Mark Vanderloo: ¡°Tengo suerte porque soy el viejo de la moda¡±
Consagrado desde hace d¨¦cadas como uno de los modelos m¨¢s famosos del planeta, hoy sigue en un negocio del que ya se sabe todos los trucos
La conversaci¨®n con Mark Vanderloo (Waddinxveen, Pa¨ªses Bajos, 53 a?os) arranca bien cuando al entrar a la sala donde le est¨¢n maquillando ¡ªsolo, sin agentes, publicistas ni guardaespaldas¡ª ¨¦l se empe?a, sonriente, en hablar en espa?ol, con fuerte acento, pero en espa?ol. La cosa mejora cuando los parches que la maquilladora le ha puesto bajo los ojos para desinflamar qui¨¦n sabe qu¨¦ empiezan a despegarse y ¨¦l, divertido, gesticula sin parar en una lucha contra ellos.
Consagrado desde hace d¨¦cadas como uno de los modelos m¨¢s famosos del planeta, Vanderloo ha vestido y desfilado de todo y para todos. Comenz¨® siendo imagen de la fragancia Obsession de Calvin Klein en 1994 y un a?o despu¨¦s protagoniz¨® junto a Christy Turlington la campa?a de otro perfume de la marca estadounidense, Eternity. Este trabajo llevar¨ªa su rostro a las carpetas y habitaciones de los adolescentes de medio mundo, convirti¨¦ndolo en uno de los modelos mejor pagados y en la representaci¨®n del ideal de belleza masculina de una ¨¦poca. Para celebrar su 25? aniversario, y demostrando que tanto Vanderloo como Turlington siguen en plena forma, Calvin Klein recuper¨® y utiliz¨® la publicidad original.
Otro anuncio de una fragancia marc¨® su vida: el que rod¨® en 1997 para DKNY con la espa?ola Esther Ca?adas. La pareja se casar¨ªa un a?o despu¨¦s (y se divorciar¨ªa en 2000). Despu¨¦s vendr¨ªan Valentino, Gucci, Guess, Etro¡ ?Hasta cu¨¢ndo piensa seguir delante de la c¨¢mara? ¡°Si me hubieras preguntado en 1996 si seguir¨ªa aqu¨ª a esta edad, te habr¨ªa dicho: ¡®?Te juro al 100% que no!¡¯. Veinticinco a?os despu¨¦s, ya no puedo decirlo¡±, cuenta, muy serio primero, a carcajadas despu¨¦s. Bromear es su constante. ¡°No quiero trabajar¡¯, me dije entonces. ¡®Estoy contento, he ganado tanto dinero, he hecho todas las campa?as que se pueden hacer, estoy en un punto alto¡¡¯. Pero no me han dejado, no me han dejado¡±, contin¨²a, burl¨®n.
Su vida ya no es aquella de finales de los noventa, cuando viv¨ªa a caballo entre Nueva York y Par¨ªs. ¡°Dorm¨ªa m¨¢s noches en el avi¨®n que en esas casas¡±, recuerda sin nostalgia. Ahora lo hace entre ?msterdam, donde sus hijos de 17 y 15 a?os van al colegio, y Andorra, donde vende, alquila y reforma pisos con sus socios, que le han ense?ado a hablar espa?ol. ?Y Esther Ca?adas? ¡°Con ella aprend¨ª cuatro palabras: No. Gracias. Hasta luego. ?Y nada m¨¢s!¡±, r¨ªe. Al reencontrarse en un evento a?os despu¨¦s, ella le espet¨®: ¡°?Joder, hablas espa?ol muy bien, cabr¨®n!¡±, recuerda, taco a taco.
El tiempo le ha sonre¨ªdo como ¨¦l le sonr¨ªe al tiempo. Protagoniza unas pocas campa?as al a?o ¡ªescogidas¡ª y acepta alg¨²n desfile en Mil¨¢n que le sirve de excusa para ir a la ciudad, ver a amigos y comer bien. ¡°Es superimportante. La mitad del tiempo est¨¢s comiendo¡±, r¨ªe de nuevo. Se mantiene en forma a base de bikram yoga. Antes hac¨ªa boxeo, ¡°ahora el tiempo de reparaci¨®n es m¨¢s largo¡±. Y cuenta que mantener su trabajo es muy importante para su salud: ¡°Sin ¨¦l, comer¨ªa sin parar y engordar¨ªa hasta los 120 kilos¡±.
Vanderloo se vuelve reflexivo cuando analiza los cambios que ha sufrido el mundo de la moda. Cree que ahora se protege m¨¢s a los modelos que en su ¨¦poca, aunque asegura que nunca fue testigo de los abusos a compa?eros. ¡°No lo vi. Pero no quiero decir que no haya pasado¡±, matiza. ¡°Hoy en d¨ªa se cuenta, pero antes no. No creo que sea algo exclusivo de esta industria, pero es posible que pase m¨¢s que en otras¡±, reflexiona. ¡°Ahora, los menores de 18 a?os no pueden trabajar sin acompa?ante. Y todo el mundo est¨¢ con los ojos abiertos. Si pasa algo y lo dices, te van a creer¡±.
Aun as¨ª, prefiere que sus hijos no trabajen como modelos. O no por ahora. ¡°El foco de la vida no tiene que estar ah¨ª, sino en tu desarrollo personal. Si empiezas a los 16, destrozas tu pubertad, y ah¨ª no puedes volver. La mejor edad para empezar son los 18 o los 20. Antes hay mucha inseguridad y, si sales en una revista y vas al cole despu¨¦s, te tratan distinto¡ No es el momento de eso¡±.
El otro gran cambio lo ve en la moda masculina: ¡°Las campa?as ya no se hacen con uno o dos hombres, sino con muchos y distintos¡±. Eso hace que destacar sea m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Hoy en d¨ªa no se puede. Yo tengo suerte porque soy el viejo. No el superviejo, pero s¨ª el viejo¡±, cuenta. Vivi¨® la explosi¨®n de las grandes tops de los noventa, las que cobraban cifras astron¨®micas, m¨¢s que ellos. ¡°Creo que se ir¨¢ equilibrando. A m¨ª no me molestaba, pero yo hac¨ªa trabajos donde era el ¨²nico chico y estaba mejor pagado [que ellas]¡±. Eso no ha cambiado: ¡°Si no, no seguir¨ªa aqu¨ª¡±.
Estilista: Juan Cebri¨¢n. Asistente de fotograf¨ªa: ?lvaro G¨®mez. Asistente de estilismo: Paula Alcalde. Maquillaje y peluquer¨ªa: Carmen de Juan. Modelo: Mark Vanderloo (Sight Management). Producci¨®n: Maia Hoetink.
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