Azaila: una de ¨ªberos y romanos en Teruel
El excelente yacimiento de una ciudad ¨ªbera asediada y conquistada por legiones romanas en el a?o 74 antes de Cristo en las cercan¨ªas de este peque?o pueblo turolense muestra hoy lo compleja que fue la romanizaci¨®n de Hispania
Azaila es un pueblo del norte de Teruel con 100 vecinos empadronados y apenas 40 viviendo en ¨¦l. Como tantos otros de esta provincia, paradigma de la Espa?a vaciada, ten¨ªa m¨¢s vida y habitantes hace siglos que ahora. En concreto, hace por lo menos 2.100 a?os, cuando en un promontorio conocido como el Cabezo de Alcal¨¢, a poco m¨¢s de un kil¨®metro de lo que hoy es el centro urbano, se desarroll¨® uno de los m¨¢s grandes poblados ¨ªberos de la comarca. Sabemos que lleg¨® a albergar a unas 3.000 personas, que ten¨ªa s¨®lidas murallas rodeadas en la parte oriental por un foso, que poco a poco fue romaniz¨¢ndose, que tuvo termas, un templo dedicado a la diosa Victoria y que en las Guerras Sertorianas ¡ªesa guerra civil entre romanos que enfrent¨® al rebelde Quinto Sertorio con los enviados del dictador Sila¡ª apost¨® por el bando perdedor. As¨ª que en el a?o 74 antes de Cristo, los legionarios enviados por el Senado de Roma a las ¨®rdenes de Cneo Pompeyo Magno para acabar con la rebeli¨®n de Sertorio y las ciudades ¨ªberas aliadas superaron las murallas gracias a una rampa de asalto y entraron en la ciudad, arras¨¢ndola a sangre y fuego. Tal fue la destrucci¨®n que el lugar qued¨® abandonado y nunca m¨¢s se volvi¨® a habitar. El polvo de la historia fue poco a poco deposit¨¢ndose sobre sus piedras ultrajadas, hasta que el olvido lo tap¨® todo. Sabemos esto gracias a lo que siglos m¨¢s tarde nos desvelaron los registros arqueol¨®gicos. Pero, sin embargo, seguimos sin saber c¨®mo se llam¨® esta ciudad.
El yacimiento ¨ªbero del Cabezo de Alcal¨¢, a las afueras de Azaila, es hoy uno de los poblados iberoromanos mejor conservados y mejor excavados de los muchos que hay en todo Arag¨®n. Una visita imprescindible para conocer y entender la vida en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica en los convulsos siglos III a I antes de Cristo, en los que Roma fue poco a poco incorporando a Hispania como una provincia m¨¢s del imperio.
Recomiendo empezar la visita por el interesant¨ªsimo Centro de Interpretaci¨®n que el Ayuntamiento mantiene en el centro de Azaila. Una maqueta impactante con la reproducci¨®n del poblado tal y como fue en sus ¨²ltimos a?os recibe al visitante y le ayuda a entender las piedras sobre piedras que ver¨¢ luego en el yacimiento. A lo largo de sus tres plantas permite hacer un recorrido muy bien organizado a base de carteles, dioramas, fotograf¨ªas y objetos (algunos, originales; otros, r¨¦plicas de lo hallado en las excavaciones) sobre c¨®mo era la vida de la Hispania ¨ªbera, la organizaci¨®n de los poblados, el armamento de las distintas ¨¦pocas de ocupaci¨®n del Cabezo de Alcal¨¢ o una recreaci¨®n de las vestimentas que se usaban entonces. Una sala muestra el templo in antis, el altar que presid¨ªa el acceso a la ciudad y que estaba dedicado a la diosa Victoria. En las excavaciones aparecieron la cabeza de la diosa y la del noble que le acompa?aba, as¨ª como diversas partes de los cuerpos. De todo ello hay cumplidas r¨¦plicas, pues las piezas originales est¨¢n en el Museo Arqueol¨®gico Nacional, en Madrid.
