El derecho a la alimentaci¨®n, en riesgo

Aunque sab¨ªamos que pod¨ªa ocurrir, la pandemia de covid-19 nos ha sorprendido y, en apenas unos meses, ha transformado todas nuestras previsiones y expectativas, adem¨¢s de estar poniendo a prueba nuestras capacidades. A¨²n es pronto para conocer su dimensi¨®n o hacer pron¨®sticos fiables sobre su duraci¨®n, pero ya podemos avanzar que va a trastocar la vida de todos y est¨¢ afectando los diferentes sistemas clave para la supervivencia de nuestras sociedades. Con ello, la implementaci¨®n del derecho a la alimentaci¨®n en todos los pa¨ªses del mundo se ve amenazada.

Como se?al¨® el Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres: ¡°La pandemia es una emergencia de salud p¨²blica, pero es mucho m¨¢s. Es una crisis econ¨®mica, social y humana que se est¨¢ convirtiendo r¨¢pidamente en una crisis de Derechos Humanos¡±.

La crisis se superpone a otros fen¨®menos que afectan a millones de personas en diferentes partes del mundo: la plaga de langostas en ?frica Oriental, conflictos que afectan directa o indirectamente a varias decenas de pa¨ªses, meteorolog¨ªa extrema incluyendo sequ¨ªas e inundaciones y choques econ¨®micos que afectan a sectores clave de algunos pa¨ªses como es el caso de los exportadores de petr¨®leo. Previamente ya hab¨ªa 821 millones de personas padeciendo hambre cr¨®nica, y 135 millones, en m¨¢s de 50 pa¨ªses, se enfrentan al hambre aguda. Desde 2015, tanto la prevalencia de subalimentaci¨®n como de hambre aguda vienen increment¨¢ndose. En el otro extremo de la malnutrici¨®n, dos de cada cinco adultos tienen sobrepeso, y la obesidad entre la poblaci¨®n infantil y adolescente creci¨® m¨¢s de un 130% entre 2000 y 2016.

En este escenario de incertidumbre y temor se corre el riesgo de que se produzcan acciones descoordinadas e ineficientes que empeoren la situaci¨®n para todos y, en particular, para los m¨¢s vulnerables.

Un enfoque basado en Derechos Humanos, como el que han adoptado diferentes pa¨ªses a trav¨¦s del derecho a la alimentaci¨®n adecuada, provee de mecanismos exitosos para fortalecer la gobernanza en t¨¦rminos de participaci¨®n, inclusi¨®n y mejora de la calidad y pertinencia de la informaci¨®n para la toma de decisiones. Es importante asegurar que se tienen en cuenta las necesidades de todos los grupos, sobre todo de aquellos que est¨¢n en mayor vulnerabilidad y que dif¨ªcilmente tienen voz en los ¨¢mbitos de decisi¨®n. A su vez, es fundamental poder encauzar los diferentes intereses para que la acci¨®n sea m¨¢s justa y efectiva.

Tambi¨¦n es necesario movilizar las capacidades y el compromiso de los diferentes actores si queremos realmente tener resultados: que los parlamentarios lleguen a acuerdos r¨¢pidamente para aprobar los presupuestos y los cambios legislativos necesarios, que las universidades movilicen su talento para proveer conocimiento e informaci¨®n contrastada y pertinente para la toma de decisiones, o que las organizaciones de consumidores jueguen un papel destacado a la hora de detectar intentos de fraude que afecten a la salud o a los precios.

Desde una perspectiva del vaso medio lleno, desde el comienzo de la pandemia ha habido un notable esfuerzo por atajar lo urgente en t¨¦rminos de contener su expansi¨®n y paliar el efecto econ¨®mico en el acceso a los alimentos y bienes y servicios b¨¢sicos. Por ejemplo, m¨¢s de 170 pa¨ªses han adoptado cerca de 800 medidas de protecci¨®n social que incluyen transferencias monetarias, entregas de alimentos, subsidios en servicios b¨¢sicos¡­ En general, los pa¨ªses han trabajado por mantener el buen funcionamiento del abastecimiento y el comercio de alimentos, evitando situaciones de p¨¢nico que hubieran sido desastrosas.

M¨¢s de 170 pa¨ªses han adoptado cerca de 800 medidas de protecci¨®n social que incluyen transferencias monetarias, entregas de alimentos, subsidios en servicios b¨¢sicos

Pero tambi¨¦n hay que pensar en el medio y largo plazo y asegurar que todas las personas que participan en las cadenas alimentarias van a estar en condiciones de reanudar o continuar su actividad. De otro modo, no solo asistiremos a un incremento del hambre y la pobreza, sino que tambi¨¦n afrontaremos problemas de abastecimiento para el conjunto de la poblaci¨®n y una expansi¨®n de la malnutrici¨®n entre todos los grupos socioecon¨®micos, incluidos aquellos que se piensan a salvo.

Una primera medida que en algunos pa¨ªses se ha tomado ya es facilitar el acceso al cr¨¦dito, de manera que los productores y procesadores de alimentos tengan liquidez para acceder a los insumos necesarios para su actividad. Esto, si bien es importante, resulta insuficiente. Hay que asegurar que ese acceso a cr¨¦dito e insumos sea efectivo para todos, pues muchas veces los canales utilizados llegan a un porcentaje peque?o de productores. Tambi¨¦n, que todos los productores y actores de la cadena alimentaria puedan adaptarse para asegurar la salud propia y la de los dem¨¢s. Esto implica mejorar el acceso a equipos de protecci¨®n adecuados y el cambio de procedimientos y procesos. Las grandes corporaciones de la cadena de alimentaci¨®n tienen recursos humanos y financieros que les permiten afrontar esas adaptaciones con bastantes posibilidades de ¨¦xito.

En cambio, muchos peque?os y medianos negocios y productores que forman parte de la cadena alimentaria tendr¨¢n serias dificultades para adaptarse si no tienen apoyo t¨¦cnico y de comunicaci¨®n, incluso si cuentan con acceso a recursos financieros. La experiencia muestra que, en crisis pasadas como la gripe aviar o el SARS, las grandes empresas se recuperaron y ganaron cuota de mercado, mientras que las peque?as y medianas sufrieron un impacto negativo a medio y largo plazo.

Por ello, es importante que las pol¨ªticas de repuesta para el sector agroalimentario tengan en cuenta el fortalecimiento de capacidades y el empoderamiento de los peque?os y medianos productores,? y tambi¨¦n de las empresas para protegerse y adaptarse en un contexto en el que ser¨¢ preciso convivir con sucesivos rebrotes y nuevas pautas sociales en tanto no haya una vacuna.

Dise?ar y poner en pr¨¢ctica pol¨ªticas que ayuden a todos los actores de la cadena agroalimentaria a adaptarse a este nuevo contexto y a afrontar las futuras turbulencias es fundamental para que las pol¨ªticas de salud sean efectivas. Tambi¨¦n, para una recuperaci¨®n del empleo y las econom¨ªas locales que asegure la inclusi¨®n econ¨®mica y el derecho a la alimentaci¨®n para todos.

Juan Carlos Garc¨ªa y Cebolla es l¨ªder del equipo de derecho a la alimentaci¨®n de la FAO.

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