Mario Casas: ¡°No me da miedo envejecer, estoy contento de hacerme mayor aqu¨ª, en el cine¡±
Giro de guion: de ¨ªdolo veintea?ero a director de cine. El 25 de agosto se estrena ¡®Mi soledad tiene alas¡¯, la primera pel¨ªcula que dirige Mario Casas y que revela una sensibilidad alejada de su imagen de hombre de acci¨®n. Asume el riesgo y no teme al fracaso. El actor acaba de cumplir 37 a?os y se declara encantado con su madurez
Mario Casas llega a pie, con unas gafas de sol, un gorro y una delgadez que le sirven de salvoconducto entre el gent¨ªo. La cita es en una de esas iglesias del centro de Madrid donde todav¨ªa se casan como Dios manda los hijos de las familias con posibles. Los ¨²ltimos fieles se cruzan a la salida con los t¨¦cnicos de Escape, la pel¨ªcula que est¨¢ rodando Rodrigo Cort¨¦s, que introducen en el templo cables y focos para la grabaci¨®n de esta noche. El actor los saluda con un gesto y se mete por una puerta lateral que conduce a las dependencias de C¨¢ritas. En la primera planta hay una gran bandeja con bocadillos y refrescos y un cura muy amable con sotana y alzacuellos. El sacerdote es clavado a Josep Maria Pou, pero el tentempi¨¦ es de verdad. Casas, que apenas tiene un hilo de voz ¡ªel rodaje de anoche a la intemperie le ha pasado factura¡ª, sigue a un miembro del equipo hasta una sala presidida por un gran crucifijo. All¨ª, detr¨¢s de un biombo, una enfermera le pone una inyecci¨®n en el culo cuyos efectos son dignos de ver y sobre todo de escuchar. A medida que Mario Casas habla, su voz, que al principio era casi un susurro, va adquiriendo cuerpo, volumen, nitidez.
¡ªSi me preguntaras ahora, oye, Mario, ?qu¨¦ es lo que te da m¨¢s miedo?
Llevamos ya casi una hora aqu¨ª, sentados los dos solos, debajo del crucifijo. En un par de ocasiones, se aleja un poco, abre la ventana y enciende un cigarrillo, procurando que el humo no moleste. La idea era hablar de Mi soledad tiene alas, su primera pel¨ªcula como director, en la que su hermano ?scar tiene el papel protagonista y que se estrenar¨¢ a finales de agosto, pero la entrevista se ha convertido en una conversaci¨®n desordenada sobre las cosas b¨¢sicas y, por tanto, importantes de la vida. Le digo que, esa misma ma?ana, para preparar el encuentro, he tomado un caf¨¦ en la estaci¨®n de Atocha con el director de cine Alberto Rodr¨ªguez, que andaba de paso por Madrid. Se le ilumina la cara.
¡ª?Qu¨¦ te ha contado de m¨ª?
¡ªNada bueno, solo cosas malas¡
¡ªQu¨¦ gran tipo y qu¨¦ gran director es Alberto.
