡°la experiencia m¨¢s maravillosa¡± de su vida: ¡°No sab¨ªa si iba a funcionar o si iba a ser el mayor desastre del mundo. Est¨¢bamos todos los ejecutivos y yo sentados en la ¨²ltima fila. La proyecci¨®n comenz¨® y el p¨²blico estaba entregado. Gritaban, re¨ªan, aplaudieron varias veces a mitad de pel¨ªcula. Fue como si, de repente, todos los nervios, todo el miedo, toda la ansiedad, todo el esfuerzo, el vivir en un lugar miserable sin nada de comida, se me estuviese compensando¡±.
¡°Fue una apuesta arriesgada, pero la pele¨¦ con el coraz¨®n. Mi padre, desgraciadamente, muri¨® antes de verme triunfar. Pero siempre recordar¨¦ el momento en que llam¨¦ a mi madre el fin de semana de estreno de Pesadilla en Elm Street 4 y le dije 'Mam¨¢, lo he logrado'. Bob Shaye, que estaba conmigo en ese momento, cogi¨® tambi¨¦n el tel¨¦fono para decirle: 'Debe estar orgullosa de su hijo. Ha dirigido el mayor ¨¦xito en la historia de nuestro estudio'. Ella lloraba. Hab¨ªa sufrido much¨ªsimo. Pasaban per¨ªodos de hasta seis meses en los que yo no ten¨ªa dinero ni para llamar a casa y ella no sab¨ªa si segu¨ªa vivo¡±, cont¨® Harlin.
"Siempre recordar¨¦ el momento en que llam¨¦ a mi madre en el estreno de Pesadilla en Elm Street 4 y le dije ¡°Mam¨¢, lo he logrado¡±. Ella lloraba. Hab¨ªa sufrido much¨ªsimo. Pasaban per¨ªodos de hasta seis meses en los que yo no ten¨ªa dinero ni para llamar a casa y ella no sab¨ªa si segu¨ªa vivo¡±
Pese a su entrada por la puerta grande en el terror, Harlin se acab¨® convirtiendo en una gran figura del cine de acci¨®n, tal como como ¨¦l quer¨ªa. Tras salir del proyecto de Alien? por diferencias creativas con Fox, que consideraba la visi¨®n del director demasiado arriesgada (quer¨ªa ambientar la pel¨ªcula en la Tierra), Harlin dirigi¨® durante toda una d¨¦cada ¨¦xitos instant¨¢neos, con algunos de los villanos m¨¢s celebrados de los 90, o fracasos que acabaron logrando estatus de culto.
En esa segunda categor¨ªa, hasta con certificado de r¨¦cord Guiness: el de mayor descalabro financiero del cine ¨Chasta ese momento¨C por La isla de las cabezas cortadas, que recaud¨® diez millones de d¨®lares con un presupuesto de cien. Y es, adem¨¢s, recordada ir¨®nicamente por el director como su ¡°luna de miel¡± con la actriz Geena Davis, con quien contrajo matrimonio al comienzo de la producci¨®n. El rodaje de la pel¨ªcula de piratas fue un maremagno de actores desvincul¨¢ndose a ¨²ltima hora, escenarios destruidos y reconstruidos por orden del director, escenas de guion inacabadas y motines en el equipo de operadores de c¨¢mara, el peque?o empuj¨®n que le faltaba para la bancarrota al estudio Carolco Films, de los otrora todopoderosos Mario Kassar y Andrew G. Vagna. En su haber, tambi¨¦n en el apartado econ¨®mico, el logro del incremento del salario medio para los directores de cine que ¨¦l asegura que consigui¨® tras negociar su sueldo de un mill¨®n de d¨®lares por M¨¢ximo riesgo.
En opini¨®n de Kiko Vega, cr¨ªtico de cine en Espinof, para ICON: ¡°Renny Harlin se convirti¨® en la gran esperanza blanca del cine de acci¨®n con tres obras maestras consecutivas, La jungla 2: Alerta roja, Las aventuras de Ford Farlaine y M¨¢ximo riesgo. Otros dir¨¢n que fue por el pelazo. Pero cuando La isla de las cabezas cortadas se peg¨® la hostia del siglo, no pudo quitarse de encima el sambenito¡±.
Despu¨¦s del ¨¦xito de Deep Blue Sea ¨Cuna pel¨ªcula que, en su chifladura, podr¨ªa considerarse precursora de la actual corriente de t¨ªtulos de explotaci¨®n de serie B con tiburones voladores (Sharknado) o mutantes (El ataque del tibur¨®n de dos cabezas)¨C, Harlin fue de fracaso en fracaso, tanto a nivel de cr¨ªtica como de p¨²blico. Kiko Vega, sin embargo, rechaza que su etapa tard¨ªa sea totalmente desde?able: ¡°Todav¨ªa deja cosas tan entretenidas como 12 trampas o tan condenadamente interesantes como El paso del diablo, una de las mejores y m¨¢s incomprendidas cimas del horror de los ¨²ltimos a?os¡±.
Por supuesto, lejos de ponerse mohino, Renny Harlin ha seguido entregando nuevos trabajos con espacio m¨¢ximo de dos a?os entre s¨ª, ha vuelto a trabajar en Finlandia ¡ªdonde prepara la tercera entrega de la exitosa saga nacional de comedias Loukkakokous¡ª y, a ra¨ªz de su nuevo asentamiento en China, tambi¨¦n ha podido quitarse la espina de rodar con Jackie Chan: su proyecto conjunto anterior, Nosebleed, iba a ser la gran pel¨ªcula estadounidense donde el legendario artista marcial al fin tendr¨ªa oportunidad de hacer sus famosas coreograf¨ªas extremas sin dobles (para regocijo de Harlin), pero, tras los atentados del 11-S, los inversores cambiaron de opini¨®n acerca de la conveniencia de sacar adelante la historia de un limpiaventanas del World Trade Center que descubre un complot terrorista para volarlo por los aires.
¡°He resultado ser el hombre correcto en el lugar y momento correctos¡±, declar¨® recientemente a un medio asi¨¢tico a prop¨®sito de la segunda juventud comercial que vive en China. Una broma, de nuevo, a costa de lo que se le dec¨ªa a John McClane en La jungla 2: ¡°Eres el hombre equivocado en el lugar y momento equivocados¡±. En ambos casos, la encarnaci¨®n de un tiempo y una manera de hacer las cosas demasiado dura para rendirse.
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