Luego hay que ir al yacimiento. Las primeras catas las hizo hacia 1860 el catedr¨¢tico de Historia de la Universidad de Zaragoza, Pablo Gil y Gil, pero sin mucha metodolog¨ªa arqueol¨®gica. Aun as¨ª, recuper¨® m¨¢s de 2.000 objetos, entre ellos muchas vasijas, algunas completas. M¨¢s tarde, entre 1919 y 1942, Juan Cabr¨¦, un reputado arque¨®logo que adem¨¢s era turolense, llev¨® a cabo campa?as m¨¢s met¨®dicas y cient¨ªficas en las que sac¨® a la luz toda la Acr¨®polis, la zona alta donde resid¨ªan los jefes, nobles y artesanos de la tribu, que por lo que se supone eran sedetanos. M¨¢s tarde, en las d¨¦cadas de los sesenta y setenta, Antonio y Miguel Beltr¨¢n completaron la excavaci¨®n y restauraron los muros de las viviendas tal y como los vemos ahora, estableciendo la cronolog¨ªa de las diversas ocupaciones del lugar.
Hoy el visitante accede al yacimiento casi por el mismo sitio que lo hac¨ªan sus habitantes: un peque?o puente que salva el foso ¡ªsolo que el actual es de piedra y el original era de madera¡ª. Desmontable, adem¨¢s, para cerrar el recinto en caso de asedio. Una vez arriba sorprende el excepcional grado de conservaci¨®n de la calle principal, con su enlosado p¨¦treo, sus aceras y las huellas de los carros marcadas a¨²n en la piedra por el uso cotidiano. Parece que hubieras viajado 21 siglos en el tiempo. De frente queda el altar donde estaba la diosa Victoria, con grandes sillares de arenisca m¨¢s finamente tallados que el resto de las construcciones. Los botines de bronce de la diosa estaban todav¨ªa clavados en la piedra cuando la zona fue excavada por Cabr¨¦.
Luego, a un lado y a otro de la calle principal, van apareciendo casas y m¨¢s casas. O m¨¢s bien, su huella, con muros reconstruidos de no m¨¢s de dos palmos de altura. Las casas ¨ªberas ten¨ªan unos 40 metros cuadrados, con dos o tres estancias. La primera de ellas era siempre la cocina, para que el humo del hogar ventilara por la puerta. Por eso llama la atenci¨®n que, en el centro del yacimiento, en la zona m¨¢s elevada y mejor defendida, apareciera una gran mansi¨®n de estilo it¨¢lico, con su atrio central y las habitaciones con suelo de mosaicos, dando a este espacio abierto. Era la vivienda del r¨¦gulo o jefe de la tribu y ten¨ªa la planimetr¨ªa de una casa t¨ªpica romana, lo que demuestra el alto grado de romanizaci¨®n que hab¨ªa adquirido ya esta ciudad sin nombre, o al menos, sus ¨¦lites. Tambi¨¦n lo confirma el hecho de que gozaran del aseo y el descanso en unas termas, que son las m¨¢s antiguas que se han excavado jam¨¢s en Espa?a. Desde los restos de las torres de vigilancia, la mirada se pierde en el horizonte. Sin lugar a dudas, este era el sitio perfecto para establecer una ciudad f¨¢cil de defender y que dominara todo el valle del r¨ªo Aguasvivas, un afluente del Ebro.
Azaila est¨¢ orgullosa de su pasado ¨ªbero y lo explota con fruici¨®n para atraer visitantes a esta esquina de la Espa?a vaciada. Cada mes de septiembre desde hace ya 18 a?os organizan Sedeisken, unas jornadas en torno a la cultura e historia ¨ªberas. En las de este a?o hubo charlas y exposiciones de fotograf¨ªa, talleres para ni?os y mayores, exhibici¨®n de cetrer¨ªa, conciertos de m¨²sica celta, una recreaci¨®n del asalto al Cabezo de Alcal¨¢ durante las Guerras Sertorianas hecho con mu?ecos de Playmobil, visitas guiadas gratuitas al yacimiento y la presencia de otros grupos culturales o festeros relacionados con la ¨¦poca, como los Cartagineses y Romanos, de Cartagena.
Para que luego digan que esta Espa?a vaciada no se mueve nada.
Yacimiento del Cabezo de Alcal¨¢, en Azaila (Teruel)
- Información y visitas: 606 98 75 89. O en el Ayuntamiento de Azaila: 978 82 50 49.
- El yacimiento abre sábados, domingos y festivos, de 9.00 a 13.00 y de 16.30 a 17.00.
- El centro de Interpretación abre los mismos días, pero con un horario de 9.00 a 14.00 y de 16.30 a 18.00.
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