La historia sumergida: 10 pecios para bucear en Espa?a
Del ¡®Boreas¡¯, en aguas de Palam¨®s, al ¡®Madelaine¡¯, un carguero que transportaba botones frente al litoral de Estepona, aventuras submarinas para conocer algunos de los tesoros escondidos de las costas espa?olas
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Sumergirse entre los restos de un barco hundido es una manera de bucear en la historia. Los much¨ªsimos pecios hundidos en las costas espa?olas cuentan relatos tr¨¢gicos o heroicos de otras ¨¦pocas y son, adem¨¢s, refugio de numerosas especies marinas que encuentran aqu¨ª un h¨¢bitat acogedor. Dicen todos los que lo prueban que bucear entre los restos de un pecio es una de las experiencias m¨¢s placenteras para un submarinista, aunque no es para todo el mundo: hay que ser buceador experto, tener ciertos conocimientos previos y, sobre todo, conocer bien las propias limitaciones y escuchar las recomendaciones de otros buceadores que conozcan bien la zona antes de penetrar en el interior de estos barcos.
Dicho esto, es una experiencia apasionante que, adem¨¢s, tiene en las costas de Espa?a algunos de los mejores escenarios del mundo, desde barcos romanos hasta galeones o mercantes contempor¨¢neos.
Más información en la guía 1000 ideas para viajar por España de Lonely Planet y en lonelyplanet.es.
1. ¡®Boreas¡¯, hundido para disfrute de buceadores (Palam¨®s, Catalu?a)
En las aguas de Palam¨®s des?cansan 40 metros de hierro coloniza?do en todos sus recovecos por la flora y los bancos de peces. Hundido en 1989 con el prop¨®?sito de promocionar el turismo subacu¨¢tico, el Boreas es un pecio ideal para iniciarse en las grandes aventuras submarinas, con una inmersi¨®n que no pasa de los 30 metros de profundidad, donde el barco duerme su sue??o inquebrantable sobre el le?cho rocoso.
La vida del Boreas ha sido azarosa antes de terminar como reclamo de aventuras submarinas. En su origen, fue un remolcador de altura alem¨¢n que particip¨® en la II Guerra Mundial para despu¨¦s pasar a la marina de EE UU, a la prospecci¨®n de petr¨®leo e incluso al contrabando de drogas, hasta que en 1985 la Polic¨ªa de Aduanas espa?ola lo captur¨® frente a las costas de Begur, lo confisc¨® y qued¨® abandonado en el puerto de Palam¨®s. En 1988 dos clubs de buceo de la zona lo compraron y lo hundieron para formar un arrecife artificial. Y all¨ª est¨¢, dando cobijo a todo tipo de peces y crust¨¢ceos y cubierto por algas, corales y esponjas. Su inmersi¨®n se considera de dificultad media.
2. ¡®Sirio¡¯ , el ¡®Titanic¡¯ espa?ol (Cabo de Palos, Regi¨®n de Murcia)
Con el siniestro honor de ser el naufragio civil m¨¢s importante en la historia del Mediterr¨¢neo, el Sirio es, sin ninguna duda, el pecio m¨¢s famoso en aguas espa?olas. M¨¢s de 400 personas fallecieron durante su hun?dimiento en 1906. El Bajo de Fuera, un es?pol¨®n afilado de rocas de 200 metros frente a Cabo de Palos (Cartagena), cercen¨® su singladura dej¨¢ndo?lo a merced del tiempo y de los curiosos. Era un 4 de agosto de un d¨ªa tranquilo y soleado, por lo que no se entiende todav¨ªa c¨®mo se acerc¨® tan peligrosamente a la costa.