Lo que me cont¨® el director de La isla m¨ªnima y de Modelo 77, que lo dirigi¨® en Grupo 7, una pel¨ªcula rodada en Sevilla y que se estren¨® en 2012, es id¨¦ntico a lo que ahora a su manera cuenta el propio Mario Casas. La historia de un actor obsesionado por aprender. ¡°Me acuerdo¡±, dec¨ªa Alberto Rodr¨ªguez, ¡°de que, tras cada sesi¨®n de rodaje, cog¨ªamos el mismo camino. Mario a su hotel y yo en direcci¨®n a mi casa. Ser¨ªan 20 o 30 minutos de trayecto en los que me iba preguntando cada detalle de su papel, de cada plano del rodaje, de todo¡¡±. Casas asiente y sonr¨ªe. ¡°Yo ven¨ªa de hacer papeles m¨¢s comerciales¡±, explica, ¡°dirigidos a un p¨²blico m¨¢s joven, y Alberto me ense?¨® c¨®mo preparar un personaje desde la verdad, desde la sutileza, desde lo peque?o. Fue un proceso de un mes en Sevilla. Me dec¨ªa: ¡®Mario, vuelve a leerte el guion. No lo tienes todav¨ªa¡¡¯. Y yo le dec¨ªa, ¡®Alberto, es que no s¨¦¡¡¯. ¡®Pues vuelve a leerlo¡¡¯. Y a las dos semanas: ¡®Mario, vu¨¦lvetelo a leer¡¡±. El Mario de hoy se r¨ªe del Mario de entonces, y centra con suavidad el asunto del que ven¨ªamos a hablar: ¡°A m¨ª la direcci¨®n siempre me ha gustado, siempre me he fijado en los directores, en c¨®mo se mueven en el rodaje. Y, sobre todo, me gusta la filosof¨ªa de Alberto o de Rodrigo, su inter¨¦s en unir a todo el mundo, de que todos se sientan bien, de no levantar la voz, de no tener un ego desmesurado¡¡±.
¡ª?Y funciona as¨ª un rodaje? ?Funciona m¨¢s que desde la autoridad?
¡ªYo creo que la autoridad es un error, un error ma?y¨²scu?lo. No puedes trabajar desde la tiran¨ªa. Es verdad que puedes ser un tirano y ser el mayor director del mundo, pero creo que al final del camino eso no te va a hacer feliz. Hay que ser amable con la gente que te ayuda, con los dem¨¢s actores, con los t¨¦cnicos. Lo contrario es un error. Hay que trabajar desde la humildad, o al menos intentarlo.
Hace tres a?os, Mario Casas estaba, como todos, encerrado en casa. ¡°Hab¨ªa en el ambiente una sobrecarga de miedo, no sab¨ªamos qu¨¦ hacer, y me pregunt¨¦: ?qu¨¦ puedo hacer que no haya hecho hasta ahora, con qu¨¦ no me he atrevido¡? Me di cuenta de que era el momento de escribir el guion de una pel¨ªcula, y me puse junto a la actriz D¨¦borah Fran?ois a escribir las primeras l¨ªneas. Ten¨ªa la idea de contar una historia de verdad, aunque no fuera real, pero s¨ª una historia de chavales j¨®venes, de barrio, una historia en la que mi hermano ?scar fuese el protagonista, una pel¨ªcula peque?a, con un guion sencillo. Yo me he criado en el barrio, en Barcelona, en la periferia, en uno de esos barrios donde transcurre la pel¨ªcula. Quer¨ªa centrarme en la historia de tres chavales. ?C¨®mo son?, ?c¨®mo viven?, ?cu¨¢les son sus expectativas si adem¨¢s tienen una sensibilidad especial, arrolladora, que no la pueden mostrar por el lugar donde han nacido o por la educaci¨®n que han recibido? Escrib¨ª 30 o 40 p¨¢ginas, se las envi¨¦ a Adri¨¢n y Nuria, de la agencia Nostromo, y les ped¨ª que fueran sinceros. Me respondieron: ¡®Sigue, sigue¡¡¯. A los pocos meses, vieron la primera versi¨®n y me dijeron: ¡®Hay que seguir trabajando, pero ya la tienes, se nota la esencia, el alma. Ah¨ª est¨¢ la pel¨ªcula que quer¨ªas hacer¡¡±.
