Miguel Hern¨¢ndez, tras las huellas del pastor poeta en Orihuela
Su casa, su colegio, el lugar donde se reun¨ªa con amigos y la c¨¢rcel donde estuvo preso. La vida y obra del escritor alicantino se sienten en cada rinc¨®n de esta localidad junto a la Vega Baja del Segura que impregn¨® de campo sus versos
Por la tarde el sol enciende en ocre y azul las fachadas de la calle de Arriba, en Orihuela (Alicante). A la sombra de los aleros hay sillas donde charlan los vecinos y dos cr¨ªos juegan con un mirlo que no puede volar; lo manosean y lo lanzan hacia lo alto, y el pobre p¨¢jaro dice en la lengua de los mirlos: ¡°Socorro¡±. Cruzando un arco, en la plaza que aparece se?alada en los mapas tur¨ªsticos como Rinc¨®n Hernandiano, se encuentra la casa museo de Miguel Hern¨¢ndez, donde vivi¨® el poeta campesino desde los cuatro a?os hasta que, en 1934, se fue a Madrid por segunda vez.
Es una sencilla construcci¨®n de una planta que se restaur¨® en 1985 recreando la vida de la familia: el sal¨®n comedor con su alacena donde hay siempre limones y cebollas, la habitaci¨®n de sus padres y la de sus hermanas Elvira y Encarna, y el dormitorio que compart¨ªa con su hermano Vicente presidido por una cama que perteneci¨® al poeta y varios originales de los dibujos con los que ilustr¨® algunos de sus versos. Desde la cocina se accede al patio con el cobertizo para las cabras que pastore¨® el adolescente Miguel cuando empez¨® a ir mal la econom¨ªa familiar y al huerto donde abre sus brazos la higuera que perfum¨® sus versos: ¡°Mi carne, contra el tronco, se apodera / en la siesta del d¨ªa / de la vida, del peso de la higuera¡±.
En el Centro de Visitantes se exponen primeras ediciones y manuscritos, fotograf¨ªas con compa?eros del colegio y de la palabra como Alberti, Lorca, Carmen Conde, Salinas, Mar¨ªa Zambrano, Aleixandre o los Panero, y tambi¨¦n se puede o¨ªr su voz temblorosa, desgranando la Canci¨®n del esposo soldado en la ¨²nica grabaci¨®n que se conserva de las que le hizo Alejo Carpentier en su estudio de Par¨ªs.
Desde el patio de la casa de Miguel Hern¨¢ndez se ve¨ªa el campanario cuadrado del Colegio Diocesano de Santo Domingo, donde estudi¨® algunos a?os becado por los jesuitas y se hizo inseparable del escritor Ram¨®n Sij¨¦. En este edificio colosal, que incorpora elementos g¨®ticos, renacentistas y barrocos, al que llaman ¡°El Escorial de Levante¡±, se fund¨® una de las universidades espa?olas m¨¢s antiguas y fue, adem¨¢s, la primera Biblioteca P¨²blica Nacional en el siglo XIX. En su interior alberga una importante pinacoteca y joyas arquitect¨®nicas como sus dos claustros y la suntuosa nave de su iglesia barroca.
Muy cerca de all¨ª una placa se?ala la casa del can¨®nigo Luis Almarcha, fundador del diario El Pueblo de Orihuela, que le prest¨® una m¨¢quina de escribir, alent¨® su formaci¨®n con su magn¨ªfica biblioteca y public¨® algunos poemas del joven Miguel. Esta es una ciudad de tradici¨®n eclesi¨¢stica; tiene decenas de iglesias y conventos apuntalando el cielo con sus campanarios. Azor¨ªn la describ¨ªa as¨ª en una de sus cr¨®nicas: ¡°Hay una diminuta catedral, una microsc¨®pica obispal¨ªa, vetustos caserones con la portalada redonda y zaguanes sombr¨ªos, conventos de monjas, conventos de frailes. A la entrada de la ciudad, lindando con la huerta, los jesuitas anidan en un palacio plateresco; arriba, en lo alto del monte, dominando el poblado, el seminario muestra su inmensa mole¡±. En los s¨®tanos del seminario de San Miguel, que fueron c¨¢rceles franquistas, estuvo preso el poeta en 1939. Junto a ¨¦l se recortan los restos del castillo medieval de Orihuela, cuyos vestigios muestra el Museo de la Muralla de la ciudad.
