Granada, territorio Lorca
Su casa natal en Fuente Vaqueros, los veranos familiares en la Alpujarra y sus tertulias en los caf¨¦s de la ciudad. Ruta por escenarios de la provincia andaluza que marcaron la vida y obra del poeta
Garc¨ªa Lorca ser¨ªa otro sin Granada y, probablemente, Granada ser¨ªa otra sin Lorca. Lo vivido por el poeta en su infancia, adolescencia y en sus idas y venidas desde donde quiera que estuviera dej¨® huella en muchas de sus obras. La casa de Bernarda Alba (1945), por ejemplo, surge de las conversaciones que el joven Federico le o¨ªa a la familia Alba, sin ser visto, a trav¨¦s del pozo que la casa de su t¨ªa Matilde compart¨ªa con Frasquita Alba, Jos¨¦ Benavides Pe?a, sus hijas y sus criadas. Ese fisgoneo de su infancia en Valderrubio ¡ªpueblo que entonces se llamaba Asquerosa, un nombre que ¨¦l evitaba a toda costa¡ª se qued¨® en alg¨²n rinc¨®n de su cerebro hasta varias d¨¦cadas despu¨¦s. Y as¨ª ocurri¨® con muchas experiencias de juventud en la provincia andaluza. Por eso, visitar Granada es reconocer al poeta.
Vivi¨® y viaj¨® por el mundo, de Madrid a Nueva York, La Habana, Montevideo o Buenos Aires, pero Granada siempre le pellizc¨®. A veces con dolor, otras con ternura. Tuvo una fuerte relaci¨®n con la capital, pero tambi¨¦n fue un granadino de la provincia y all¨¢ donde fue dej¨® recuerdo de su paso. Este es un recorrido por las principales localizaciones lorquianas.
Fuente Vaqueros
El ni?o Federico vivi¨® en la Vega de Granada su primera etapa y solo la abandon¨®, con 11 a?os ya, para irse a vivir a la ciudad. Fuente Vaqueros y Valderrubio fueron los dos entornos que le vieron corretear en pantal¨®n corto, y all¨ª dio sus primeros pasos lectores. Con el tiempo se fue, pero nunca dej¨® de regresar.
En el n¨²mero 4 de la que hoy es la calle del Poeta Federico Garc¨ªa Lorca de Fuente Vaqueros naci¨® en 1898, un 5 de junio. Por la misma puerta por la que ¨¦l entraba y sal¨ªa, entran y salen ahora los visitantes de su casa museo (entrada, 3 euros; patronatogarcialorca.org/casamuseo.php). Es una residencia modesta en la que don Federico, el padre, vivi¨® con su primera esposa, Matilde Palacios. A la muerte de esta, recibi¨® una importante herencia y, tiempo despu¨¦s, se volvi¨® a casar. Dos hechos relevantes para nuestro protagonista. Vicenta Lorca, segunda esposa de don Federico, dio a luz al poeta un a?o despu¨¦s de la boda y, por otro lado, el padre utilizar¨ªa la herencia para comprar tierras en la otrora Asquerosa. Las inversiones funcionaron y acabar¨ªa como gran propietario, accionista de numerosas f¨¢bricas de az¨²car y prestamista. Muchas de las aventuras art¨ªsticas y vitales del poeta se sufragaron con los rendimientos de todo aquello.
La casa natal del poeta, en Fuente Vaqueros, ha sido restaurada y se muestra al visitante tal y como era
Federico se reconocer¨ªa hoy en su casa natal, una vivienda restaurada, como recuerda el gu¨ªa Pepe Rodr¨ªguez, ¡°a partir de lo que su hermana Isabel y algunos ancianos de Fuente Vaqueros recordaban de c¨®mo era originalmente¡±. A la izquierda de la entrada, la cuna en la que durmi¨® el beb¨¦ Federico, tras una cortina que separa su cuartito del dormitorio de sus padres. M¨¢s all¨¢, el sal¨®n comedor y una modesta cocina conforman la primera vivienda que dio cobijo al escritor. Y, por supuesto, un piano. Cualquier lugar lorquiano emblem¨¢tico tiene un piano que ¨¦l o alguno de sus amigos tocaron. En los establos de entonces se encuentra la venta de entradas y el granero de la planta alta acoge peque?as pero magn¨ªficas exposiciones temporales. Junto a la vivienda, el centro de estudios sobre el artista y un teatro conforman el eje lorquiano en su localidad natal.
