Reg¨¢lese este a?o la navidades que siempre quiso tener
El a?o 2020 es el de los planes cancelados, pero tambi¨¦n el de reinventarnos. Podemos vivir unas fiestas diferentes, sin tanto estr¨¦s, y en consonancia con lo que realmente queremos.
Las Navidades de 2020 ser¨¢n como todo este a?o: diferentes. En situaciones normales, estas fiestas no se caracterizan por ser f¨¢ciles. Suelen aparecer emociones encontradas, como la alegr¨ªa, la tristeza por las ausencias o el estr¨¦s de los distintos compromisos. Hace cinco a?os, cuando no ten¨ªamos que lidiar con una pandemia, el 65% de los estadounidenses reconoc¨ªan que estas vacaciones les generaban estr¨¦s, seg¨²n Healthline, una web de salud con sede en San Francisco (California). Imagino que esa cifra se elevar¨¢ en un a?o tan at¨ªpico como el que vivimos, con los riesgos de contagio de la covid a flor de piel. No obstante, est¨¢ en nuestras manos transitar las Navidades del mejor modo posible. Basta con saber c¨®mo funciona nuestra mente y con encontrar soluciones que nos hagan recibir el nuevo a?o de una manera m¨¢s saludable.
Comenzamos con un supuesto. Para muchas personas, la Navidad suele ser estresante. M¨¢s all¨¢ de los recuerdos que despierta, sobre todo de aquellas personas que no est¨¢n con nosotros, podemos sobreestimar la alegr¨ªa que nos produce. El sesgo de optimismo en el que caemos nos hace prestar atenci¨®n a los acontecimientos positivos y subestimar los inc¨®modos, como las cl¨¢sicas discusiones familiares o la presi¨®n por los regalos de ¨²ltima hora. No somos conscientes del esfuerzo que supone preparar esta celebraci¨®n, as¨ª que caemos en otra trampa: la falacia de la planificaci¨®n. Se nos olvida el tiempo y la energ¨ªa que dedicamos a la organizaci¨®n de los compromisos.
Si a todo esto sumamos el impacto de las redes sociales y los wasaps, donde parece que estamos obligados a mostrarnos felices, aunque no nos apetezca, obtenemos el c¨®ctel perfecto para que las Navidades no nos resulten f¨¢ciles. Todo lo que hemos descrito hasta ahora nos ocurre en condiciones normales, imaginemos lo que puede suceder despu¨¦s de los acontecimientos vividos este a?o. Pues bien, m¨¢s all¨¢ de la tristeza que podamos sentir, hay f¨®rmulas para reducir el estr¨¦s y minimizar las experiencias inc¨®modas.
En primer lugar, tenemos que poner el foco en cuidarnos a nosotros mismos y a nuestros seres queridos, tanto f¨ªsica como emocionalmente. Si algo nos ha ense?ado la covid-19 es la importancia de la salud, en todas sus dimensiones. Tenemos que seguir las normas para evitar un posible contagio, en especial, en momentos de exaltaci¨®n de la alegr¨ªa, y m¨¢xime si hay alcohol de por medio. En esos casos, podemos relajar nuestras precauciones y necesitamos estar atentos en todo momento. El cuidado tiene tambi¨¦n un componente emocional. Despu¨¦s de estos duros meses, no estamos para cerrar el a?o con conflictos innecesarios. Evitemos ciertas conversaciones, aunque sean por WhatsApp, y no atendamos aquellos canales de informaci¨®n cuyas noticias nos desconciertan. Como se suele decir, tengamos la fiesta en paz.
Necesitamos aprender a poner l¨ªmites. Eso afecta a las decisiones de ir o de organizar una cena de Navidad con nuestros seres queridos, m¨¢s all¨¢ de lo que las normas nos impongan. Si nos invitan a una cena o a un almuerzo y no consideramos adecuado asistir, tenemos que saber decir que no sin remordimientos. Para eso es recomendable aludir al riesgo y expresarlo en primera persona: ¡°Prefiero no ir porque no quiero contagiaros en caso de que tenga el virus¡±. Esta f¨®rmula parece m¨¢s efectiva que declinar la invitaci¨®n para no contraer la enfermedad porque el otro pueda estar infectado, que resulta un mensaje m¨¢s embarazoso y ofensivo.
Si finalmente decidimos no asistir a una cena con nuestros familiares, hay que vivir la situaci¨®n de la mejor manera posible. Tenemos que comprender el motivo real: no pasar estas fiestas con quienes queremos es doloroso, pero resultar¨ªa a¨²n peor contagiarlos por un posible descuido. Para paliar esta ausencia, tenemos en nuestras manos desarrollar soluciones creativas. Podemos buscar una alternativa distinta, como escoger nuestra comida favorita, que quiz¨¢s ser¨ªa impensable tomarla en una cena de Navidad, o ver una pel¨ªcula sin tener que discutir con los dem¨¢s. Otra posibilidad es realizar una celebraci¨®n virtual a trav¨¦s de una plataforma gratuita o con la c¨¢mara de nuestros tel¨¦fonos m¨®viles. Incluso se puede compartir el men¨² con antelaci¨®n para que parezca que comemos los mismos platos, que brindamos juntos y que improvisamos una fiesta virtual. Por ¨²ltimo, queda la opci¨®n de posponerlo para m¨¢s adelante, cuando exista menos riesgo de contagio. Celebrar la Navidad en primavera. Incluso en verano.
El a?o 2020 es el de los planes cancelados, pero tambi¨¦n el de la necesidad de reinventarnos. Podemos tomarlo como una oportunidad de vivir algo diferente, sin tanto estr¨¦s, m¨¢s relajados y en consonancia con lo que realmente deseamos y con quienes queremos pasar estos d¨ªas, sea de forma presencial o virtual. El a?o que nos deja nos ha ense?ado a adaptarnos a las circunstancias, ?por qu¨¦ no podemos hacerlo tambi¨¦n con estas celebraciones? D¨¦monos este regalo navide?o a nosotros mismos.
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