Del hambre al sobrepeso en una misma vida: el nuevo panorama de la nutrici¨®n

La fotograf¨ªa se consolida. El mundo avanza hacia un panorama en el que las cifras de hambrientos se reducen t¨ªmidamente y el n¨²mero de personas con sobrepeso aumenta a un ritmo preocupante. El mayor informe anual de nutrici¨®n resalta datos como que en el mundo existe la "asombrosa" cifra de 677,6 millones de adultos obesos y que 149 millones de menores de cinco a?os sufren retraso en el crecimiento. Los expertos lanzan dos advertencias: hay que mirar los datos m¨¢s all¨¢ de las medias nacionales, para que estas no enmascaren las desigualdades dentro de las fronteras, y los ultraprocesados est¨¢n llegando a lugares donde antes eran impensables. El estudio ha sido realizado por un grupo independiente de 18 expertos procedentes de universidades, institutos de salud, fundaciones y agencias de la ONU.

"Este informe muestra una realidad m¨¢s detallada en la que ya no solo analizamos las distinciones entre los pa¨ªses, sino tambi¨¦n en el nivel regional. Hay gente que se est¨¢ quedando atr¨¢s dentro de sus propias fronteras mientras otros avanzan", recalca Camila Corval¨¢n, epidemi¨®loga chilena especializada en nutrici¨®n y una de las autoras del estudio. Esa distinci¨®n entre un mundo subdesarrollado lleno de gente con hambre y otro rico, con ciudadanos con sobrepeso, se difumina. Ahora podemos encontrar poblaci¨®n que sufre desnutrici¨®n en pa¨ªses de ingresos medios y sobrepeso en pa¨ªses pobres.

La investigaci¨®n no es cuantitativa, sino cualitativa. Es decir, que recoge estad¨ªsticas, estudios e investigaciones ya elaboradas para examinar la fotograf¨ªa completa. Un panorama que se analiz¨® antes de la crisis del coronavirus. "No se puede entender el sistema alimentario separado de lo que est¨¢ ocurriendo, porque refleja los mismos desequilibrios que estamos viendo con la pandemia. Si un cuerpo no est¨¢ bien alimentado y con los nutrientes necesarios, va a responder peor a la enfermedad. Y si, adem¨¢s, los sistemas sanitarios son precarios, aumenta el nivel de vulnerabilidad", apunta Corval¨¢n.

El estudio incluye 150 pa¨ªses en todo el mundo entre los que no se encuentra Espa?a, ya que solo se analizan aquellos con niveles significativos de tres indicadores: desnutrici¨®n aguda, cr¨®nica y sobrepeso. Por eso, quedan fuera 50 pa¨ªses, casi todos ellos de ingresos altos. Se trata de un informe que se realiza desde que en 2013 se celebrara la primera cumbre mundial de nutrici¨®n para el desarrollo y que est¨¢ impulsado por Gobiernos, organismos internacionales, fundaciones filantr¨®picas y otras entidades.

Las mayores disparidades se observan en pa¨ªses como Nigeria, Indonesia o India. Enormes territorios en los que conviven muchos contextos bajo el mismo paraguas. En la otra cara de la moneda, pa¨ªses como Per¨², Argelia o Egipto muestran grandes avances en la reducci¨®n de las desigualdades. Ante estas distinciones, los especialistas se hacen una pregunta: ?tiene sentido aplicar una misma pol¨ªtica a nivel nacional?

Los huevos en Burkina Faso

La desigualdad ya no la marca solo el acceso a alimentos, sino que la dieta sea verdaderamente variada. El informe aporta otro dato interesante: una misma persona puede sufrir desnutrici¨®n y, a?os m¨¢s tarde, obesidad. "Esto se explica porque en sus primeros a?os, no ha recibido nutrientes necesarios o, incluso, su madre no los ha ingerido durante el embarazo. Y despu¨¦s tampoco tiene acceso a alimentaci¨®n saludable, sino a ultraprocesados o a una dieta poco variada", se?ala Corval¨¢n. Desde 2010, el sobrepeso entre ni?os y adolescentes ha aumentado del 10,3% al 19,2% entre los ni?os, y del 10,3% al 17,5% entre las ni?as.

La desigualdad ya no la marca solo el acceso a alimentos, sino que la dieta sea verdaderamente variada. El infome se?ala que una misma persona puede sufrir desnutrici¨®n y, a?os m¨¢s tarde, obesidad

Lo ejemplifica?el profesor Derek Headey: "Las calor¨ªas de los huevos en Burkina Faso, por ejemplo, son aproximadamente 15 veces m¨¢s caras que las de los alimentos b¨¢sicos con almid¨®n como el ma¨ªz o el arroz, mientras que las calor¨ªas de los huevos en Estados Unidos son solo 1,9 veces m¨¢s caras. En ?frica subsahariana, los huevos, la leche fresca y los cereales infantiles son prohibitivamente caros para los pobres, aunque el pescado es relativamente asequible".

"Todav¨ªa hay pocos datos sobre el papel de los alimentos procesados y las bebidas azucaradas en las dietas de los pa¨ªses de ingresos medios y bajos. S¨ª que tenemos datos de ventas de la industria y arrojan luz sobre c¨®mo la compra de estos productos est¨¢ cambiando en todo el mundo. Las ventas aumentan modestamente o disminuyen en muchos pa¨ªses de altos ingresos, pero crecen r¨¢pidamente en los pa¨ªses en desarrollo", aseguran los expertos en este informe.

La doctora?Corval¨¢n puntualiza que, en este mundo globalizado, las industrias de ultraprocesados llegan a lugares a los que antes era imposible. Una de las investigaciones incluidas en el an¨¢lisis refleja que los kenianos que compran en supermercados en lugar de los puestos tradicionales tienen un 7% m¨¢s de posibilidades de desarrollar sobrepeso. "Por este motivo, incidimos en que en aquellos pa¨ªses donde la legislaci¨®n es m¨¢s laxa y hay menos controles, los Gobiernos deben implicarse m¨¢s y establecer m¨¢s controles de calidad", concluye.

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