La UE retira su financiaci¨®n a WWF en un proyecto en ?frica por violar los derechos de los pigmeos

En el a?o 2008, WWF empez¨® a trabajar en la creaci¨®n del ¨¢rea protegida del Messok-Dja en la cuenca del Congo con un presupuesto de casi 22 millones de euros. El parque comprende un ¨¢rea de 1.500 kil¨®metros a lo largo de un territorio de selva casi virgen que se extiende hasta Camer¨²n y Gab¨®n, y fue concebido para proteger la biodiversidad y perseguir la tala ilegal y la caza furtiva de especies aut¨®ctonas como elefantes, distintos tipos de gorilas, bonobos, pangolines y otras en peligro de extinci¨®n.

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Seis a?os m¨¢s tarde, la Uni¨®n Europea concedi¨®, a trav¨¦s de su programa ECOFAC VI (un programa de apoyo para la conservaci¨®n de la biodiversidad en ?frica central) un mill¨®n de euros para la realizaci¨®n de este proyecto, de los que ya ha desembolsado 300.000. Uno de los requisitos era que WWF obtuviera el permiso de la etnia que habita y que subsiste gracias a estas tierras desde hace siglos: los baka. No se trata de una condici¨®n caprichosa: el llamado Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI) es un derecho fundamental de los pueblos ind¨ªgenas reconocido por las Naciones Unidas y WWF tambi¨¦n lo contempla entre sus principios fundamentales.

Esta autorizaci¨®n no solo no se ha conseguido, sino que la poblaci¨®n baka lleva a?os sufriendo abusos por parte de los guardabosques contratados con fondos de WWF. Es la denuncia que han efectuado desde hace a?os los defensores de los derechos de esta minor¨ªa. La campa?a principal en contra del proyecto del Messok-Dja viene de Survival International, una organizaci¨®n que lleva desde mediados de los a?os ochenta investigando la destrucci¨®n de las etnias en toda la cuenca del Congo.

Tras a?os de pesquisas, en 2018 Survival elev¨® una queja acompa?ada de las cartas de varios baka a las Naciones Unidas, en concreto al Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD), que tambi¨¦n ha apoyado la construcci¨®n del parque con 3,5 millones de euros. "No hace mucho, los guardaparques llegaron al pueblo y comenzaron a golpear a todos. Golpearon a mi hermano con un machete y le cortaron la espalda, hasta el hueso, y golpearon a mi madre con un trozo de madera. Nos golpearon a mi hermano y a m¨ª. Destruyeron nuestras ollas con sus botas, buscaron marfil en nuestras casas, pero no encontraron nada", denuncia un ind¨ªgena en una de las misivas.

El PNUD vio indicios de veracidad suficientes como para enviar una delegaci¨®n al Congo, y en febrero de 2020 public¨® un informe preliminar muy duro que constata que los ind¨ªgenas est¨¢n sufriendo detenciones arbitrarias, palizas e incluso violencia sexual por parte de guardabosques armados cuya labor es, o deber¨ªa ser, impedir la caza furtiva de especies en extinci¨®n y arrestar a los responsables. "Ejercen violencia y amenaza a los pueblos baka. Los testimonios de las comunidades ind¨ªgenas expresan una situaci¨®n continua de intimidaci¨®n. (...) La violencia y las amenazas est¨¢n provocando trauma y sufrimiento en los baka" describe el informe del PNUD en un intenso ejercicio de autocr¨ªtica. Desde Survival se?alan que no es lo mismo un furtivo que caza elefantes para traficar con sus colmillos, por ejemplo, que un ind¨ªgena que caza gacelas para dar de comer a su familia.

El informe preliminar tambi¨¦n constata que no se deja a los baka acceder a los bosques, vitales para ellos porque, como sociedad cazadora y recolectora, necesitan de sus plantas y sus animales para sobrevivir. "Se est¨¢ evitando que busquen sus medios de vida habituales, lo que a su vez est¨¢ contribuyendo a su mayor marginaci¨®n y empobrecimiento", se?alan los investigadores.

