La discriminaci¨®n de g¨¦nero impide a las mujeres en Chile conseguir pr¨¦stamos bancarios
Las chilenas tienen un 18% menos probabilidades que los hombres de que les aprueben cr¨¦ditos, seg¨²n un estudio del BID y la CAF, in¨¦dito en el mundo
Aunque las mujeres en Chile son m¨¢s responsables que los hombres a la hora de pagar sus cr¨¦ditos, son discriminadas por los bancos solo por raz¨®n de g¨¦nero. Ante dos solicitudes de pr¨¦stamos id¨¦nticas, las chilenas tienen un 18% menos de probabilidades que los varones de que sus peticiones sean aprobadas. De acuerdo a una investigaci¨®n financiada por el Banco Interamericano del Desarrollo (BID) y el Banco de desarrollo de Am¨¦rica Latina (CAF), los ejecutivos hombres son los que m¨¢s ejercen estos prejuicios en desmedro de sus clientas, en un pa¨ªs como Chile donde todav¨ªa las mujeres ganan en promedio un 65% menos que los hombres con el mismo nivel de educaci¨®n. Se trata de una animadversi¨®n basada en los gustos que, de paso, hace perder importantes ganancias a las mismas instituciones financieras.
¡°Es un estudio in¨¦dito a nivel mundial, ya que utiliza diversas metodolog¨ªas para probar si realmente existe discriminaci¨®n¡±, explica Eric Parrado, economista jefe y gerente general del Departamento de Investigaci¨®n del BID, uno de los autores junto a Ana Mar¨ªa Montoya, Alex Sol¨ªs y Raimundo Undurraga.
Realizado entre 2018 y 2020 y publicado en julio pasado, el estudio reclut¨® a 404 actores y actrices. Cada uno simul¨® cuatro cr¨¦ditos de consumo entre los 1.500 y los 13.500 d¨®lares, por lo que presentaron 1.616 solicitudes en total. En igual proporci¨®n hombres y mujeres, se utilizaron perfiles equivalentes en materia demogr¨¢fica, de ingresos, empleo e historial crediticio. Luego, se realizaron contactos directos con los ejecutivos seleccionados aleatoriamente para medir sus preferencias, antes y despu¨¦s de informarles que las mujeres en promedio son mejores pagadoras que los hombres.
¡°La evidencia es robusta para Chile, pero habr¨ªa que hacer ejercicios similares para concluir que efectivamente hay discriminaci¨®n en otros pa¨ªses¡±, indica Parrado, aunque a?ade que, en general, hay cierta evidencia de diferencias en otras zonas del mundo en el acceso, en los montos adquiridos y en las tasas de inter¨¦s en desmedro de las mujeres. ¡°Hay inter¨¦s en poder replicarlo¡±, adelanta el economista sobre este estudio que cont¨® con la colaboraci¨®n de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF). La influyente acad¨¦mica Claudia Goldin, profesora de Harvard y especialista en brechas de g¨¦nero en el ¨¢mbito laboral, recomend¨® su lectura recientemente.
No es dif¨ªcil encontrar experiencias de discriminaci¨®n bancaria sufridas por las chilenas. Le sucedi¨® a Marcela Jim¨¦nez, periodista, a mediados de los 2000. Con 32 a?os, trabajaba hac¨ªa una d¨¦cada y se desempe?aba en forma estable y con un muy buen sueldo en el aparato p¨²blico. No ten¨ªa deudas y su banco sab¨ªa de su intachable comportamiento financiero. Pero le rechazaron un cr¨¦dito hipotecario, pese a tener el dinero de cerca del 25% del valor del inmueble.
La investigaci¨®n, titulada De mal gusto: Discriminaci¨®n de g¨¦nero en el mercado de cr¨¦ditos de consumo, consider¨® una muestra de m¨¢s de 600 agentes de bancos chilenos
¡°Llam¨¦ al ejecutivo para pedir una explicaci¨®n y me dijo que era una mujer soltera y, por lo tanto, irresponsable e impredecible. Que nadie sab¨ªa si el d¨ªa de ma?ana me dar¨ªan ganas de irme fuera de Chile. Me aconsej¨® que volviera cuando tuviera un marido que me respaldara y, a ojos del banco, fuera seria, solvente y estable¡±, relata Jim¨¦nez. ¡°Es uno de los momentos de mi vida donde he sentido m¨¢s fuerte la sensaci¨®n de injusticia y discriminaci¨®n¡±, recuerda la periodista chilena, que hasta ahora no ha tenido una nueva oportunidad para comprarse una vivienda.
