Los cimientos de la desigualdad
?C¨®mo ser¨ªa la humanidad si fuera un edificio? Una met¨¢fora nos alerta de que la falta de cambios sostenibles podr¨ªa terminar en el colapso del mundo moderno
Si el mundo moderno fuera un edificio de viviendas, tendr¨ªa los cimientos agrietados. Cuando el ser humano comenz¨® a configurar lo que ser¨ªan las sociedades modernas, parti¨® de una base desigual. Este edificio crece y crece en vertical, a un ritmo mucho m¨¢s r¨¢pido del que los vecinos de los pisos inferiores son capaces de acondicionar sus viviendas. Mientras que en los pisos superiores ya est¨¢n instalando paneles solares, los vecinos de abajo todav¨ªa utilizan estufas de carb¨®n. Mientras que los de arriba dise?an comida a base de plantas en un laboratorio, en los pisos inferiores instalan filtros en los grifos para no beber agua contaminada ni contraer enfermedades diarreicas.
En la entrada del edificio hay un letrero que dice ¡°Puedes llegar hasta el piso m¨¢s alto. Depende de ti¡±, pero la realidad es que el ascensor siempre est¨¢ lleno y adem¨¢s solo sube hasta la mitad. Aunque para seguir subiendo necesitas conocer a alguien de las viviendas superiores, esto no es suficiente: hay muchas personas delante de ti d¨¢ndose codazos por un espacio libre en el ascensor.
Desde los ¨¢ticos del edificio, personas poderosas toman decisiones sobre la vida de sus vecinos de abajo, recomend¨¢ndoles lo que deben comer o estudiar. Les dan consejos de c¨®mo llegar hasta arriba, a sabiendas de que estos nunca entrar¨¢n en el ascensor.
En la planta de abajo hay un gran terreno, donde se cultivan todos los vegetales y donde est¨¢n las granjas que alimentan a todo el edificio. Todos los d¨ªas, los vecinos de abajo ven como los mejores productos suben en un ascensor especial, ya que fueron pagados a mejor precio. El bienestar y la calidad de vida de los vecinos de los pisos superiores dependen de la producci¨®n y el trabajo que se da en la planta de abajo, pero nadie se lo cuestiona. Cada persona acepta su funci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa del edificio. La distancia entre los pisos de arriba y los de abajo es tan grande que sus habitantes ni siquiera se conocen, muchos no se han visto nunca.
Los ni?os y ni?as que han nacido y crecido en los pisos superiores tienen m¨¢s estatura, hablan idiomas, reciben una formaci¨®n mucho m¨¢s exigente y, como se alimentan mejor, tienen mejor estado de salud. Para estos ni?os que nacieron en pisos altos les ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil seguir subiendo, ya que partir¨¢n su ascenso desde la mitad superior del edificio.
Desde los ¨¢ticos del edificio, personas poderosas toman decisiones sobre la vida de sus vecinos de abajo, recomend¨¢ndoles lo que deben comer o estudiar. Les dan consejos de c¨®mo llegar hasta arriba, a sabiendas de que estos nunca entrar¨¢n en el ascensor
Aunque viven en el mismo edificio, la esperanza de vida de las personas que habitan los pisos superiores es mucho mayor. Esto es consecuencia del acceso que tienen a mejores tratamientos de salud, adem¨¢s, respiran un aire m¨¢s limpio y su dieta es rica en nutrientes. Una persona que viva en el piso m¨¢s alto del edificio puede llegar a vivir, en promedio, hasta 20 a?os m¨¢s que sus vecinos de los pisos inferiores.
Algunas ONG y fundaciones bajan fren¨¦ticamente las escaleras, para llegar a los pisos inferiores, y luego suben en el ascensor para contarles a los residentes de arriba las condiciones en las que viven sus vecinos. Les explican que el problema es estructural, ya que todo el edificio comparte los mismos cimientos. Las grietas cada vez son m¨¢s profundas y no se puede seguir cargando con m¨¢s peso las plantas superiores, porque adem¨¢s abajo hay mucho menos espacio y vive mucha m¨¢s gente.
Los vecinos de arriba se negaron a tal planteamiento. Les ha costado much¨ªsimo tiempo y esfuerzo tener un ¨¢tico y adem¨¢s ellos no tienen la culpa de que los vecinos de abajo no tengan la ambici¨®n de vivir m¨¢s arriba porque, como dice el cartel de la entrada, ¡°Puedes llegar hasta el piso m¨¢s alto. Depende de ti¡±. Est¨¢n dispuestos a pagar un poco m¨¢s de la cuota de propietarios para que se puedan hacer algunos arreglos en los pisos de abajo, pero bajo ning¨²n concepto dejar¨¢n de construir m¨¢s pisos en altura ni de equipar sus viviendas.
Ante esta situaci¨®n, un grupo de vecinos de los pisos de abajo decidieron ir a hablar con los vecinos de las plantas superiores. Afirmaron hablar en nombre de todos los vecinos e insistieron en que era inadmisible que, dentro del mismo edificio, hubiera tanta desigualdad. Uno de los vecinos m¨¢s influyentes de los pisos de arriba, los invit¨® a que se quedaran un tiempo en un apartamento que hab¨ªa quedado vac¨ªo. Parece que les debieron gustar mucho las condiciones de vida, ya que en los pisos de abajo nunca m¨¢s los volvieron a ver.
El edificio est¨¢ a punto de colapsar y a esta comunidad de vecinos se le termina el tiempo. No hay plan de evacuaci¨®n ni de rescate. Si no logran reconstruir el mundo para que los cimientos sean sostenibles, ning¨²n vecino, ni de arriba ni de abajo estar¨¢ a salvo.
Rafael Moyano G¨®mez es director ejecutivo de la Corporaci¨®n Educativa Escuelas del Cari?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.