Utilizar la brujer¨ªa para desplumar al abuelo
El documental 'The Letter' indaga en una pr¨¢ctica extendida en Kenia: acusar a los ancianos de hechicer¨ªa para quitarles todo lo que tienen, o incluso asesinarlos para heredar sus bienes y tierras
Como tantas otras veces, aquella ma?ana Karisa consult¨® su p¨¢gina de Facebook en su m¨®vil. Pero esta vez lo que encontr¨® le hizo estremecerse. Un mensaje en el muro de su t¨ªo paterno Steve acusaba a su abuela Margaret, la mujer con la que hab¨ªa vivido hasta los siete a?os, de haber matado a sus hijos con hechizos. El nieto de esta mujer de 94 a?os, desconectado de su familia en Mombasa (Kenia) desde hace a?os, no puede creerlo y decide volver a Kaloleni, su pueblo natal, para conocer la verdad. En el camino descubre una tradici¨®n muy arraigada en la costa de Kenia por la que muchos ancianos han muerto asesinados o se han quedado sin nada.
"Me entristece el coraz¨®n, yo ayud¨¦ a criarlos y mira c¨®mo lo agradecen. ?C¨®mo pueden decir que los he hechizado?". Este lamento sale de la boca de Margaret, sentada en el porche de su humilde casa en Kaloleni, un pueblo del condado de Kilifi, a 50 kil¨®metros de Mombasa (Kenia). Mientras hace pan junto a su nieto, el joven escucha a su abuela c¨®mo le relata que el t¨ªo Furaha la ha acusado de lanzar hechizos contra sus hijas para que no puedan tener descendencia. Son los primeros minutos de The Letter, un documental de una hora y veinte minutos en el que se exploran las consecuencias que tienen las acusaciones de brujer¨ªa a los ancianos en Kenia, una pr¨¢ctica ancestral rodeada de tab¨²es y a¨²n consentida por las autoridades. La pel¨ªcula forma parte de la ¨²ltima edici¨®n de DocsBarcelona2020, un festival que este a?o se ha celebrado en l¨ªnea a trav¨¦s de Filmin entre el 19 y el 31 de mayo.
Pero Kenia no es el ¨²nico pa¨ªs en ?frica que tiene la brujer¨ªa como un arma de superstici¨®n y que usa a menudo la poblaci¨®n contra sus familiares para conseguir beneficios econ¨®micos, a costa de matar a sus allegados o desterrarlos para siempre de una vida normal. En la vecina Tanzania un 93% de la poblaci¨®n cree en la magia y los poderes sobrenaturales y tambi¨¦n son habituales los asesinatos y los ritos de purificaci¨®n, que dejaron en el pa¨ªs en 2017 a casi 500 mujeres linchadas y quemadas acusadas de brujas.
Pero retrocedamos en el tiempo antes de que Karisa tenga esa conversaci¨®n tan estremecedora con su abuela. Fue en 2015 cuando el protagonista de The Letter y la directora Maia Lekow y el cineasta Christopher King, autores de la cinta y tambi¨¦n pareja, se conocieron. "Hay una doble conexi¨®n, porque por un lado mi familia paterna vive cruzando la calle de Margaret. Por otro, est¨¢bamos all¨ª porque quer¨ªamos hacer una pel¨ªcula sobre una mujer que luch¨® contra el Imperio brit¨¢nico y que ahora ten¨ªa 70 a?os. Estuvimos dos a?os hablando con ancianos de la zona y rodando para conseguir material, pero necesit¨¢bamos a alguien que nos tradujera giriama, el idioma local", explica Lekow, junto a King, a trav¨¦s de una entrevista por videollamada. "Y ah¨ª es cuando Karisa nos cuenta, mientras visiona todo el material que tenemos: esto que est¨¢n contando ellos sobre acusaciones de brujer¨ªa le est¨¢ pasando ahora mismo a mi abuela".
Cartas amenazantes, rito de purificaci¨®n o un retiro de por vida
"'Onyo, Onyo, Onyo!'". "'Cuidado, cuidado, cuidado!'", en suajili. As¨ª es el comienzo de una de las cartas que Karisa tiene en sus manos, con machetes dibujados y m¨¢s frases amenazantes: "Te damos siete d¨ªas o no podr¨¢s dormir". Va dirigida a otro anciano, vecino de su abuela y que tambi¨¦n est¨¢ acusado de brujer¨ªa. "Esta pr¨¢ctica, ni siquiera la gente en Nairobi la conoce, ni sabe que est¨¢ ocurriendo a kil¨®metros de ellos, en la costa de Kenia. Es un asunto de familia y no se habla de ello, se mantiene en secreto", explica King, que despu¨¦s de a?os se ganaron la confianza de la familia Kamango.
Hasta el estreno de la pel¨ªcula, en el festival Idfa en ?msterdam en 2019, el proceso para conseguir todas las piezas del rompecabezas de esta historia dur¨® seis a?os. Necesitaban ganarse la confianza de Margaret, una mujer profundamente religiosa, nacida en 1925, que vio construir la iglesia del pueblo y asisti¨® a la primera escuela que abri¨® en Kaloleni. Abandon¨® pronto su educaci¨®n para casarse con el viudo de su hermana, con el que tuvo "un hijo por a?o", como ella misma cuenta en la pel¨ªcula. De los 12 hijos que pari¨®, ocho murieron y sobrevivieron cuatro.?
Pero Mama Kamango, Margaret, no es la ¨²nica anciana que en la zona sufre las consecuencias de disputas familiares, ritos religiosos y supersticiones. Conforme Lekow y King profundizan en su investigaci¨®n, a trav¨¦s de Karisa y sus charlas en el pueblo con amigos, familiares, sacerdotes y allegados, van descubriendo m¨¢s casos. El nieto de Margaret visita Kaya Godhoma, un centro sagrado que da cobijo a ancianos que han sido desterrados por sus familias y despose¨ªdos de todos sus bienes. "Cuando muri¨® mi nieto, mi propio hijo me acus¨® de haberlo matado", explica triste y alica¨ªdo uno de los ancianos que vive en este refugio, que nunca volvi¨® a saber nada de su familia.
Al final, y cansada de tanta disputa familiar y presi¨®n social, Margaret accede a ser sometida a un ritual religioso para purificarse, una especie de obra de teatro de un grupo de predicadores que su hijastro, Furaha, contrata para realizar el rito. Y ella se asegura de que se graba, y se rodea de toda la familia que puede, incluido el pastor de la iglesia anglicana donde acude cada d¨ªa, para evitar ser acusada de brujer¨ªa sin testigos. Antes de marcharse le advierten algo a Mama Kamango: si es una hechicera, a los siete d¨ªas, morir¨¢. Pero nada pasa. "Queremos estrenar la pel¨ªcula en Kenia y abrir un debate sobre la situaci¨®n de vulnerabilidad en la que viven los ancianos de esta zona", a?ade Lekow. El estreno iba a celebrarse en junio, pero por la pandemia la fecha se ha postergado de momento.
A Margaret y a tantos otros ancianos que han sufrido estas acusaciones, al final, les queda su valent¨ªa y resiliencia. Un coraje que esta abuela demuestra con una simple frase que exclama, despu¨¦s de contarle a su nieto que las hijas de Furaha han sido madres, a pesar de su supuesto hechizo. Los dos est¨¢n cosechando las tierras que, de momento y hasta que no muera, seguir¨¢n siendo suyas. "Y no morir¨¦ hoy; esas palabras no me matar¨¢n".
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