Su etapa en Fuente Vaqueros, ¡°aquel pueblecito muy callado y oloroso¡±, fue siempre muy celebrada por el artista. ¡°El pueblo est¨¢ rodeado de chopos que se r¨ªen, cantan y son palacios de p¨¢jaros¡±, escribi¨®. Chopos que, en hileras perfectas, se mantienen hoy en la vega granadina por la que, entre Fuente Vaqueros y Valderrubio, pase¨® el escritor.
Valderrubio
A menos de 10 minutos en coche de Fuente Vaqueros est¨¢ Valderrubio, adonde los Garc¨ªa Lorca se trasladaron cuando Federico hab¨ªa cumplido siete a?os. Tras recibir la herencia, el padre del poeta busc¨® tierras para el cultivo de remolacha en su localidad natal, pero no las encontr¨®, lo que a los pocos a?os s¨ª ocurri¨® en la localidad vecina. All¨ª, en un entorno de docenas de azucareras, muchas de las cuales tuvieron a Federico padre como socio propietario, tuvo cada vez m¨¢s tierras y ocupaciones. Cansado de ir y venir desde Fuente Vaqueros, y de que la lluvia cortara el acceso al pueblo, el padre compr¨® varias viviendas en Valderrubio que derrib¨® para construir una gran casa.
De estructura similar a la de Fuente Vaqueros, las dimensiones son bastante mayores y los techos m¨¢s altos. No es la modestia de la casa de labranza que fue su primer hogar, sino la residencia de alguien que ya tiene dinero y decide construirse su propia casa. Se encuentra en el n¨²mero 20 de la calle de la Iglesia y tambi¨¦n es visitable (entrada, 4 euros; valderrubioenlorca.com). Las estancias se mantienen como estaban, aunque su contenido refleja m¨¢s la vida del pueblo a principios del siglo XX que la propia vida de los Lorca. Junto a la excelente vivienda, en la que no puede faltar un piano, la zona visitable incluye la residencia de los caseros, las cuadras y un peque?o teatro.
A pocos pasos de all¨ª se puede visitar la Casa Bernarda Alba, Paquita Alba en la realidad (calle Real de Valderrubio, 1). Fue la residencia pareda?a a la de la t¨ªa Matilde, donde Lorca visitaba a su t¨ªa y primas y donde est¨¢ el pozo que compart¨ªan ambas familias y por el que se filtr¨® la historia a la que Lorca dio forma cuando la actriz Margarita Xirgu, muchos a?os despu¨¦s, le pidi¨® un papel de mala.
Llegada a Granada
Cuando el poeta cumpli¨® los 11 a?os, los entonces cuatro miembros de la familia ¡ªpadre y madre, Francisco y Federico, tras la muerte de Luis y a falta de nacer Isabel, que lo har¨ªa ya en Granada¡ª deja atr¨¢s la Vega y marcha a la capital granadina. Don Federico ya es un hombre de negocios y cree que su lugar es la ciudad. Su primera vivienda aqu¨ª es en Acera del Darro, 50, en el centro, y donde nacer¨ªa Isabel, la hermana peque?a del escritor (fallecida en 2002). Hoy el edificio est¨¢ muy cambiado y resulta casi imposible imaginar que los hermanos Lorca jugaron en su jard¨ªn desde 1908 hasta 1917.
Aquella primera vivienda, enorme y con mucho espacio para el esparcimiento, era alquilada y la familia se vio obligada a abandonarla. Se mudaron a la Gran V¨ªa, la avenida de los azucareros, empresarios que hab¨ªan hecho dinero con el negocio del az¨²car y que plantearon una gran avenida que diera un mejor acceso a la ciudad. Y levantaron no solo la Gran V¨ªa, sino los espl¨¦ndidos edificios que esta calle acoge a¨²n. En el n¨²mero 34 residi¨® la familia un a?o, pero nunca se sintieron c¨®modos y, finalmente, se trasladaron todos de nuevo al centro, en la Acera del Casino, 31, un emplazamiento del que ya no queda nada, pero donde hubo momentos muy relevantes para el poeta y su c¨ªrculo de amigos artistas.