Conforme pasan los minutos, la voz de Mario Casas se va aclarando, pero adem¨¢s de eso ¡ªel milagro del pinchazo¡ª, lo que m¨¢s llama la atenci¨®n es la diferencia entre el actor de ¨¦xito que aparece de vez en cuando en los programas de entretenimiento y el de esta tarde, m¨¢s reflexivo, m¨¢s concentrado en expresar, con las palabras justas y sin dejar de mirar a los ojos, el cambio de guion que supone en su vida la llegada de la madurez y el salto hacia la direcci¨®n. ¡°Es curioso, pero hay gente que ya ha visto la pel¨ªcula y que esperaban otra cosa, tal vez una con m¨¢s acci¨®n, una cosa m¨¢s masculina, m¨¢s de robos, de persecuciones. Y no, la peli no va de eso. La peli es una peli sensible, m¨¢s como soy yo. Porque hay una imagen m¨ªa, la que tiene el p¨²blico, que es de un t¨ªo m¨¢s para afuera, m¨¢s como los personajes que he interpretado. Y como yo me muestro poco ¡ªporque no me gusta mostrarme, soy m¨¢s de guardarme, de abrirme solo ante los m¨ªos¡ª, pues la imagen que prevalece es la del otro Mario, el actor, el de las pel¨ªculas. Pero la realidad es que no soy as¨ª, yo soy un tipo normal, un tipo sensible que vive en el campo con su perro, que le encanta el cine, ser actor, re¨ªrme con los m¨ªos, escuchar m¨²sica, hacer deporte ¡ªsobre todo boxeo¡ª de forma obsesiva, pero tambi¨¦n llorar y emocionarme con los m¨ªos. Cada vez me emociono m¨¢s, con mi familia, con mi gente, no tengo ning¨²n pudor en emocionarme, y me parece que tambi¨¦n eso me lo est¨¢ dando la edad. Tal vez por eso me he atrevido a hacer la pel¨ªcula. Y toda esa sensibilidad est¨¢ en la pel¨ªcula, ese es mi sello. El protagonista, el papel que hace mi hermano ?scar, es como los personajes que a m¨ª me gustan en el cine, los que tienen un latido interior, algo latente que no sabes muy bien qu¨¦ es, qu¨¦ les pasa, o qu¨¦ les ha pasado, y que tampoco se llega a descubrir, porque dejo que sea el espectador el que ¡ªen funci¨®n de la vida que haya vivido cada uno¡ª interprete la pel¨ªcula de una manera u otra. Me gustan esos personajes que no acabas de ver del todo, que no se acaban de abrir, de los que aciertas a ver los matices, pero no llegas a adivinar la bomba que llevan dentro¡±.
Alberto Rodr¨ªguez cuenta que, cuando se rod¨® Grupo 7 ¡ªun filme que recrea el ambiente previo a la Exposici¨®n Universal de 1992, cuando un grupo de polic¨ªas nacionales decidi¨® combatir el tr¨¢fico de estupefacientes a las bravas, por encima de la ley¡ª, Mario Casas ya viv¨ªa cercado por el precio de la fama, por el fen¨®meno de los fans: ¡°Hab¨ªa momentos y lugares en que se nos hac¨ªa dif¨ªcil rodar porque la cantidad de j¨®venes, y no tan j¨®venes, que se acercaban para intentar ver a Mario era incre¨ªble¡±. Ahora, tantos a?os despu¨¦s, el efecto sigue siendo el mismo. Para hacer las fotos de este reportaje se descartaron lugares p¨²blicos ¡ªdonde hubiera sido m¨¢s f¨¢cil recrear los escenarios de la pel¨ªcula¡ª para evitar el alboroto que provoca siempre la presencia del actor. ¡°Yo he nacido con los aut¨®grafos, las fotos de los paparazis y todo el cambio que provoc¨® la aparici¨®n de los m¨®viles, los selfis, las redes sociales. Pero tambi¨¦n es verdad que desde hace un tiempo he notado que el p¨²blico ha crecido conmigo y que me he convertido un poco en su amigo. Lo noto en la calle. Otra cosa es que alguien puntualmente te pueda insultar o faltarte al respeto, pero otros se te acercan y te dicen: ¡®Aquella pel¨ªcula me gust¨®, pero esta no tanto¡¡¯. Se te acercan desde un lugar bonito, para demostrarte que te siguen, que te sienten un poco suyo. De todas formas, cada vez salgo menos, casi no salgo de noche. Solo si tengo que hacer algo para Instagram, para promocionar una pel¨ªcula o para ayudar a alg¨²n amigo. Pero es muy raro que salga, no lo paso bien, no me siento c¨®modo, no soy yo. Por supuesto, respeto a quien s¨ª sale, porque forma parte del show, de nuestra profesi¨®n, pero yo prefiero evitarlo. Tambi¨¦n porque s¨¦ que me van a preguntar por mi vida privada¡±.