El Sirio era un buque a vapor de 7.000 toneladas de peso, perteneciente a la Compa?¨ªa General de Navegaci¨®n Italiana La Veloce de G¨¦nova, que realizaba sus viajes ordinarios entre su puerto de origen y Am¨¦rica (Brasil, Argentina y Uruguay). Posiblemente intentaba cargar pasajeros clandestinos en las costas levantinas, pero todo permanece envuelto en el misterio. La acci¨®n espont¨¢nea de los pescadores de Cabo de Palos (frente a la inacci¨®n de la tripulaci¨®n del trasatl¨¢ntico y de los grandes buques de la zona, como el Marie Louise o el Poitou) evit¨® una tragedia mayor, salvando m¨¢s de 400 vidas. Esta fue una de las historias de naufragios m¨¢s tr¨¢gicas y emocionantes del siglo XX, aunque nunca tuvo la notoriedad de otras como la del Titanic. Hoy se puede bucear siempre que se tenga cierto nivel. Los restos del Sirio, partidos en dos, reposan frente al Cabo de Palos de Cartagena, en los llamados Bajos de las Hormigas. Si alguien quiere empaparse de su historia y de la quienes iban a bordo, no tiene m¨¢s que leer la magn¨ªfica novela Lo que esconden las olas, de Emma Lira.
Hoy numerosas especies nadan entre la proa, que reposa de costado en la cara sur, a 50 metros de profundidad. La popa y sus calderas tapizadas de hermosas gorgonias se encuentran en el norte, a una profundidad de 40 metros. Al Sirio le acompa?an en su eterno descanso bajo el agua otros buques hundidos en la zona, como el Minerva o el North America.
3. ¡®Bou Ferrer¡¯, para bucear con los romanos (Villajoyosa, Alicante)
Estamos ante el ¨²ltimo barco romano en el que se puede bu?cear en todo el Mediterr¨¢neo. Casi nada. En el litoral de Alicante, m¨¢s concretamente bajo las ma?reas que ba?an Villajoyosa, se encuentra el Bou Ferrer, un mercante hundido en el siglo I que todav¨ªa est¨¢ en un ¨®ptimo estado de conserva?ci¨®n y a muy poca profundidad. El buceador deber¨¢ respetar este pedazo de la histo?ria, en el que siempre hay en marcha trabajos arqueol¨®gicos.
Fue una gran nave mercante romana que naufrag¨® a mediados del siglo I frente a las costas de Villajoyosa. Tiene una eslora de unos 30 metros y sirvi¨® para el comercio: concretamente, en el momento del hundimiento transportaba unas 2.500 ¨¢nforas, producidas en los alfares de C¨¢diz, y cada ¨¢nfora conten¨ªa 40 libros de la famosa salsa de pescado garum que tanto apreciaban los romanos. Desde 2001 se vienen realizando campa?as de excavaci¨®n arqueol¨®gica sobre el pecio y su contenido, entre el que hab¨ªa tambi¨¦n unos lingotes de plomo que posiblemente pertenec¨ªan al propio emperador de Roma. Las sucesivas campa?as de excavaci¨®n van dirigidas a averiguar qu¨¦ emperador era el due?o de este barco comercial: Cal¨ªgula, Claudio o Ner¨®n.
4. ¡®Dragonera¡¯, la recreaci¨®n de un biotopo submarino (Tarragona, Catalu?a)
Principal reclamo de las activi?dades subacu¨¢ticas de Tarrago?na, este mercante hundido en 1994 es un perfecto ejemplo de las ventajas tur¨ªsticas y ambien?tales de crear un biotopo artifi?cial. Reposando a poco m¨¢s de 20 metros bajo la superficie, ofrece tres recorridos diferentes, aptos para diversos niveles de submarinismo. Se escoja la inmersi¨®n que se escoja, estar¨¢ protagonizada, sobre todo, por una exuberante fauna marina.
El Dragonera, un carguero de 65 metros de eslora partida en algunos puntos, yace sobre un fondo de fango y arena, y los sargos y doradas se han hecho amos y se?ores de sus huecos. Fue hundido en el Parque Subacu¨¢tico de Tarragona, frente al Puerto de Tarragona en una zona destinada espec¨ªficamente al hundimiento de embarcaciones y de algunas estructuras concebidas para actuar como biotopo de m¨¢s de 250 especies catalogadas presentes en la zona. Le acompa?an en este peculiar parque para submarinistas otros pecios, como el Golf de Lleo, Quark, Cuadrat, Hermanos Aguado, Sebasti¨¢n y Lola, Rojo, Rojo II, Lili, seis veleros y tres barcas.