Las viviendas de la familia Lorca no han dejado especial huella en Granada. Sin embargo, no es as¨ª con sus espacios de tertulia ni su casa de verano. Compraron la Huerta de San Vicente en el a?o 1926, entonces en la vega granadina y hoy situada en plena ciudad. All¨ª, desde la compra hasta el asesinato del poeta en agosto de 1936 ¡ªfusilado en el camino de V¨ªznar a Alfacar¡ª, pasaba la familia los veranos. Una casa donde Federico descansaba o recib¨ªa a amigos como Manuel de Falla o Manuel ?ngeles Ortiz, pero, sobre todo, un lugar de retiro en el que escrib¨ªa. Hay numerosas cartas documentadas de Federico desde la Huerta que dan algunas pistas de las ocupaciones del poeta: ¡°Hay tantos jazmines en el jard¨ªn y tantas damas de noche que por la madrugada nos da a todos en casa un dolor l¨ªrico de cabeza, tan maravilloso como sufre el agua detenida¡± (1926). ¡°Estoy en plena buc¨®lica, todo el d¨ªa comiendo exquisita fruta y cantando en el columpio con mis hermanos, y hago tant¨ªsima tonter¨ªa que a veces me averg¨¹enzo de la edad que tengo¡± (1927).
Adem¨¢s de los juegos con sus hermanos, mandar¨ªa muchas misivas en las que cuenta a los amigos por d¨®nde van sus escritos. Le cund¨ªa escribir en la Huerta y all¨ª avanz¨® en As¨ª que pasen cinco a?os, Yerma y Do?a Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, entre otras. Hoy la Huerta de San Vicente puede conocerse exclusivamente a trav¨¦s de visita guiada (entrada, 3 euros; huertadesanvicente.com).
Las tertulias de Federico
La vida social de Lorca era intensa. Es bien sabido que era un hombre sociable y encantado de andar con sus amigos, y en su Granada de los a?os veinte del siglo pasado siempre hab¨ªa motivos para verse. Los intelectuales locales se reun¨ªan en sus tertulias y, a estas citas, hab¨ªa que sumar las frecuentes visitas de intelectuales de fuera de Espa?a que llegaban a la ciudad andaluza invitados por Federico, Manuel de Falla u otros.
En el restaurante Chikito, en Granada, una escultura de Lorca recuerda las tertulias de El?Rinconcillo
En la primera planta del ya desaparecido Caf¨¦ Alameda, a 150 metros de la que era la casa familiar de la Acera del Casino, Garc¨ªa Lorca, Manuel de Falla, Hermenegildo Lanz, Fernando de los R¨ªos y otros muchos se reun¨ªan a charlar de lo humano y lo divino. Por esta tertulia a la que bautizaron como El Rinconcillo aparecieron en alg¨²n momento el pianista Arthur Rubinstein y los escritores Rudyard Kipling y H. G. Wells. El espacio del Caf¨¦ Alameda est¨¢ ocupado hoy por el restaurante Chikito (restaurantechikito.com), un cl¨¢sico granadino. Aqu¨ª, en una mesa de una esquina del local, Federico sigue sentado en bronce y se presta a acompa?ar a cualquiera que busque su callada compa?¨ªa.
La Taberna de El Polinario era otro de sus lugares de encuentro. La calle Real de la Alhambra fue una de las v¨ªas de tr¨¢nsito m¨¢s importantes del recinto nazar¨ª. A¨²n lo es. Y Antonio Barrios, El Polinario, regent¨® all¨ª esta taberna con el extraoficial cargo de c¨®nsul general de la Alhambra. Y all¨ª, en la trastienda de lo que en el siglo XIV fueran unos ba?os ¨¢rabes, se celebraban tertulias de m¨¢s flamenco que charla a las que, tambi¨¦n, acud¨ªan Lorca, Falla y otros. La taberna original fue derribada en los a?os treinta y ya no existe. En su lugar est¨¢ el Museo ?ngel Barrios, hijo de El Polinario y compositor de prestigio internacional. El centro, de acceso libre, depende del Patronato de la Alhambra y Generalife.
