De la Confeitaria Nacional a la librer¨ªa Bertrand: de compras por tiendas centenarias de Lisboa
Siete establecimientos cargados con el magnetismo de la historia que permiten llevarse de la capital portuguesa algo m¨¢s especial que un ¡®souvenir¡¯
Lisboa est¨¢ inundada por terrazas para turistas y tiendas de moda internacional. Un poco como todas las ciudades con ¨¦xito. Sin embargo, a¨²n se pueden encontrar establecimientos abiertos en los ¨²ltimos 100 a?os (o antes) que le dan una identidad urbana original. Esta es una peque?a selecci¨®n para hacer compras con carisma portugu¨¦s.
Confeitaria Nacional
Esta gira comienza en la pasteler¨ªa m¨¢s antigua de Lisboa, fundada en 1829 por Balthazar Roiz Castanheiro y conservada por las siguientes generaciones de la familia. El sal¨®n de la primera planta ofrece unas vistas ¨²nicas de la plaza de Figueira, donde tambi¨¦n se despliega la terraza del local. Toda la oferta de la pasteler¨ªa es de fabricaci¨®n propia, con populares past¨¦is de nata, bolos de arroz, austriacos y africanos. Eso s¨ª, la estrella de la casa es el bolo-rei, que se elabora solo en oto?o e invierno para darle el ambiente fr¨ªo que requiere la masa. La receta es una adaptaci¨®n del galette des rois que el hijo del fundador descubri¨® en Par¨ªs durante una visita a la ciudad en 1870 junto a la comitiva del rey portugu¨¦s. De la capital francesa se trajo la receta y algunos maestros obradores que pronto popularizar¨ªan el bolo-rei, convertido hoy en una tradici¨®n sagrada en las familias portuguesas durante la Navidad. Se mantiene (en secreto) la receta original. El nombre tambi¨¦n tiene una historia. Cuando se derroc¨® la monarqu¨ªa de Manuel II y se instaur¨® la rep¨²blica, en octubre de 1910, el ardor del momento anim¨® a borrar todos los restos del anterior r¨¦gimen. El bolo-rei pas¨® a llamarse bolo-rep¨²blica y bolo-Arriaga (apellido del primer presidente de la Rep¨²blica lusa). El cambio no funcion¨®, y este dulce es una de las pocas cosas mon¨¢rquicas a las que se aferran los portugueses.
Luvaria Ulisses
Estos son los cuatro metros cuadrados mejor aprovechados de Lisboa. En este m¨ªnimo espacio sigue funcionando desde que abri¨®, en 1925, la ¨²ltima tienda de guantes artesanal que se puede encontrar en el pa¨ªs. A lo largo de su historia han dise?ado 80 modelos diferentes, realizados en piel de oveja, y a veces de cabra, en su f¨¢brica artesanal. Al a?o venden alrededor de 13.000 pares. La compra es casi un ritual en el que los empleados estiran el guante, ponen talco en las manos del cliente y le colocan el modelo elegido. No es raro ver colas en la puerta del establecimiento, que conserva en el interior la decoraci¨®n original de estilo imperio. Debido a la muerte del fundador sin descendencia, el negocio pas¨® a manos de algunos empleados, que han continuado con la cultura artesanal de la casa.
Librer¨ªa Bertrand
En 2012 entr¨® en el libro Guinness de los r¨¦cords como la m¨¢s antigua del mundo. Si compra aqu¨ª un libro, que estar¨ªa bien, puede pedir que le pongan un sello donde se acredita el hecho. Se abri¨® en 1732 en este mismo local del Chiado, aunque el gran terremoto de Lisboa destroz¨® la zona y durante unos a?os ocup¨® otras sedes. En 1777 reabri¨® en la calle de Garrett (antes, Rua das Portas de Santa Catarina) y acogi¨® tertulias literarias, conspiraciones pol¨ªticas y hasta el suicidio el 2 de septiembre de 1876 de uno de los socios y fundadores del Partido Socialista, Jos¨¦ Fontana, conocido como el Karl Marx portugu¨¦s. La librer¨ªa ya aparece citada en el final de Os Maias (1888), de E?a de Queiroz. En 2019 alcanz¨® un hito hist¨®rico con cerca de un mill¨®n de visitantes, una cifra que este a?o va camino de igualarse. A pesar del flujo tur¨ªstico, no se plantean vender entradas. ¡°No queremos ser un monumento tur¨ªstico, somos una librer¨ªa con orgullo de serlo¡±, aclara su gerente, Ana Filipa Rodrigues. Su ampliaci¨®n les ha permitido mantener un gran fondo editorial e incorporar un caf¨¦.
Paris em Lisboa
Esta tienda de productos textiles abri¨® el a?o del nacimiento de Fernando Pessoa, en 1888. Y caus¨® furor. Los portugueses siempre han mirado a Par¨ªs como la meca de la inspiraci¨®n, tambi¨¦n para las ropas de casa. En sus selectos estantes y mostradores de madera se muestran hoy mantas hechas con cachemira de la estepa mongola, edredones daneses y s¨¢banas de lino, seda o algod¨®n fabricadas en Portugal. En la ¨²ltima gran remodelaci¨®n se ampli¨® la tienda en tres pisos y se suprimi¨® el taller de costura.
Sapataria do Carmo
Fundada en 1904, la zapater¨ªa cambi¨® de propiedad en 2012, pero conserva bellos elementos originales como las cajas de cart¨®n, los sillones o la puerta de espejo que separa la tienda de la zona del almac¨¦n. Sus actuales due?os ofrecen dise?os de seis fabricantes portugueses que realizan a¨²n parte del proceso de forma manual. Todos se elaboran en piel de calidad de origen portugu¨¦s o italiano, con suelas de cuero hechas tambi¨¦n por artesanos.
Casa Mac¨¢rio
La fund¨® en 1923 un empresario que cultivaba caf¨¦ en las colonias y decidi¨® abrir una tienda en la calle principal de Lisboa, la Rua Augusta. Esta sigue siendo una v¨ªa estrat¨¦gica, aunque han desaparecido las tiendas hist¨®ricas expulsadas por los negocios tur¨ªsticos. Lu¨ªs Torres Alves, el actual due?o, a¨²n resiste, ahora m¨¢s enfocado a la venta de vino de Oporto (algunas botellas son de 1900) y licores. Sigue, no obstante, envasando sus propias marcas de caf¨¦ (Mac¨¢rio, Augusto, Amoreiras, Cinco Torres y Monte-Real) y lo vende molido en el momento. Merece la pena entrar en esta mercearia para recibir un ba?o de autenticidad centenaria y llevarse de recuerdo algo m¨¢s original que un mero souvenir.
A Veneziana
Nada mejor para despedir esta ruta hist¨®rica que en la primera helader¨ªa que se abri¨® en Lisboa en 1933, gracias al emigrante italiano Giovanni De Luca, que iba camino de las Am¨¦ricas cuando hizo una escala en la ciudad y decidi¨® no continuar su traves¨ªa. El local de la plaza de los Restauradores se ha transformado con los a?os, aunque conserva lo m¨¢s importante: la fabricaci¨®n de sus helados con productos naturales. Son populares algunas especialidades como el helado con forma de espaguetis o la cassata. Merece la pena sentarse con uno de sus helados en una de sus cl¨¢sicas sillas azules cuando el sol ilumina las fachadas de azulejos de los edificios de enfrente. A pocos metros se pueden ver las esculturas dedicadas a los constructores de la famosa calzada portuguesa.
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