Por ¨²ltimo, el informe pone de relieve que a estos pueblos no se les ha preguntado acerca de su parecer sobre la construcci¨®n del parque. "Los baka afirman que no han sido informados ni consultados. Que el personal de WWF llega a sus asentamientos y simplemente les dicen a d¨®nde ya no pueden ir para realizar sus actividades de caza y recolecci¨®n. Esto difiere de la pol¨ªtica oficial que seg¨²n WWF, es que no hay restricciones de acceso a las ¨¢reas protegidas", describe la investigaci¨®n. Otra de las cartas enviadas a la ONU por parte de la comunidad ind¨ªgena dice as¨ª: "Estamos sufriendo, ellos [los guardabosques] vienen y nos golpean, toman nuestra carne para venderla en la ciudad, si hacemos campamentos en el bosque, los queman. Muchos baka est¨¢n muertos hoy. Los ni?os se est¨¢n volviendo m¨¢s delgados. Sufrimos desnutrici¨®n y la falta de nuestras plantas medicinales".

"Ninguna de las pol¨ªticas de la ONU fue aplicada y se asumi¨® que todo iba a salir bien porque dieron por hecho que nadie viv¨ªa en esas ¨¢reas consideradas v¨ªrgenes y salvajes y crear un ¨¢rea protegida para flora y fauna no pod¨ªa ser algo malo", critica Fiore Longo, investigadora de Survival International y coordinadora de la campa?a #DecolonizeConservation. "Esto indica la importancia de hacer entender que todos los proyectos de conservaci¨®n son, en realidad, proyectos de desarrollo, y que la conservaci¨®n no es buena porque s¨ª".

La investigaci¨®n de las Naciones Unidas no fue la ¨²nica. En junio de 2019 y a petici¨®n de WWF, un consorcio de ONG y el Programa de Pueblos de los Bosques tambi¨¦n publicaron sus respectivos estudios (se pueden consultar aqu¨ª y aqu¨ª), en los que destacaban varias deficiencias. Una visita de control del Observatorio Congole?o de Derechos Humanos (OCDH) solicitada poco despu¨¦s por la Delegaci¨®n de la UE en Brazzaville las confirm¨®. "La UE reconoce las conclusiones de la OCDH, que demuestran no solo la necesidad de encargar a una organizaci¨®n independiente que supervise el proceso del CLPI, sino tambi¨¦n la importancia de evaluar dichos procesos", indican desde la Comisi¨®n Europea por correo electr¨®nico.

En la pr¨¢ctica, esta decisi¨®n significa que la Comisi¨®n Europea no cree que WWF tenga legitimidad para llevar a cabo el proceso de consulta y obtenci¨®n de consentimiento de los ind¨ªgenas baka, y espera que esa labor la lleve a cabo un organismo independiente con el apoyo del Ministerio de Justicia congole?o, que es el responsable de velar por los derechos de estos pueblos. "Se dieron cuenta de que no pueden dar dinero a WWF, que eran las mismas personas que pagan a los guardaparques que agreden y arrestan a los baka, y a la vez los mismos que les ten¨ªan que pedir el consentimiento. Es rid¨ªculo", valora Longo.?

Rebecca Clear, portavoz internacional de WWF, indica que desde que se conocieron estos hechos han estado trabajando con las partes interesadas para identificar opciones para conservar el bosque y beneficiar a las comunidades. "Los resultados de estos informes se presentaron a todos los interesados en Messok Dja en un taller en Ouesso, en el norte del Congo, en noviembre de 2019, que reuni¨® a representantes de 35 de las 37 comunidades interesadas", recuerda.

?WWF s¨ª continuar¨¢ recibiendo fondos europeos para ayudar al Gobierno a combatir la caza furtiva y "para labores de biomonitoreo y desarrollo socioecon¨®mico de la regi¨®n", seg¨²n Clear. La UE no levantar¨¢ la suspensi¨®n de sus fondos a WWF hasta firmar un nuevo contrato con consideraciones adicionales sobre los derechos de los baka. WWF asegura que est¨¢ listos para apoyar el proceso de consentimiento en lo que sea necesario al tiempo que modifican el proyecto en curso como ha solicitado la Comisi¨®n.?

Para Longo, lo interesante es el gesto de la UE al suspender una financiaci¨®n a un proyecto por causa de una violaci¨®n de derechos humanos. "Para nosotros sienta un precedente para que las organizaciones que piden dinero a la UE en temas de conservaci¨®n ahora sepan que, si cometen abusos contra una minor¨ªa, puede que su proyecto sea suspendido".

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