Falla y el carmen de la Antequeruela
Un carmen es una vivienda profundamente granadina. Es una residencia de gran riqueza interna que, por la sequedad del muro que la rodea, no lo aparenta. En su interior, un huerto, el jard¨ªn y las estancias ¡ªno necesariamente enormes¡ª suponen un peque?o vergel en la ciudad. En uno de esos c¨¢rmenes junto a la Alhambra vivi¨® Manuel de Falla, ¨ªntimo de Federico, a pesar de la diferencia de edad. Muchos intelectuales pasaron por el carmen de la Antequeruela en los a?os veinte, cuando lleg¨® el compositor a la ciudad, y en la primera parte de los a?os treinta. El poeta y el m¨²sico pasaron mucho tiempo juntos. Actualmente, este carmen acoge la Casa-Museo de Manuel de Falla, donde se pueden admirar multitud de objetos personales del reconocido compositor gaditano (entrada, 3 euros; museomanueldefalla.com).
El balneario de Lanjar¨®n
A los Lorca, definitivamente, les gustaba la Alpujarra. A Lanjar¨®n iba la familia a beber las aguas de su balneario. Y el poeta, c¨®mo no, dedicaba mucho tiempo a su trabajo¡ y a fijarse en los acentos de la gente. En 1927 escribi¨®: ¡°Yo aqu¨ª, en Lanjar¨®n, trabajo. El acento morisco suena en todas las lenguas de la gente¡±. Fue el entorno que Federico le sugiri¨® a Falla para una ruta titiritera, aunque esto ¨²ltimo no ocurri¨®. A la madre, do?a Vicenta, le ven¨ªa bien el agua de Lanjar¨®n por una enfermedad hep¨¢tica y por eso, durante poco m¨¢s de una d¨¦cada, entre 1924 y 1935, unos d¨ªas del verano los pasaban all¨ª y se alojaban en el hotel Espa?a, que a¨²n existe (hotelespanalanjaron.es). Situado en la avenida principal de la localidad, pueden visitarse los dos dormitorios contiguos que ocupaba la familia, que se mantienen pr¨¢cticamente como los usaron los Lorca. En el restaurante se exhiben el piano en el que Federico tocaba a cuatro manos con Mar¨ªa Luisa Natera Ladr¨®n de Guevara y reproducciones de las muchas cartas que envi¨® desde su retiro de verano en la entrada a la Alpujarra.
Centro Garc¨ªa Lorca
El epicentro de Lorca en Granada capital es hoy el Centro Federico Garc¨ªa Lorca. La instituci¨®n cultural aspira a convertirse en el espacio de difusi¨®n y conocimiento de los fondos del artista. A su caja fuerte lleg¨® hace poco m¨¢s de dos a?os el legado del poeta: casi todos sus manuscritos teatrales, numerosa obra po¨¦tica y prosa, cientos de cartas escritas y recibidas, dibujos, documentos personales, fotograf¨ªas, etc¨¦tera. Cuenta adem¨¢s con una biblioteca, un teatro y una sala en la que se organizan exposiciones temporales. El centro, totalmente dedicado a ¨¦l pero en una ubicaci¨®n sin mayor relaci¨®n con el poeta, es otra buena manera de empaparse de su vida y obra (entrada gratuita; centrofedericogarcialorca.es).
'Lorcapedia': la web que mejor conoce al poeta
A¨²n no ha cumplido a?o y medio desde que se lanz¨®, y la web universolorca.com es el mejor espacio virtual disponible para conocer a Federico Garc¨ªa Lorca, su vida y su obra. Como explican sus responsables, la Diputaci¨®n Provincial de Granada, la p¨¢gina aspira ¡ªy se encuentra ya pr¨¢cticamente ah¨ª¡ª a convertirse en la Lorcapedia. Explica de un modo especialmente interesante, entre otros motivos gracias a la excelente coordinaci¨®n del periodista y escritor Alejandro V. Garc¨ªa, la biograf¨ªa del poeta, su obra, los lugares donde vivi¨®, las rutas que transit¨® y todo su c¨ªrculo de relaciones sociales y familiares. La Diputaci¨®n Provincial ya ha anunciado que en un futuro pr¨®ximo estar¨¢ tambi¨¦n disponible la versi¨®n en ingl¨¦s.
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