Antes de empezar el rodaje de Mi soledad tiene alas, Casas hizo un largo trabajo de introspecci¨®n. Decidi¨® que su hermano ?scar y quien hace de su padre en la pel¨ªcula ¡ªFrancisco Boira¡ª fueran los ¨²nicos actores profesionales, que el resto saldr¨ªa de un casting que dur¨® a?o y medio. Mientras, se prepar¨® psicol¨®gicamente. Un trabajo que hace antes de cada pel¨ªcula como actor y que quer¨ªa redoblar ahora que iba a ser ¨¦l quien iba a estar al frente del proyecto. Habl¨® con alg¨²n psic¨®logo que hab¨ªa visto a trav¨¦s de YouTube, vision¨® muchos v¨ªdeos sobre la psicolog¨ªa del l¨ªder, consult¨® t¨¦cnicas para comunicar eficazmente las ideas. Las paredes y la nevera del piso de Barcelona donde grababa se llenaron de post-its con frases que escuchaba en las charlas. ¡°Todas las ma?anas¡±, explica, ¡°me hac¨ªa un caf¨¦, me fumaba mi cigarro y las le¨ªa. Iba al rodaje con esa mentalidad de equipo, quer¨ªa intentar transmitirles a los actores y al equipo t¨¦cnico la idea de pel¨ªcula que ten¨ªa, pero no como un eg¨®latra que quiere que hagan lo que ¨¦l ha decidido, sino con la idea de compartir, de disfrutar juntos. Fue precioso, una experiencia ¨²nica. En el rodaje fui feliz. Los actores estaban entregados y el equipo tambi¨¦n. Llegaba a casa, ve¨ªa lo que hab¨ªamos grabado ese d¨ªa y dec¨ªa hostia, ve¨ªa frescura, ve¨ªa raza, ve¨ªa alma¡ Luego la cosa se torci¨®¡±.
¡ª?Qu¨¦ pas¨®?
Una vez concluido el rodaje, Casas recibi¨® el primer montaje en bruto, unas dos horas y media de im¨¢genes que trataban de reproducir el guion que ¨¦l hab¨ªa escrito, rodado, imaginado, pero result¨® que cualquier parecido con su idea previa era pura coincidencia. ¡°Nunca hab¨ªa visto algo tan crudo¡±, confiesa, ¡°sent¨ª que aquello no era mi pel¨ªcula, que era otra cosa. Me empez¨® a dar un ataque de p¨¢nico, empec¨¦ a sudar, me fui del estudio, llam¨¦ a Adri¨¢n y a Nuria y les dije lo que estaba pasando. Me advirtieron: ¡®Tranquilo, esto es as¨ª siempre, el bruto de la pel¨ªcula es una cebolla, la tienes que ir pelando poco a poco hasta que llegas al n¨²cleo y dejas de picar¡¯. Me fui a casa. Abr¨ª el ordenador. Creo que estuve desde las tres de la tarde hasta las seis de la ma?ana editando en el ordenador. Ten¨ªa que arreglar aquello, no pod¨ªa dormir. Fue un proceso doloroso, lento, en el que al principio llegu¨¦ a creer que no hab¨ªa pel¨ªcula y al final fue surgiendo. Cuando eres actor entiendes c¨®mo es el cine, pero no lo ves todo. T¨² llegas al set de rodaje y el bocata ya est¨¢ hecho, te lo tienes que empezar a comer y cuando termina la grabaci¨®n ya te lo has acabado. El proceso de la pel¨ªcula es muy distinto. Desde la primera palabra que escupes en el guion hasta que un d¨ªa¡¡±.
