Un arroyo que ya es todo un r¨ªo
Quevedo y Alberti se rieron de ¨¦l, y no acepta comparaciones con el T¨¢mesis o el Sena. Pero el Manzanares madrile?o tiene a su alrededor espacios indispensables como el parque Madrid R¨ªo y el centro cultural Matadero
Quevedo lo llam¨® ¡°arroyo aprendiz de r¨ªo¡±; Alberti, ¡°pobrecito r¨ªo, donde solo botan las barquitas los chiquillos¡±. Comparado con el T¨¢mesis o el Sena, el sediento y recatado Manzanares parece no dar la talla para una gran capital como Madrid. Pero, si se le hace un poquito de caso, el castizo afluente puede dar mucho de s¨ª: rutas de senderismo, frescos de Goya, el extraordinario centro cultural Matadero (para cuya rehabilitaci¨®n se concentr¨® con gran libertad el talento de arquitectos y dise?adores) y grandes espacios deportivos, todo a la orilla de esta l¨ªnea de agua a la que se le ha dado tradicionalmente la espalda. A falta de mar, es un buen escenario para un d¨ªa de esparcimiento.
9.00 Donde nace el r¨ªo
Las cosas conviene empezarlas por el principio, y los r¨ªos tambi¨¦n. El Manzanares nace en el Ventisquero de la Condesa, un nevero a 2.000 metros de altura en la sierra de Guadarrama del que en tiempos pret¨¦ritos (hasta finales del XIX) se sacaba hielo para abastecer Madrid. R¨ªo abajo est¨¢ el pueblo de Manzanares el Real, con su castillo g¨®tico, el imponente paraje natural gran¨ªtico de La Pedriza y la zona boscosa del Pardo, con su palacio real, que fue residencia de Franco, su palacio de la Zarzuela, su convento de capuchinos y su embalse. Ya en la urbe, a su orilla se encuentra la ermita de San Antonio de la Florida (1) (glorieta de San Antonio de la Florida, 5), donde se admira un conjunto pict¨®rico de Goya que algunos llaman la Capilla Sixtina de Madrid. Muy cerca est¨¢ la sidrer¨ªa Casa Mingo (2) (paseo de la Florida, 34), un cl¨¢sico de Madrid a precios asequibles famoso por sus pollos asados, y el parque de La Bombilla, donde se monta un cine de verano con solera. La estaci¨®n de Pr¨ªncipe P¨ªo (3), m¨¢s adelante, alberga un n¨²cleo comercial y est¨¢ en proceso de rehabilitaci¨®n para acoger un centro de artes esc¨¦nicas (La Estaci¨®n, Gran Teatro Pr¨ªncipe P¨ªo; Cuesta de San Vicente, 44). Adentr¨¢ndonos en la orilla de enfrente, en Carabanchel, encontramos el curioso Cementerio Brit¨¢nico (4) (Comandante Fontanes, 7), peque?o y coqueto camposanto que recog¨ªa los restos de protestantes, jud¨ªos y otras religiones, vetados en los cementerios cat¨®licos. Abre tambi¨¦n por aqu¨ª sus puertas la Casa de Campo (5), un gigantesco bosque (con zoo, parque de atracciones y lago) al que los madrile?os no le hacen el caso que deber¨ªan.
16.00 En bici por debajo de los puentes
Lo que s¨ª le gusta a los madrile?os es frecuentar el inmenso parque Madrid R¨ªo (6) (de 120 hect¨¢reas), que, tras una obra fara¨®nica (y la deuda consiguiente) ordenada por Alberto Ruiz-Gallard¨®n, recuper¨® el r¨ªo para los ciudadanos soterrando la M-30. En la ambiciosa ordenaci¨®n y urbanizaci¨®n del gran espacio generado confluyeron equipos profesionales liderados por Gin¨¦s Garrido, Francisco Burgos, Arantxa La Casta, Fernando de Porras-Isla, Carlos Rubio, Enrique ?lvarez-Sala y West8. Ahora aqu¨ª los ciudadanos se solazan al sol o a la sombra, con bici o con cr¨ªos, o se toman algo en las terrazas de las cafeter¨ªas (como el Caf¨¦ del R¨ªo; avenida de Portugal, 1). Hay que cruzar sus puentes: nuevos, como el dise?ado por Dominique Perrault (un tubo de espirales met¨¢licas como de nave espacial), o con solera, como el del Rey, el de Toledo (7) o el de Segovia (8) (con vistas al perfil arquitect¨®nico del Palacio Real (9) y la catedral de la Almudena (10). La llamada playa urbana (aqu¨ª s¨ª hay playa, de la que se ?reir¨ªa Quevedo) est¨¢ formada por tres fuentes con chorros y nebulizadores, ideales para el chapoteo dominguero.
