¡®No ho tornarem a fer¡¯
La amnist¨ªa es inaceptable porque hace m¨¢s de 40 a?os que Espa?a dej¨® de ser una dictadura
Para qu¨¦ mentir: no era yo muy optimista con la Mesa de Di¨¢logo entre el Gobierno y la Generalitat, y no s¨®lo porque las dos exigencias al parecer irrenunciables del Gobierno catal¨¢n (o de la parte del Gobierno catal¨¢n representada en la Mesa: ERC) son inaceptables por cualquier Gobierno democr¨¢tico: la amnist¨ªa es inaceptable porque hace m¨¢s de 40 a?os que Espa?a dej¨® de ser una dictadura; y el derecho de autodeterminaci¨®n es inaceptable porque lo que los secesionistas reclaman no es el derecho de autodeterminaci¨®n sino el de secesi¨®n, que no es un derecho democr¨¢tico. No era yo muy optimista, ya digo, pero, despu¨¦s de la reuni¨®n de la Mesa en La Moncloa el 27 de julio, entreveo un motivo para serlo.
El encuentro segreg¨® dos documentos: uno dedicado a la lengua catalana y otro titulado Acuerdo para superar la judicializaci¨®n y reforzar las garant¨ªas. El r¨®tulo da grima: ¡°desjudicializar la pol¨ªtica¡± es una de las expresiones m¨¢s exitosas de la jerga impuesta por los secesionistas para enmascarar sus tropel¨ªas; de acuerdo con ella, se judicializa la pol¨ªtica cuando se lleva ante los tribunales a un pol¨ªtico secesionista que ha violado la ley, as¨ª que desjudicializar la pol¨ªtica equivale a aceptar que los pol¨ªticos secesionistas no son iguales que el resto de ciudadanos y no est¨¢n obligados a acatar las leyes que acatamos los dem¨¢s; en otras palabras: desjudicializar la pol¨ªtica ¡ªexcluirla del control de la justicia¡ª es proclamar la impunidad de los pol¨ªticos secesionistas. Incre¨ªblemente, el desafuero antidemocr¨¢tico escondido en esa expresi¨®n es moneda corriente en el discurso pol¨ªtico sobre Catalu?a. Dicho esto, leamos el punto 2 del Acuerdo, que establece ¡°el compromiso poli?tico e institucional con la seguridad juri?dica, el ordenamiento y los principios democra?ticos¡±, y donde se afirma: ¡°La mejora de las instituciones y de sus procedimientos lleva aparejado el compromiso de las partes de conducir la actividad poli?tica e institucional de acuerdo a las instituciones y procedimientos democra?ticos¡±. En circunstancias normales, esta declaraci¨®n sobrar¨ªa: el primer deber de cualquier Gobierno democr¨¢tico consiste en ¡°conducir la actividad pol¨ªtica e institucional de acuerdo a las instituciones y procedimientos democr¨¢ticos¡±; si esto se pone por escrito en el documento es porque, durante el proc¨¦s, la Generalitat no cumpli¨® con esa obligaci¨®n elemental y, de manera consciente, p¨²blica y reiterada, viol¨® las leyes, incluidas la Constituci¨®n y el Estatut, que derog¨® a la brava, sin tener la menor legitimidad para hacerlo. Obrando al m¨¢s puro estilo nacionalpopulista ¡ªo trumpista, si se prefiere¡ª, el oto?o catal¨¢n de 2017 consisti¨® b¨¢sicamente en eso: en una c¨ªnica arremetida contra la democracia en nombre de la democracia (lo que coloc¨® Catalu?a al borde del enfrentamiento civil). Por eso el Acuerdo de La Moncloa, aunque envuelto en los eufemismos de rigor, no me parece irrelevante: por vez primera, el Gobierno de la Generalitat, al menos una parte de ¨¦l, reconoce de forma impl¨ªcita que el oto?o de 2017 fue un error y, de forma expl¨ªcita, declara que no volver¨¢ a repetirlo. Tras el oto?o de 2017, el ¨²nico lema secesionista conocido era: ¡°Ho tornarem a fer¡± (¡°Lo volveremos a hacer¡±: una consigna sostenida en las toneladas de mentiras que se contaron durante el proc¨¦s y que permit¨ªan alimentar la fantas¨ªa venenosa de que el oto?o de 2017 fue un alarde de radicalidad democr¨¢tica, cuando fue exactamente lo opuesto); se mire por donde se mire, lo que viene a decir la Generalitat en el Acuerdo es: ¡°No ho tornarem a fer¡±. Como si poco a poco la verdad se estuviera abriendo camino.
?Estoy viendo el vaso medio lleno? Podr¨ªa ser: al fin y al cabo, la mitad del Gobierno catal¨¢n ¡ªJunts¡ÁCat¡ª sigue en el monte, y la otra mitad ¡ªERC¡ª podr¨ªa desdecirse; al fin y al cabo, montar una mentira es f¨¢cil y desmontarla muy dif¨ªcil. Pero en el letargo ben¨¦fico de este domingo de agosto, mientras el mundo est¨¢ de vacaciones y me ataca a traici¨®n un verso esperanzado de Paul Val¨¦ry (¡°Le vent se l¨¨ve!... Il faut tenter de vivre!¡±), prefiero pensar que por algo se empieza.
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