Siete alpargatas para dar visibilidad a las j¨®venes artistas espa?olas
La nueva colecci¨®n de calzado de Abarca quiere ser arte y parte: ejercicio creativo, pero tambi¨¦n veh¨ªculo para presentar a autoras emergentes.
Silvia Flechoso acaba de descubrir que hay lienzos sobre los que el ¨®leo no responde. O lo hace tarde. ¡°?A¨²n est¨¢ h¨²medo!¡±, exclama contrariada tras colocar su pieza, no precisamente reci¨¦n pintada, en la repisa. La artista vuelve a insistir en la iconograf¨ªa religiosa que ya le vali¨® titulares hace un a?o, cuando se le ocurri¨® ponerle el rostro de cierta pol¨ªtica madrile?a a la Dolorosa de aquella Piet¨¤ superpop que caus¨® sensaci¨®n en la feria Art Madrid. ¡°He creado un templo para los pies¡±, informa ahora, aludiendo a la representaci¨®n cl¨¢sica del Esp¨ªritu Santo que domina su nueva obra, llamada a exposici¨®n en una zapater¨ªa de la capital. S¨ª, han le¨ªdo bien: una zapater¨ªa.
Burgalesa, de 31 a?os, la polifac¨¦tica Flechoso es una de las creadoras contempor¨¢neas que han aceptado la invitaci¨®n de Abarca para intervenir esas alpargatas celebradas hasta por el mism¨ªsimo Giorgio Armani. La firma murciana de calzado tradicional modernizado ha puesto los lienzos para un proyecto solidario que ¡°contin¨²a nuestro compromiso original como empresa de promover la igualdad y reforzar la presencia de la mujer en las esferas art¨ªstica y cultural¡±, concede Pedro Mart¨ªnez-Abarca, fundador e ide¨®logo de la ense?a que recuper¨® la dignidad del oficio de alpargatera hace ya una d¨¦cada. Con todo, esta tampoco es otra colaboraci¨®n moda-arte al uso, que no se trata tanto de expandir la imagen de marca ¡ªt¨ªpico ejercicio de branding¡ª como de dar visibilidad al trabajo de una serie de artistas pl¨¢sticas m¨¢s o menos emergentes fuera de los c¨ªrculos que les son propios. Fue Elvira Carrasco, de hecho, quien se encarg¨® de desarrollar y presentar la iniciativa, urdida al calor de la galer¨ªa La Aurora de Murcia. ¡°El objetivo es dar a conocer lo que hacemos a un p¨²blico que no suele ir a galer¨ªas a trav¨¦s de un art¨ªcu?lo de uso cotidiano¡±, explica la art¨ªfice de Faces Project, h¨ªbrido entre fotograf¨ªa y arte corporal (y un poco de performance) que le ha llevado a exponer en medio mundo.
Conquense, cosecha de 1990, formada como historiadora, Carrasco ha ejercido de ojeadora, reclutando a otras seis artistas con las que ha terminado formando una comunidad. ¡°Hab¨ªamos coincidido en ferias y gracias a este proyecto nos estamos conociendo m¨¢s. Todo suma¡±, dice. Los perfiles, pr¨¢cticas y aproximaciones no pueden ser m¨¢s diversos: Elisa de la Torre (Madrid, 1990), que tambi¨¦n es grabadora y acad¨¦mica, trabaja la pintura mat¨¦rica como v¨ªa de estudio de la imperfecci¨®n org¨¢nica; Ana Ruiz (Murcia, 1991) explora forma y color lo mismo en collages fotogr¨¢ficos que en murales sobre superficies arquitect¨®nicas; Isabela Puga (Caracas, 1997) articula su discurso a partir del minimalismo geom¨¦trico, y Mar¨ªa Latorre (Lorca, Murcia, 1991), con el dibujo y la ilustraci¨®n. Solo la multidisciplinar Lara Padilla (Madrid, 1988), activista feminista m¨¢s conocida por el alias de Sra. D., ha tenido experiencias anteriores prolongadas con el dise?o textil. ¡°Yo, por ejemplo, que vengo de trabajar en la pared, me las he visto y deseado para encajar mis despliegues geom¨¦tricos en un espacio tan peque?o¡±, admite Ruiz, cuyas alpargatas reproducen un motivo romboidal que remite al trenzado del yute.
No ha sido f¨¢cil para ninguna en realidad pasar de sus soportes habituales a la mera loneta de algod¨®n de las alpargatas. Una experiencia que les ha hecho comprender a¨²n m¨¢s la ardua labor manual en la que se emplean las alpargateras de Abarca, expertas en procesos artesanales como el cosido punto ojal. ¡°Oscar Wilde dec¨ªa que el arte es completamente in¨²til. Pues esta es la prueba de que puede ser muy ¨²til¡±, concluye Flechoso. Los beneficios de las ventas est¨¢n destinados a ayudar a las v¨ªctimas de la guerra de Ucrania v¨ªa Mensajeros de la Paz
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.