Los ¡°lobos malos¡± merodean en torno al mercado del arte
Los j¨®venes creadores alcanzan precios millonarios en subasta, pero los grandes especuladores acaparan los mayores beneficios
Cae una lluvia de D¨¢nae de 65.000 millones de euros sobre el mercado del arte. Pero los j¨®venes apenas se benefician. Los especuladores (flippers, en la jerga) han encontrado un nuevo trofeo: el ultracontempor¨¢neo. Obras creadas por artistas nacidos despu¨¦s de 1974, un mercado diferente al de los maestros antiguos, modernos o de posguerra.
Los flippers persiguen artistas ¡ªsobre todo pintoras¡ª de alta demanda, cuyos precios explotan como una supernova. Flora Yukhnovich, de 32 a?os, es un prodigio del mercado. En junio su lienzo Boucher¡¯s Flesh aparec¨ªa en la sala Sotheby¡¯s con una estimaci¨®n de 200.000 libras. Se adjudic¨® en 2.334.000. Unos 2,7 millones de euros. Doce veces m¨¢s. El enorme beneficio trep¨® solo hasta el bolsillo del due?o y de la casa de subasta.
Los marchantes defienden a sus creadoras j¨®venes frente a lo que Larry Gagosian ¡ªel galerista m¨¢s poderoso del mundo¡ª llama ¡°los grandes lobos malos¡±. Su galer¨ªa ha fichado a Anna Weyant (27 a?os). La artista m¨¢s joven dentro de un espectacular cat¨¢logo. Su antiguo representante, 56 Henry, vendi¨® el ¨®leo Summertime por 12.000 d¨®lares durante 2020. En mayo alguien pag¨® 1,5 millones de d¨®lares en Christie¡¯s por ese ¡°tiempo de est¨ªo¡±. La respuesta de Gagosian para ahuyentar a las fieras fue subir el precio medio de Weyant por encima de 500.000 euros.
Uno de los problemas es que el mercado del arte sigue atrapado por c¨®digos ancestrales. ¡°Este es un negocio de apret¨®n de manos. Y si revendes, jam¨¢s vuelves a entrar por la puerta¡±, avisa el director de una de las cuatro galer¨ªas m¨¢s importantes del planeta, que pide permanecer en el anonimato. El pasado verano le lleg¨® la fotograf¨ªa de un coleccionista que especul¨® con varias piezas. ?El pie de foto? ¡°Prohibido el acceso a nuestros espacios¡±. ¡°Somos muy escrupulosos con los artistas m¨¢s j¨®venes para evitar la especulaci¨®n¡±, precisa Violant Porcel, directora en Espa?a de la galer¨ªa alemana Esther Schipper.
Las galer¨ªas solo venden las obras m¨¢s buscadas y valiosas a un c¨ªrculo reducido de coleccionistas y museos. Y obligan a firmar contratos de no reventa o a adquirir otros trabajos de sus artistas antes de optar a las nuevas estrellas. As¨ª bloquean a los oportunistas.
Dentro de este espacio pintado por capas de sorpresas, una de las mayores es la oscuridad cuando caen los precios. ¡°Las galer¨ªas tratan de evitar la volatilidad, pues la bajada del valor podr¨ªa socavar el desarrollo de la carrera del artista. Si desciende, les muestra a los potenciales compradores que existe un problema¡±, avisa Olav Velthuis, profesor de la Universidad de ?msterdam.
La trayectoria de un joven creador siente la fragilidad de la loza cuarteada. Aparecen propuestas para blindarse, admitir la especulaci¨®n y colaborar con el negocio. La Uni¨®n Europea estableci¨® en 2006 un canon de reventa (droit de suite) que beneficia al artista. Pero es solo del 4% y tiene un l¨ªmite de 12.500 euros. Supone casi un impuesto ¡ªmatiza Amy Whitaker, docente de arte en la Universidad de Nueva York¡ª antes que una participaci¨®n en el capital. Otros habitan ecosistemas lejanos. ¡°Los ¨²ltimos cat¨¢logos de las grandes subastas resultan insufribles. Esto es positivo para las galer¨ªas ajenas a lo especulativo¡±, defiende el marchante portugu¨¦s Pedro Cera. Aun as¨ª, en las guaridas del dinero, acechan los ¡°grandes lobos malos¡±.
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