En la calle de Miguel Hern¨¢ndez, una sencilla placa indica el portal que ocupaba la tahona de Carlos Fenoll, el panadero poeta. Aqu¨ª se reun¨ªa el Grupo de Orihuela: Ram¨®n Sij¨¦, Jes¨²s Poveda, Antonio Gilabert, Manuel Molina, Miguel Hern¨¢ndez o el propio Fenoll, que en 1931 le animaron a marcharse a Madrid en busca de gloria. Bajando por la calle de Santa Luc¨ªa est¨¢ la plaza de Ram¨®n Sij¨¦, donde en abril de 1936 el poeta leer¨ªa un emotivo manifiesto en memoria del amigo muerto. En el palacio del Portillo, que entonces era el C¨ªrculo Cat¨®lico y hoy un banco, recit¨® sus primeros versos. Frente al palacio se levanta la catedral del Salvador y Santa Mar¨ªa, con dos puertas g¨®ticas y una renacentista, hermosas rejer¨ªas y un ¨®rgano barroco. Detr¨¢s destaca la austera fachada barroca del palacio episcopal con el Museo Diocesano de Arte Sacro, que exhibe La tentaci¨®n de Santo Tom¨¢s de Aquino, de Vel¨¢zquez. Justo al lado viv¨ªa Sij¨¦, ya cerca del r¨ªo Segura, y cruzando el Puente Viejo se llega enseguida a la plaza Nueva, en cuyos bancos charlaba el poeta con Josefina Manresa cuando eran novios. En el ateneo del Casino Orcelitano, un precioso edificio modernista decorado con vidrieras y azulejos, recit¨® Miguel Hern¨¢ndez en 1933 la Eleg¨ªa media del toro.
Este a?o se conmemora el 80? aniversario de la muerte del poeta, que naci¨® en el oto?o de 1910. En 1976 se rindi¨® en Orihuela un Homenaje de los Pueblos de Espa?a a Miguel Hern¨¢ndez, al que se sumaron poetas y cantantes, y artistas como Castej¨®n, Genov¨¦s o Ibarrola pintaron murales para reivindicar su figura en las fachadas del barrio de San Isidro. En 2012 se recuper¨® la iniciativa restaurando y a?adiendo m¨¢s de 200 murales de artistas y colectivos, que han convertido el barrio en una colorida galer¨ªa llena de versos. Cada a?o hay una convocatoria para valorar nuevas propuestas y una feria donde artistas y artesanos ofrecen sus creaciones.
Al abrigo de la sierra, el Palmeral de Orihuela es el segundo m¨¢s grande de Europa; tiene forma de media luna surcada por una acequia y conserva los bancales y cauces del primitivo sistema de regad¨ªo isl¨¢mico que alimentaba desde el suelo tres capas de cultivo: hortalizas, frutales y palmeras. A sus pies se dilata la Vega Baja del Segura que impregn¨® de campo los versos de Miguel Hern¨¢ndez: ¡°Aqu¨ª la vida es pormenor: hormiga, / muerte, cari?o, pena, / piedra, horizonte, r¨ªo, luz, espiga, / vidrio, surco y arena¡±.
Los amantes de la bici tienen multitud de recorridos que parten de Orihuela y se adentran en el paisaje hernandiano: por el casco hist¨®rico y los sotos del r¨ªo, por el embalse de la Pedrera hasta las playas, por el Camino del Cid hasta Elche, o la gran ruta del Corredor Verde del Segura, que viene desde Guardamar y llega hasta Murcia. Para los andariegos, la Senda del Poeta es una ruta hasta Alicante en tres etapas que pasa por Redov¨¢n, donde naci¨® su padre, y por Cox, donde vivi¨® un tiempo tras casarse con Josefina en 1937. En su boda vest¨ªa el uniforme del ej¨¦rcito popular y el reloj de oro que le regal¨® Vicente Aleixandre, a quien a?os atr¨¢s hab¨ªa escrito para que le enviara un ejemplar de La destrucci¨®n o el amor. Y aunque entonces empezaba a ser un poeta reconocido, firm¨® la carta como ¡°Miguel Hern¨¢ndez, pastor de Orihuela¡±.
Ana Esteban es autora del libro de relatos ¡®Peces de charco¡¯ (editorial Baile del Sol).
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