La pandemia, un amplificador de desigualdades para las ni?as
Antes de la pandemia ya hab¨ªa 130 millones de ni?as fuera de la escuela y se estima que este a?o, 11 millones est¨¢n en riesgo de no volver al colegio por culpa de la covid-19
¡°Nuestro lugar en el mundo ya no est¨¢ m¨¢s en la cocina. Y para tener voz, necesitamos educaci¨®n¡±, nos cuenta Toyi John, alumna del colegio Umodzi Katubza en el campo de refugiados de Dzaleka (Malawi). Las palabras de Toyi cobran un especial sentido en el D¨ªa Internacional de la Ni?a, una fecha marcada por un contexto de alerta mundial por la covid-19.
La pandemia ha provocado, por primera vez en d¨¦cadas, un grave retroceso en los indicadores de desarrollo humano y ha puesto al descubierto nuestras debilidades sist¨¦micas. Sin duda, una de las m¨¢s relevantes es la desigualdad de g¨¦nero. En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, en 1995, todos los pa¨ªses, en mayor o menor medida, se comprometieron con la igualdad de g¨¦nero. Sin embargo, 25 a?os despu¨¦s seguimos viendo graves vulneraciones de los derechos de las ni?as.
En un momento en el que muchos pa¨ªses est¨¢n centrando sus esfuerzos y presupuestos en el sistema sanitario, debemos recordar que ellas son quienes m¨¢s est¨¢n sufriendo esta crisis humanitaria y socioecon¨®mica a nivel global. Especialmente en los pa¨ªses con menos recursos, las amenazas que se ciernen sobre las ni?as son mayores, como el aumento de la pobreza y el hambre, o el incremento de la violencia en sus m¨²ltiples formas.
Seg¨²n indica el rastreador del PNUD y ONU Mujeres sobre medidas contra la covid-19 desde la perspectiva de g¨¦nero, el 20% de 206 pa¨ªses analizados no ha adoptado ninguna medida. Solo el 12% han introducido medidas que abarcan las tres categor¨ªas de acci¨®n necesarias (combatir la violencia, apoyar los cuidados y el trabajo no remunerado y reforzar la seguridad econ¨®mica).
Debemos insistir en que las palabras crisis y emergencia son sin¨®nimos de vulneraci¨®n de los derechos fundamentales. Es preciso decir alto y claro que el mundo no est¨¢ haciendo lo suficiente para proteger a las mujeres del futuro y que el cumplimiento efectivo de sus derechos no es algo que pueda esperar a ¡°un momento m¨¢s oportuno¡±. Si no actuamos ahora, ser¨¢ demasiado tarde.
No podemos olvidar que la pandemia empujar¨¢ a 96 millones de personas a la pobreza extrema en 2021, de las cuales 47 millones ser¨¢n mujeres y ni?as. Debemos emprender con mayor firmeza la lucha contra la pobreza para garantizar que todos los menores de edad, sin importar su nivel socioecon¨®mico o su g¨¦nero, gocen de las mismas oportunidades.
La pandemia tambi¨¦n ha puesto en peligro los avances logrados para garantizar una educaci¨®n de calidad para las ni?as. Seg¨²n la UNESCO, antes de la pandemia ya hab¨ªa 130 millones de ellas fuera de la escuela y se estima que este a?o, 11 millones est¨¢n en riesgo de no volver al colegio por culpa de la covid-19. Existe un riesgo de retroceder 20 a?os en los avances logrados en pos de la educaci¨®n de las ni?as. Es fundamental que todos los pa¨ªses pongan el foco en su regreso a la escuela, ya que estas son para ellas espacios seguros y de protecci¨®n frente a diferentes tipos de violencia.
?Cu¨¢ntos millones de ni?as y adolescentes habr¨¢n estado conviviendo con su agresor durante los meses de confinamiento en todo el mundo? Antes de la pandemia, la OMS estimaba que 150 millones de ni?as menores de 18 a?os sufr¨ªan violencia sexual, tocamientos y relaciones sexuales forzadas. En un momento en el que muchas pasan d¨ªas enteros en casa no podemos olvidar lo expuestas que est¨¢n aquellas que viven la violencia m¨¢s terrible dentro del hogar, ni tampoco el impacto que est¨¢n teniendo distintas formas de violencia online como el ciberacoso en la vida de millones de ellas.
Del mismo modo, es ineludible aplicar las pol¨ªticas necesarias y promover con decisi¨®n mecanismos de defensa de los derechos humanos que permitan erradicar las llamadas pr¨¢cticas nocivas contra las ni?as. Como si de un amplificador de desigualdades se tratase, la pandemia puede provocar 13 millones de matrimonios infantiles m¨¢s y, debido a las interrupciones de programas de prevenci¨®n, puede haber dos millones de casos de mutilaci¨®n genital femenina durante la pr¨®xima d¨¦cada. Unos datos terribles que pueden evitarse.
Seg¨²n datos de Save the Children, con un incremento estimado de 100 millones de ni?os/as que caer¨¢n en situaci¨®n de pobreza en 2020, para las ni?as la igualdad entre g¨¦neros es algo que parece m¨¢s alejado que nunca. Las estimaciones sugieren que 130 millones de personas podr¨ªan sufrir falta de alimentos en 2020 a consecuencia de la pandemia.
¡°Algunas de mis compa?eras no han podido volver a clase debido a matrimonios o embarazos en estos meses¡±, contin¨²a diciendo Toyi. Ante el hecho de que una ni?a, una sola ni?a, de 8 o 10 a?os, pueda ser casada, el mundo entero deber¨ªa pararse. Sin embargo, nadie parece actuar frente a la escalofriante cifra que se repite cada a?o: cada 7 segundos una menor de 15 a?os es obligada a casarse.
Por ¨²ltimo, no podemos olvidarnos de los 40 millones de mujeres y ni?as refugiadas que hay en el mundo. ?Acaso habr¨¢n podido cumplir con la distancia de seguridad o las medidas de higiene en los campos de refugiados? A huir de la violencia, la guerra o la persecuci¨®n se ha sumado el terror de contraer la enfermedad. En este sentido, debemos insistir en la situaci¨®n de extremo peligro en la que, ya antes de la pandemia, se encontraban las ni?as refugiadas o v¨ªctimas de los conflictos armados: en Libia, son v¨ªctimas a manos de milicias, traficantes o incluso de los propios funcionarios del Estado y en Nigeria, por culpa del conflicto que asola el pa¨ªs desde hace a?os, son v¨ªctimas de matrimonios forzados y de violencia sexual a manos de Boko Haram.
Este D¨ªa Internacional de la Ni?a sin duda es un momento clave, un punto de inflexi¨®n en el que tomar conciencia de todo lo que hay en juego; entre otras cuestiones, el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030. Como sociedad tenemos por delante grandes retos que abordar y en nuestra mano est¨¢ garantizar el bienestar y los derechos fundamentales de los 1.300 millones de ni?as que hay en el mundo. Cada una de ellas con sus sue?os e ilusiones, como los de Toyi, que estudia a trav¨¦s de clases por radio para convertirse en ilustradora y sensibilizar sobre sus derechos.
Alban del Pino y Alicia Ibarra participan en NO QUIERO, una alianza formada por Amnist¨ªa Internacional, Entreculturas, Mundo Cooperante y Save the Children para dar voz y proteger a las ni?as que no ven cumplidos sus derechos fundamentales, que viven con miedo y sufren la violencia.
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