5. ¡®R¨ªo Miera¡¯, una inmersi¨®n para expertos (Cabo Mayor, Cantabria)
Cantabria, sus aguas feroces y sus profundidades de escasa visibilidad, son hogar del pecio de este barco, botado en 1920 y condenado, tras chocar en diciembre de 1951 con otro carguero, a morar hasta la eternidad en las aguas pr¨®ximas al Cabezo de la Vaca, a cuatro millas de Cabo Mayor. Aunque se oculta entre los 38 y 45 metros de profundi?dad, es apto tanto para buceo recreativo como t¨¦cnico, y ofre?ce la posibilidad de adentrarse en sus entra?as, siempre vigila?das por introvertidos crust¨¢ceos. Pero es una zona con fuertes corrientes, por lo que para la inmersi¨®n se requiere un nivel de buceo alto. En el pecio del R¨ªo Miera pueden encontrarse grandes congrios, san pedros, bogavantes y a veces peces luna.
6. ¡®Naranjito¡¯, un carguero con mala suerte (Cabo de Palos, Regi¨®n de Murcia)
Las costas de la Regi¨®n de Murcia son de las m¨¢s ricas en pecios, desde tiempos de los fenicios hasta los m¨¢s recientes. El paso frente a Cabo de Palos lleva siglos, desde la Antig¨¹edad, dejando bajo las aguas restos de naufragios, unos m¨¢s famosos que otros. Justo frente a este cabo cartagenero se en?cuentra uno de los pecios m¨¢s c¨¦lebres de la Pen¨ªnsula. Bautiza?do como Isla Gomera, y actualmente conocido como Naranjito, su ac?cesibilidad y poca dificultad t¨¦c?nica lo convierten en un lugar de peregrinaje para todos los que quieren a?adir un compo?nente extra de aventura a sus inmersiones. Uno de sus grandes atractivos reside en la posibilidad de internarse en su bien conser?vada zona de m¨¢quinas.
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Este buque naci¨® ya un poco gafado cuando lo botaron, un 18 de noviembre de 1918, con el nombre de Nadir. Era un buque a vapor de carga de casi 50 metros de eslora construido en el astillero de C¨¢diz, que tard¨® mucho tiempo en venderse. En 1926 cambi¨® de nombre y pas¨® a llamarse Magurio hasta que, en 1935, adopt¨® el nombre con el cual realizar¨ªa su ¨²ltimo viaje: Isla Gomera. Realizaba la ruta Cartagena-Barcelona cuando, la noche del 13 al 14 de abril de 1943, a las tres y media de la madrugada, naufrag¨® debido a una v¨ªa de agua en la amura de estribor del casco, desapareciendo en menos de un minuto. Iba cargado de cajas de naranjas que quedaron flotando en las aguas y sirvieron de punto de agarre para muchos tripulantes que terminaron siendo salvados por embarcaciones de pesca.
7. ¡®Avvenire¡¯, el marmolero (Torroella de Montgr¨ª, Girona)
Un saliente de roca de Cala Mont?g¨®, en la localidad de la Costa Brava de Torroella de Montgr¨ª, fulmin¨® este mercante cargado de placas de m¨¢rmol, motivo por el que es co?nocido por el sobrenombre de Marmolero. Pr¨®ximo a L¡¯Escala, y oxid¨¢ndose a m¨¢s de 40 metros de profundidad, requiere de pericia submarina, no tanto por su difi?cultad t¨¦cnica como por la visibi?lidad generalmente nula de la zona. Es puro territorio de aventura.
El carguero italiano Avvenire conserva todav¨ªa grandes bloques de m¨¢rmol en sus bodegas. Naufrag¨® en mayo de 1971 a causa de una tormenta que lo hizo encallar en la costa. El pecio est¨¢ aproximadamente a una milla de la Punta Trencabra?os, y su casco est¨¢ entero, dejando que lo habite una fauna extraordinariamente abundante, de gran tama?o y a menudo escondida en los orificios del barco. Es f¨¢cil ver peces luna, langostas, bogavantes y bancos de tres colas.