Hay un momento, casi al final de la conversaci¨®n ¡ªla soledad de una sacrist¨ªa convertida en cuartel general del rodaje de una pel¨ªcula, el crucifijo all¨¢ arriba, el humo del pitillo¡ª, que da la sensaci¨®n de que el pinchazo en el culo ha dejado de tener efecto, que la voz de Mario Casas vuelve a decaer. O tal vez sea la emoci¨®n. Es cuando cuenta el momento en que, con la pel¨ªcula ya montada, a falta de completar la banda sonora, re¨²ne en su casa a unas 15 personas para que la vean. Est¨¢ su familia, algunos de sus amigos. Su hermano ?scar se sienta a su lado. ¡°Para m¨ª lo m¨¢s importante en ese momento¡±, recuerda Casas, ¡°era que a ¨¦l le gustara, que se sintiera orgulloso. Durante el rodaje se las hice pasar putas ¡ªcon perd¨®n¡ª, pero quer¨ªa que estuviese bien, que lo diera todo, que descubriera lugares por los que no hab¨ªa transitado todav¨ªa como actor¡±.
¡ª?Y qu¨¦ pas¨® cuando termin¨® la proyecci¨®n?
¡ªSe ech¨® a llorar y me abraz¨® y yo me puse a llorar tambi¨¦n. Me dijo gracias, gracias, hermano, gracias, hermano.
¡ªSi te preguntara, ahora s¨ª, ?qu¨¦ es lo que te da m¨¢s miedo?
¡ªPues que, despu¨¦s de ver la pel¨ªcula en los cines, el 95% de la gente dijera que los actores est¨¢n mal. Lo dem¨¢s me da igual, yo me lo echo a la espalda y no me importa. Si me dicen que no valgo como director, pues bien, ya lo intent¨¦. Es mi primera peli, la he hecho con todo el amor, con todo el cari?o, y he sido feliz, puedo asumir el fracaso. Pero para m¨ª lo m¨¢s importante es que los actores est¨¢n bien y que ?scar se sienta orgulloso de su trabajo¡
Dos semanas despu¨¦s de la conversaci¨®n en la sacrist¨ªa, Mario Casas acude a la sesi¨®n de fotos para este reportaje. Viene acompa?ado de otro de sus hermanos. Saluda con cordialidad, pero enseguida se encierra en el silencio. Se va poniendo la ropa que le entrega el estilista y permanece inm¨®vil mientras la peluquera y la maquilladora hacen su trabajo. Escucha las ¨®rdenes del fot¨®grafo y las ejecuta con tanta perfecci¨®n que la sesi¨®n dura menos de lo previsto. En una mesa con ruedas, los ayudantes del fot¨®grafo han colocado un ordenador port¨¢til en el que se reproducen de forma instant¨¢nea las im¨¢genes. No hay una mala. En esos espacios muertos ¡ªel cambio de carrete, la comprobaci¨®n de los detalles t¨¦cnicos¡ª, el actor permanece en ese silencio muy profundo, con la mirada fija, sin que el traj¨ªn lo perturbe. Es de carne y hueso, pero parece de bronce.
¡ªY a alguien que todo el mundo relaciona con la belleza, ?no siente miedo de hacerse mayor?
¡ªTe digo una cosa¡ Estoy mucho m¨¢s c¨®modo ahora que antes. Acabo de cumplir 37 a?os y mira, hoy parece que tengo 50 o 55, para este papel he tenido que adelgazar, me han tenido que afear¡ Hasta me acaban de poner una inyecci¨®n en el culo para poder rodar esta noche. No me importa. Me siento mucho m¨¢s c¨®modo que antes. Puedo aportar m¨¢s cosas como actor, creo que puedo hacer m¨¢s personajes, darles m¨¢s peso, m¨¢s madurez. Incluso creo que mi forma de mirar es diferente, tambi¨¦n en eso me he hecho mayor, y al final el cine est¨¢ aqu¨ª, en la mirada. No solo no me preocupa envejecer, sino que estoy contento de hacerme mayor aqu¨ª, en el cine. En el cine.
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