La casa del cannabis. ?F¨²mese este museo!
Un centro permanente sobre la marihuana evoca su historia, reivindica sus propiedades y denuncia algunas de las pol¨ªticas del Gobierno de EE UU
El cannabis se usa tanto con fines medici?nales como con el objetivo de buscar v¨ªas hacia la creatividad. Ambos son aspectos importantes de la vida¡±, explica Marcelle Frey, la empresaria estadounidense que ha fundado junto a su marido, Robert Frey (due??o de varios clubes de moda en Las Vegas), un museo permanente en torno a la marihuana. The House of Cannabis ocupa las cinco plantas de un edificio hist¨®rico en el Soho neoyorquino. Por 45 d¨®lares (unos 41 euros) se accede a 10 experien?cias inmersivas, a una tienda con productos ins?pirados en el cannabis y a una cafeter¨ªa. El museo abri¨® sus puertas en abril, dos a?os despu¨¦s de la legalizaci¨®n del consumo de marihuana recrea?cional en Nueva York.
El tambi¨¦n llamado THC New York City no es un museo convencional. Desorientaci¨®n, la pri?mera experiencia a la que se tiene acceso, consis?te en un documental con 400 im¨¢genes que reco?rren en unos dos minutos y medio los 6.000 a?os de historia del cannabis y su impacto en nuestra cultura. Con la particularidad de que la panta?lla donde se proyecta tiene una luminosidad que hace que el cerebro funcione unos segundos m¨¢s ralentizado de lo que acostumbra. En Euphorium, uno es invitado a tumbarse sobre un disco de vi?nilo gigante y en movimiento, a escuchar con au?riculares grandes varios hits de distintos g¨¦neros musicales en torno al cannabis, como la archi?conocida Because I Got High, de Afroman. Y en The Hypnodrome, el videoartista Benjamin Gor?don trata de reproducir visualmente la sensaci¨®n de un estado alterado de conciencia. Tambi¨¦n se pueden oler emociones a trav¨¦s de una muestra de los distintos tipos de marihuana y aprender c¨®mo se cultiva la planta.
Parte de la misi¨®n del museo es mostrar los es?tragos de ¡°la guerra contra las drogas¡± impulsada en 1971 por el entonces presidente del Gobierno, Richard Nixon, que cre¨® la DEA (Administraci¨®n para el Control de Drogas). Una iniciativa muy pol¨¦mica al ser concebida como una herramien?ta pol¨ªtica discriminatoria contra las minor¨ªas, enfocada especialmente contra los negros y que propici¨® un encarcelamiento en masa que ha ido en aumento. Seg¨²n un estudio del Observatorio de Derechos Humanos, de unos 376.000 arrestos en 1980 se pas¨® a m¨¢s de 1.370.000 en 2007 y al pico m¨¢ximo de 1.650.000 en 2018. Tambi¨¦n se descubri¨® que en torno al 80% de las detencio?nes se deb¨ªan a posesi¨®n de drogas, no a la venta. Seg¨²n el NCDA (Centro Nacional de Estad¨ªsticas sobre el Abuso de Drogas) casi 318.000 personas son detenidas cada a?o en EE UU solo por pose?si¨®n de marihuana.
¡±La guerra contra las drogas es una guerra contra la gente¡±, reza uno de los carteles de la sala educativa. ¡°La guerra contra las drogas rompe fa?milias¡± se lee en otro, donde se detalla c¨®mo cada tres minutos un ni?o es enviado a una familia de acogida y c¨®mo una familia puede ser desahucia?da de una vivienda p¨²blica si uno de sus miem?bros es sospechoso de consumir drogas.
Para ayudar a la reinserci¨®n, el 30% de los em?pleados de The House of Cannabis son expre?sidiarios que han sido contratados mediante la ONG A Second U Foundation. El museo tambi¨¦n cuenta con una sala destinada a eventos comu?nitarios para propiciar la reflexi¨®n en torno a la regulaci¨®n de la marihuana. Seg¨²n The Center for American Progress, la legalizaci¨®n de la ma?rihuana ahorrar¨ªa al Gobierno de Estados Unidos unos 7.700 millones de d¨®lares al a?o en costes de aplicaci¨®n de la ley y generar¨ªa ingresos de 6.000 millones de d¨®lares en impuestos
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