Al Manzanares se asoma la mole del estadio Vicente Calder¨®n (11), sede del Atl¨¦tico de Madrid (tiene all¨ª su museo), que despu¨¦s de tantos sufrimientos futbol¨ªsticos ve pr¨®xima su desaparici¨®n en la Operaci¨®n Mahou-Calder¨®n, que traer¨¢ vivienda y zonas verdes. Tambi¨¦n es de gran inter¨¦s el edificio del Centro de Estudios Hidrogr¨¢ficos (12), obra maestra de 1963 del arquitecto Miguel Fisac, cuyo maravilloso interior se puede visitar con cita previa (913 35 79 44; paseo Bajo de la Virgen del Puerto, 3).
19.00 Skatepark y arte de vanguardia
Donde Madrid R¨ªo pierde su nombre se erige desde 2006 Matadero (13) (paseo de la Chopera, 14), un gran centro cultural que ocupa las instalaciones rehabilitadas del matadero que antiguamente abastec¨ªa a la ciudad. Ahora, donde hab¨ªa matarifes y c¨¢maras frigor¨ªficas hay teatro, exposiciones, conciertos, la Cineteca (que proyecta el mejor cine documental, obra de los arquitectos Cayetana de la Quadra-Salcedo y Josemar¨ªa Churtichaga), Intermediae (organismo dedicado a mediar con la comunidad, obra de Arturo Franco y Fabrice van Teslaar), la Casa del Lector (obra de Ant¨®n Garc¨ªa-Abril), la Central de Dise?o (de Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa Rold¨¢n), una cantina, una cafeter¨ªa y mucho espacio para realizar todo tipo de actividades. La se?al¨¦tica es de ?scar Marin¨¦ y en la plaza central se admiran los Escaravox dise?ados por Andr¨¦s Jaque, que sirven para dar sombra y como espacios m¨®viles para acoger bajo sus lonas a rayas actuaciones y eventos. Catorce arquitectos o estudios de arquitectura han contribuido a convertir Matadero Madrid en uno de los proyectos emblem¨¢ticos de la ciudad, lo que le vali¨® al conjunto en 2012 el prestigioso premio FAD de arquitectura. Interesa tambi¨¦n la peque?a colonia que tiene enfrente, llamada el Pico del Pa?uelo, que conserva la arquitectura propia de las viviendas de trabajadores de finales de la d¨¦cada de 1920. Aleda?os son el centro cultural Casa del Reloj y el invernadero del Palacio de Cristal (14), un museo bot¨¢nico de 7.100 metros cuadrados. Y a la trasera del coloso se encuentra el Skatepark de Legazpi, para avezados patinadores.
22.00 Medusas y cajas m¨¢gicas
Algunos restaurantes modernos, como el Costello R¨ªo (15) (General Maroto, 4), donde se estilan las hamburguesas y otros aperitivos, han llegado a un barrio tradicionalmente obrero. La ?trattoria In Crescendo (16) (Jaime el Conquistador, 31) sirve cocina tradicional italiana con finura y buen precio. Tambi¨¦n, cruzando al distrito de Usera, el c¨¦lebre restaurante Royal Canton¨¦s (17) (Olvido, 92), en pleno Chinatown capitalino y famoso por su medusa, su guiso de tendones y otros platos aut¨¦nticamente chinos. La legendaria sala La Riviera (18) (paseo Bajo de la Virgen del Puerto, s/n) sigue trayendo al anochecer a las mejores bandas de indie, rock y electr¨®nica. Paseando r¨ªo abajo encontramos La Caja M¨¢gica (19), un elegante cubo de acero, hormig¨®n, cristal y vidrio obra tambi¨¦n de Perrault, un espacio deportivo multiusos. Y luego el r¨ªo sigue y sigue, y le sigue el Parque Lineal del Manzanares hasta entroncar, despu¨¦s de completar sus 92 kil¨®metros, con el Jarama, y luego con el Tajo, para llegar a Lisboa y desembocar en la mar.
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