El Sahel se desangra

La Conferencia de Donantes sobre el Sahel central, la zona de las tres fronteras entre Mal¨ª, Burkina Faso y N¨ªger, que se celebra este 20 de octubre debe dar respuesta a una crisis compleja sin precedentes y a una de las m¨¢s graves urgencias humanitarias a nivel mundial. ?Ser¨¢ de nuevo una cita de promesas incumplidas o se alcanzar¨¢n compromisos financieros y pol¨ªticos a la altura de la crisis que sumerge a esta regi¨®n en un c¨ªrculo vicioso?

Desde hace varios meses, el personal de nuestras organizaciones que trabaja en esta zona afronta con gran consternaci¨®n c¨®mo se degrada d¨ªa a d¨ªa la situaci¨®n humanitaria y sus peticiones suelen quedarse en papel mojado. En el conjunto de la regi¨®n, m¨¢s de 13 millones de personas necesitan asistencia urgente: alimentos, agua, refugio, acceso a salud o a educaci¨®n. En Burkina Faso, a principios de 2019, unas 82.000 personas tuvieron que huir de sus hogares por la violencia y hoy hablamos ya de m¨¢s de un mill¨®n, una cifra que no deja de aumentar. Esta violencia afecta sobre todo a los ni?os y ni?as, en una regi¨®n en la que el 50% de la poblaci¨®n tiene menos de 15 a?os. La infancia es la primera v¨ªctima del hambre, con un tercio de las muertes asociadas a la desnutrici¨®n. Este a?o, en el Sahel central, m¨¢s de seis millones y medio de personas sufre una crisis alimentaria aguda debido a la violencia y la inseguridad. A ello debemos a?adir los m¨²ltiples incidentes que han afectado a los actores humanitarios presentes en la regi¨®n y que suponen una amenaza en el acceso a la ayuda humanitaria para la poblaci¨®n civil, ya de por s¨ª en una tr¨¢gica situaci¨®n.

Cierre de m¨¢s de 4.000 colegios

Este desmoronamiento tiene m¨²ltiples causas: la violencia de los diferentes grupos armados frente a la poblaci¨®n civil violando as¨ª el derecho humanitario, las sequ¨ªas y las inundaciones recurrentes exacerbadas por el cambio clim¨¢tico y la covid-19 que ha contribuido a amplificar la crisis alimentaria ya existente. Estos elementos se a?aden a fragilidades estructurales, debilidades en t¨¦rminos de gobernanza, sobre todo de los servicios sociales b¨¢sicos como el acceso al agua, la salud y la educaci¨®n, y a una falta de recursos necesarios con respecto a las necesidades estimadas.

En Burkina Faso, por ejemplo, las zonas que reciben a m¨¢s personas desplazadas huyendo de la violencia ten¨ªan ya unas tasas de acceso a agua inferiores a la media nacional, y ya de por s¨ª muy mermadas con una degradaci¨®n media de un 20% en el ¨²ltimo a?o. En la regi¨®n, ocho millones de ni?os y ni?as no estaban escolarizados antes del cierre de los colegios, impuesto para atenuar la propagaci¨®n de la covid-19.

A este contexto extremadamente complejo se une tambi¨¦n la dificultad de acceso a las zonas afectadas por los conflictos, lo que limita dr¨¢sticamente la posibilidad de reforzar los servicios b¨¢sicos o la respuesta humanitaria indispensable para las poblaciones m¨¢s vulnerables. Las zonas directamente afectadas por los ataques de grupos armados han visto destruidas sus infraestructuras y el Estado, ante las amenazas recibidas, ha dejado de proveer a la poblaci¨®n de servicios b¨¢sicos. Entre 2015 y 2019, m¨¢s de 430 colegios han sido atacados en el Sahel central, lo que ha provocado el cierre de m¨¢s de 4.000 colegios.

En estos cinco ¨²ltimos a?os, la respuesta de los Estados se ha basado fundamentalmente en la seguridad, sin un acompa?amiento en inversiones suficientes destinadas a la protecci¨®n social

En estos cinco ¨²ltimos a?os, la respuesta de los Estados se ha basado fundamentalmente en la seguridad, sin un acompa?amiento en inversiones suficientes destinadas a la protecci¨®n social. Las familias m¨¢s pobres apenas tienen un reconocimiento legal, lo que impide que sus derechos sean reconocidos. Intentar solucionar la crisis centr¨¢ndose ¨²nicamente en la seguridad, enmascara otras causas que tambi¨¦n es necesario atender, relacionadas con el aumento de las injusticias, la denegaci¨®n de derechos, la discriminaci¨®n o una gesti¨®n desigual de los recursos.

Por el respeto del derecho internacional humanitario

En este sentido, la Conferencia de Donantes del 20 de octubre debe romper con la tendencia a la financiaci¨®n tard¨ªa e insuficiente y adoptar un compromiso fuerte y decidido para que el foco sea el futuro de la poblaci¨®n civil de la regi¨®n. Los planes de respuesta humanitaria en el Sahel central cuentan con mucha menos financiaci¨®n de la necesaria. Para 2020, suponen solo un 39% de media. Para responder a las necesidades crecientes y a un contexto cada vez m¨¢s complejo, esta regi¨®n necesita un aumento de la financiaci¨®n, pero sobre todo financiaci¨®n flexible y duradera por parte de los donantes actuales y futuros.

Asimismo, la repetici¨®n de los ataques hacia el personal humanitario en estos ¨²ltimos meses debe llevar a los Estados a tomar acciones decididas encaminadas a un mayor respeto de los mandatos humanitarios y especialmente su acceso a las poblaciones m¨¢s vulnerables, incluidas las zonas fuera del control del Estado. Acceder a zonas de guerra necesita que la acci¨®n humanitaria se reconozca como neutral, independiente e imparcial por parte de la poblaci¨®n y las partes implicadas en el conflicto. Esto requiere poder dialogar y sensibilizar a las partes implicadas conforme al derecho internacional humanitario.

Y por ¨²ltimo, es necesario que los Estados del Sahel y los actores principales del desarrollo se comprometan a llevar a cabo una pol¨ªtica ambiciosa para fortalecer el acceso a los servicios sociales b¨¢sicos en las zonas afectadas por la crisis. Este acontecimiento internacional debe igualmente poner en el centro de las respuestas para el Sahel central la protecci¨®n de la poblaci¨®n civil, la justicia y la rendici¨®n de cuentas.

Olivier Longu¨¦ es director general Acci¨®n contra el Hambre; Franc Cortada, director general Oxfam Intrem¨®n; Andr¨¦s Conde, director general Save The Children.

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