Usurpador del Defensor
Lo sexista es contar el n¨²mero de varones y mujeres en todo, como si no perteneci¨¦ramos a una ¨²nica especie y no fu¨¦ramos iguales. |?Columna de Javier Mar¨ªas.
Desde hace a?os echo un vistazo a la secci¨®n Defensor o Defensora del Lector (y supongo que de la Lectora, duplicaci¨®n absurda que de momento no ha aparecido: gracias). Me provoca curiosidad ver de qu¨¦ se quejan quienes compran este diario, y a veces me quedo at¨®nito, como el pasado 19 de diciembre. Bajo el t¨ªtulo ¡°Recalcitrantes reductos sexistas¡±, Carlos Y¨¢rnoz atend¨ªa a los lamentos o invectivas de ocho corresponsales, todos varones, bien disgustados bien furiosos por ¡°intolerables titulares¡± o frases detectados en EL PA?S. No tengo ninguna intenci¨®n, claro est¨¢, de usurparle el cargo a Y¨¢rnoz, a quien profeso simpat¨ªa, y adem¨¢s yo no servir¨ªa, pues, a diferencia de la suya, mi paciencia es escas¨ªsima ante la tontuna. Pero me voy a poner en su lugar por un d¨ªa, ya que la mayor¨ªa de las cartas de esos ocho lectores estaban inspiradas por una ignorancia continental si no oce¨¢nica; o por la falsedad; o por el exceso de celo en sus labores policiales. Quien va en busca de sospechosos los encuentra por doquier; los mani¨¢ticos del orden estudian sus mesas para comprobar si alguien les ha cambiado algo de sitio; los enemigos del ¡°sexismo¡± lo ver¨¢n hasta en el m¨¢s rid¨ªculo detalle. Esto ¨²ltimo fue lo sucedido el 19 de diciembre.
Varios de los lectores consideran ¡°bochornoso¡± que se llame a figuras p¨²blicas femeninas por su nombre de pila (¡°Yolanda¡±, ¡°Corinna¡±, ¡°Cayetana¡±, etc), lo cual ¡°implica un subliminal mensaje de falsa cercan¨ªa o subordinaci¨®n¡±. La subordinaci¨®n es discutible: a los oficinistas lo habitual era llamarlos por el apellido (¡°Oiga, Rendueles, tr¨¢igame ese informe¡±), y los aficionados a Downton Abbey habr¨¢n observado que en la Inglaterra m¨¢s pija se hac¨ªa lo propio con todo el servicio, desde el mayordomo hasta la pinche. As¨ª que dirigirse a alguien por el nombre de pila hace mucho que se convirti¨® (aunque falsamente a menudo) en una se?al de respeto y de que el trato es de t¨² a t¨². Es mendaz afirmar que s¨®lo a las mujeres se les da el nombre de pila. Sin salirnos de hoy, he le¨ªdo numerosas piezas en las que a Garc¨ªa Egea, el segundo del PP, se lo tilda de ¡°Teodoro¡±, e incluso se habla de la ¡°teodorocracia¡± imperante en su partido; y se ha hablado no poco de ¡°Pedro¡± y ¡°Pablo¡±. El Presidente Gonz¨¢lez fue ¡°Felipe¡± hasta la saciedad. El Premio Nobel Jim¨¦nez fue siempre ¡°Juan Ram¨®n¡±, como Garc¨ªa Lorca fue y es ¡°Federico¡± y G¨®mez de la Serna fue y es ¡°Ram¨®n¡±. Curro Romero casi nunca fue ¡°Romero¡±, sino ¡°Curro¡± las m¨¢s de las veces.
Los motivos para que un nombre supla al apellido son variados, y nada tienen que ver con el ¡°sexismo¡±. Si un apellido es corriente, como D¨ªaz o Garc¨ªa, es l¨®gico que se recurra a ¡°Yolanda¡± o a ¡°Teodoro¡±. De otra forma no se sabr¨ªa de qui¨¦n se habla. Asimismo, cuando hay dos apellidos y uno es m¨¢s com¨²n que otro, ya sabemos lo que pasa: ?tendr¨ªa que ofenderse N¨²?ez Feij¨®o porque se lo llame ¡°Feij¨®o¡±? ?Tendr¨ªa que ver feminismo irreverente en que se recurra a su l¨ªnea materna? ?Es inadmisible que nos refiramos a ¡°Morat¨ªn¡± en vez de a Fern¨¢ndez de Morat¨ªn, a ¡°Valle¡± en lugar de a Valle-Incl¨¢n? Respecto a los escritores antes mencionados, si fueran ¡°Jim¨¦nez¡±, ¡°Garc¨ªa¡± y ¡°G¨®mez¡±, ?sabr¨ªamos de qui¨¦nes se trata? La costumbre se remonta a siglos atr¨¢s: ?hay ¡°sexismo¡± por decir ¡°Miguel ?ngel¡±, ¡°Rafael¡±, ¡°Leonardo¡±, ¡°Dante¡± o ¡°Tiziano¡± en vez de Buonarroti, Sanzio, Da Vinci, Alighieri y Vecellio di Gregorio, respectivamente? En ocasiones, si los apellidos son largos o complicados, se echa mano del mismo expediente, y recordemos que cuando ¡°Corinna¡± se hizo famosa, se apellidaba Zu Sayn-Wittgenstein; as¨ª que ¡°Corinna¡± se la bautiz¨® y con ¡°Corinna¡± se qued¨®, eso es todo.
Alguna queja me resulta incomprensible. Ser¨¢ defecto m¨ªo, pero no entiendo por qu¨¦ el titular ¡°La ex-esposa de Jeff Bezos se casa con un profesor¡± es ¡°impropio¡± y ¡°una verg¨¹enza¡±. ?Alguien conoce la identidad de esa ex-esposa? Casi nadie. ?De qu¨¦ otra manera, pues, se podr¨ªa haber dado semejante noticia (bueno, lo mejor es que no se hubiera dado)? Para m¨ª es como si se dijera ¡°El ex-esposo de Meryl Streep se casa con una bi¨®loga¡±, ¨²nica forma si se ignora qui¨¦nes son el ex-esposo y la bi¨®loga. Otros quisquillosos se enfadan (¡°De verg¨¹enza¡±) por el escaso espacio dedicado al deporte femenino, sin tener en cuenta que el masculino, al menos en f¨²tbol, ciclismo, baloncesto y F-1, es seguido por much¨ªsimas m¨¢s personas. La queja resulta sangrante e ir¨®nica si se piensa que precisamente EL PA?S, con af¨¢n enternecedor rayano en la caricatura, llena p¨¢ginas y p¨¢ginas con m¨¦ritos de mujeres. Otros polis han mirado la mancheta con lupa y se han indignado al comprobar que en ella figuran trece hombres y cinco mujeres. Estos c¨®mputos s¨ª que son ¡°sexistas¡±. Lo es estar contando el n¨²mero de varones y mujeres en todo, como si no perteneci¨¦ramos a una ¨²nica especie y no fu¨¦ramos todos iguales, y no resultaran indiferentes, por tanto, las cantidades de un sexo y otro. Esta man¨ªa que nunca termina s¨ª que es ¡°recalcitrante¡±, adem¨¢s de nociva e idiota. Eso s¨ª, a mi no ¡°sexista¡± parecer.
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