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8. ¡®SS Stanfield¡¯, un naufragio en plena guerra (Cabo de Palos, Regi¨®n de Murcia)
Este es otro enigm¨¢tico nav¨ªo para bucear en las ricas aguas de Cartagena. Hundi?do en plena I Guerra Mundial, el SS Stanfield yace a 60 metros de profundi?dad, convertido en un exigente objeto de deseo para los m¨¢s au?daces submarinistas. All¨ª donde la luz es absorbida y se camu?flan sus cicl¨®peas dimensiones (tiene 120 metros de eslora) se oculta esta joya que requiere de varias visitas para reconocerlo por completo. Permite un bu?ceo muy t¨¦cnico y sugestivo.
El SS Stanfield era un carguero mercante a vapor de acero, de 3.370 toneladas, que zarp¨® el d¨ªa 5 de junio de 1916 desde Norfolk (Virginia) hacia Savona (Italia), con un cargamento de carb¨®n para el Ejercito italiano. El 25 de junio 1916 a las 23.30 se fue a pique en las proximidades de Islas Hormigas. Hay versiones que dicen que choc¨® (como tantos otros barcos) contra el peligroso Bajo de Fuera frente a Cabo de Palos, mientras que otros piensan que colision¨® con otro barco de guerra que viajar¨ªa sin luces para no ser detectado por los submarinos alemanes.
9. ¡®Arna¡¯, el vapor de Cabo de Gata (Almer¨ªa, Andaluc¨ªa)
Frente al cabo de Gata, a varias millas del puerto de San Jos¨¦, resistiendo los agitados empe?llones de las costas almerienses, descansa este pecio que cerraba su trayectoria laboral all¨¢ por el a?o 1828, comenzando en?tonces su nuevo viaje por el tiempo, que ahora se puede disfrutar a golpe de aleta si las frecuentes corrientes lo permi?ten. Sus 100 metros de eslora congre?gan buenos ejemplos de la ex?plosiva vida marina de la zona.
Este vapor checoslovaco, con matr¨ªcula de Praga, choc¨® con una laja cuando pasaba por el cabo de Gata en su viaje desde Italia hasta Inglaterra, y se abri¨® una v¨ªa importante de agua que hizo que se hundiera en pocos minutos. A la tripulaci¨®n y al capit¨¢n, 30 hombres en total, les cost¨® ponerse a salvo, pero finalmente lo consiguieron nadando hasta la costa y prosiguieron viaje rumbo a Barcelona.
Si por algo destaca para los buceadores es por su tama?o y tambi¨¦n por la riqueza de especies que lo han colonizado. La profundidad y la presencia de corrientes fuertes de manera habitual lo convierten en la inmersi¨®n m¨¢s complicada del parque natural mar¨ªtimo-terrestre de Cabo de Gata.
10. ¡®Madelaine (LYS)¡¯, un barco cargado de¡ botones (Estepona, M¨¢laga)
Las costas espa?olas est¨¢n tambi¨¦n llenas de galeones, como el Madelaine, un buque franc¨¦s del siglo XVIII que abastec¨ªa de uniformes a las tropas cuando fue detectado y hundido por los ingleses. Fue muy cerca de la costa malague?a, por lo que se piensa que intent¨® llegar a tierra firme con toda la mercanc¨ªa a bordo. Hay una hip¨®tesis que apunta que, en realidad, fueron dos los galeones que perseguidos por los ingleses y que los franceses intentar¨ªan aproximar a la costa para evitar la captura: uno de ellos fue encontrado (el LYS); el otro, estar¨¢ muy cerca, en la misma costa.
A¨²n se pueden encontrar botones y hebillas de los que transportaba para los soldados, as¨ª como las cuadernas y partes visibles del gale¨®n, con mucha vida submarina. Est¨¢ hundido a poca profundidad, unos seis metros, y los temporales cambian el escenario en cada inmersi¨®n, desenterrando zonas nuevas o enterrando las que antes estaban visibles. Es apto para todos los buceadores, a los que siempre se les advierte previamente de que expoliar cualquier elemento del barco es un delito contra el patrimonio y la historia.
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