Rodas, placeres mediterr¨¢neos en la isla del Coloso
Callejuelas empedradas llenas de flores, tabernas griegas donde comer buen pescado, un paseo por la muralla medieval y una escapada a la cercana Lindos
La mejor forma de descubrir la ciudad de Rodas es, simplemente, perderse en ella. Algo por lo dem¨¢s casi inevitable: las peque?as callejuelas empedradas de su casco medieval conforman un d¨¦dalo lleno de recovecos y de meandros dentro de las murallas que lo circundan. Ciudad principal de la isla griega del mismo nombre en el Dodecaneso, Rodas es un resumen del Mediterr¨¢neo. Debido a su situaci¨®n estrat¨¦gica, a menos de 50 kil¨®metros en l¨ªnea recta de la costa turca, ha visto desembarcar en su puerto a todas las grandes civilizaciones del Mare Nostrum. Incluyendo a los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusal¨¦n: compraron la isla a los genoveses en 1306 y se quedaron durante m¨¢s de dos siglos. Hasta que el turco Solim¨¢n el Magn¨ªfico les desalojara en 1522, oblig¨¢ndoles a huir a La Valeta, donde adoptaron su nombre definitivo de Orden de Malta. Dejaron aqu¨ª una impronta profunda, un ambiente medieval que se aprecia mejor si se la visita ¡ªalgo m¨¢s que recomendable¡ª fuera de la temporada alta del verano.
9.30 La huella de los caballeros
Empecemos la visita del casco viejo por su calle m¨¢s famosa: la de los Caballeros (1), llamada Ippoton. Empedrada de guijarros, rectil¨ªnea y estrecha, reivindica el t¨ªtulo de calle medieval mejor conservada de Europa. Detr¨¢s de las dos hileras de fachadas de piedra, austeras y blasonadas, que la bordean se encuentran los edificios utilizados anta?o por los caballeros: albergues, hospitales y capillas de las ocho lenguas de la Orden (que asimilaba idiomas y naciones de procedencia): lengua de Arag¨®n, de Castilla, de Provenza, de Auvernia...
En uno de los extremos de la calle de los Caballeros se encuentra el espectacular palacio del Gran Maestre (2), una antigua fortaleza bizantina donde vivieron los sucesivos responsables de la orden. Es un conjunto de habitaciones a la vez principescas y austeras. El r¨¦gimen de Mussolini (los italianos gobernaron la isla de 1912 a 1943) se encarg¨® de rehabilitarlo, aunque con a?adidos discutibles como jarrones de Extremo Oriente, esculturas italianas y mosaicos de otras islas. A la entrada del palacio se ha conservado una inscripci¨®n de 1940 en la que el gobernador del r¨¦gimen fascista Cesare Maria de Vecchi describe el edificio como ¡°s¨ªmbolo de la civilizaci¨®n occidental y de la religi¨®n de Roma¡±.
10.30 Afrodita pein¨¢ndose
Volviendo a la calle de los Caballeros, uno encuentra cerca otro edificio espectacular de la ¨¦poca medieval: el Museo Arqueol¨®gico (3). Est¨¢ instalado en lo que fue anta?o el hospital de la Orden, que atendi¨® aqu¨ª tanto a peregrinos como a cruzados. Sus salas embovedadas unidas por elegantes patios bordeados de columnatas acogen una de las colecciones de esculturas m¨¢s importantes de las islas griegas, de las cuales la m¨¢s conocida representa a Afrodita pein¨¢ndose.
11.30 El camino del foso
Ya es hora de volver al aire libre y de pasear por el casco viejo. Nada m¨¢s agradable que recorrer sin rumbo fijo las estrechas callejuelas empedradas, entre casitas llenas de flores y apartando la ropa tendida. Uno se topa de repente con unas ruinas bizantinas, un trozo de muralla (4), una mezquita (5) (los turcos dominaron la isla durante cuatro siglos), una peque?a iglesia ortodoxa. Tambi¨¦n se puede recorrer la muralla desde la parte exterior, gracias a un camino en el propio foso.
13.30 Comida en el casco viejo
Conviene reponer fuerzas, y para ello en el casco viejo de Rodas abundan las tabernas y los peque?os restaurantes que ofrecen comida t¨ªpica griega. El restaurante Alexis (6) (Aristotelous, 33) es conocido por su pescado.
15.00 Pueblo blanco y peatonal
Para un vistazo al interior de la isla, lo m¨¢s indicado es una excursi¨®n (hay transporte p¨²blico) a lo que constituye probablemente el sitio m¨¢s bonito por estos lares: el cercano pueblo de Lindos (7), a 45 kil¨®metros apenas al sur de Rodas. Es uno de los primeros que construyeron los dorios en la isla, en el siglo XII antes de Cristo. Lo domina la silueta de la acr¨®polis, encaramada en la cima de un espectacular promontorio rocoso que se yergue entre el mar y las calles del pueblo, como protegi¨¦ndolas de las inclemencias marinas. Lindos es de una belleza de postal, con sus callejuelas empinadas (es totalmente peatonal) bordeadas de casitas encaladas de un blanco reluciente bajo el sol.
17.30 Lawrence Durrell
De vuelta a Rodas ciudad, el visitante puede pasear bordeando la l¨ªnea del mar, rodeando las bah¨ªas que se suceden y abrigan varios puertos, comerciales o deportivos: Akantia, Limenas, Kolona, Mandraki. En la entrada de Mandraki (8) se ergu¨ªa, seg¨²n la leyenda, el famoso Coloso de Rodas, una de las siete maravillas del mundo antiguo. Sea o no este el emplazamiento real (nadie lo sabe con certeza), lo indiscutible es que se trata del sitio ideal para contemplar unos atardeceres que encienden las murallas de colores cambiantes y que han hecho famosa a la ciudad: ¡°En Rodas los d¨ªas caen con tanta suavidad como los frutos de los ¨¢rboles¡±, escribi¨® Lawrence Durrell, que vivi¨® aqu¨ª de 1945 a 1947. Todav¨ªa se puede ver, en la parte nueva de la ciudad, la peque?a casa amarilla (9) en la que vivi¨® el escritor, al lado de los jardines de la mezquita de Murat Reis. Aqu¨ª escribi¨® Reflexiones sobre una Venus marina, el libro en el que describe su estancia.
19.30 La ciudad extramuros
Ha llegado el momento de echar una ojeada a la llamada ciudad nueva (10) (que no lo es tanto: fue fundada inicialmente por los habitantes de Rodas que huyeron extramuros tras la llegada de los turcos en el siglo XVI). En contraste con el recinto amurallado, adormilado en invierno, es un conjunto de calles modernas, rectil¨ªneas y llenas de tiendas y de vida, con un ambiente t¨ªpicamente mediterr¨¢neo.
20.30 Noche en la calle Mandilara
Y para cenar, un buen sitio es la peatonal calle Mandilara, que se ha convertido en uno de los centros de la movida local. Entre los lugares de moda se encuentra el restaurante Koukos (11) (Mandilara, 20-22), especializado en carnes. Se puede terminar la noche en uno de los bares de los alrededores, degustando alguno de los excelentes vinos que produce esta isla que naci¨®, seg¨²n la leyenda, de la uni¨®n del dios Helios con la diosa marina Roda, que le dio su nombre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.