La evidencia demuestra que los prejuicios no han disminuido con los a?os en el pa¨ªs sudamericano. La investigaci¨®n, titulada De mal gusto: Discriminaci¨®n de g¨¦nero en el mercado de cr¨¦ditos de consumo, consider¨® una muestra de m¨¢s de 600 agentes de bancos chilenos. ¡°Dado que los cr¨¦ditos solicitados fueron asignados aleatoriamente a los aplicantes y que estos, a su vez, fueron asignados aleatoriamente a los ejecutivos, las diferencias en tasas de aceptaci¨®n entre hombres y mujeres s¨®lo pueden deberse a diferencias en las percepciones que tuvieran los ejecutivos sobre la capacidad de repago de los solicitantes¡±, se?ala Parrado.
Esta diferencia de percepci¨®n podr¨ªa explicarse por un sesgo originado por la falta de informaci¨®n respecto de las caracter¨ªsticas de los postulantes al cr¨¦dito. Es decir, que los agentes no siempre cuentan con toda la informaci¨®n que desear¨ªan para poder predecir la capacidad de pago y riesgo de cada cliente hombre o mujer. Pero uno de los puntos fuertes del estudio radica en que se pudieron observar las preferencias de g¨¦nero por parte de los ejecutivos y, posteriormente, examinar si las diferencias en las tasas de aceptaci¨®n de los pr¨¦stamos provienen principalmente de ejecutivos con preferencias pro-hombre. Fue lo que permiti¨® a los investigadores concluir la existencia de la discriminaci¨®n de g¨¦nero en desmedro de las mujeres.
A los ejecutivos se les aplic¨® una encuesta donde impl¨ªcitamente les preguntaban sobre sus preferencias sobre clientes hombres o mujeres. ¡°Un 30% de ellos, declaran tener preferencias pro-hombre. Dentro de los ejecutivos varones, un 20% declara tener preferencias pro-hombre. Dentro de las mujeres, un 40% declara tener preferencias pro-hombre. No obstante, las agentes con preferencias pro-hombre no discriminan a las mujeres en acceso al cr¨¦dito¡±, explica Parrado. ¡°Todo el efecto de discriminaci¨®n, por lo tanto, proviene de ejecutivos hombre con preferencias pro-hombre¡±.
Lo que las instituciones financieras dejan de prestar por la discriminaci¨®n de g¨¦nero a sus clientas se calcula en unos 12.000 millones de d¨®lares
Los agentes que m¨¢s discriminan a las mujeres ¨Clos que significativamente le aprueban m¨¢s cr¨¦ditos a los hombres¨C son los que generalmente prefieren carteras de clientes compuestas por m¨¢s varones. Cuando se les pregunta por el principal problema que tienen al lidiar con clientas, contestan: ¡°Son muy exigentes, requieren respuestas r¨¢pidas¡± o ¡°las mujeres tienen dificultades para comunicarse¡±.
En Chile, las mujeres pagan m¨¢s responsablemente sus cr¨¦ditos. De acuerdo a los datos de 2018 del Informe Anual de Brecha de G¨¦nero de la SBIF, el 56% de la deuda crediticia de los hombres en 2017 estaba vencida de 0 a 90 d¨ªas, es decir, un 12,5% mayor que la tasa de morosidad de las mujeres. El estudio del BID y el CAF entreg¨® esta informaci¨®n a la mitad de los ejecutivos bancarios de la muestra para luego evaluar si quienes la recibieron mostraban menor discriminaci¨®n hacia las clientas.
Hubo dos importantes conclusiones: no se produjo un cambio a favor de las mujeres y, peor a¨²n, los ejecutivos que tienen preferencias pro-hombre aumentan su discriminaci¨®n en contra de las mujeres luego de recibir la informaci¨®n. ¡°Es decir, a aquellos ejecutivos con preferencias pro-hombre, al mostrarles el mensaje, en lugar de aumentar las aceptaciones de cr¨¦ditos solicitados por mujeres, terminan rechazando m¨¢s cr¨¦ditos a mujeres¡±, se?ala Parrado. ¡°Esto refuerza nuestra hip¨®tesis de que la discriminaci¨®n observada no es estad¨ªstica, sino que tiene como origen preferencias de g¨¦nero¡±.
No solo las chilenas pierden con los prejuicios en su contra. Aunque el estudio se enfoca en los pr¨¦stamos de consumo, si se realiza una extrapolaci¨®n a todos los tipos de cr¨¦dito ¨Ccomo los hipotecarios¨C, lo que las instituciones financieras dejan de prestar por la discriminaci¨®n de g¨¦nero a sus clientas se calcula en unos 12.000 millones de d¨®lares. Por lo tanto, resolver el problema terminar¨ªa siendo un buen negocio para las mujeres, para la sociedad chilena, pero tambi¨¦n para los bancos.
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