David Armstrong McKay, investigador de la emergencia clim¨¢tica: ¡°Hay que empezar a adaptarse para las peores previsiones¡±
Su estudio sobre los puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica es claro: la situaci¨®n ya es mala, pero puede ser mucho peor si cruzamos los l¨ªmites de no retorno
En un inusualmente soleado d¨ªa de octubre en la playa de Brighton, al sur de Inglaterra, mientras una grave sequ¨ªa desencadenaba las primeras extinciones de plantas y aves en las Tablas de Daimiel y el Gobierno de Canarias suspend¨ªa las clases en los colegios de las islas por las altas temperaturas, el cient¨ªfico David Armstrong McKay (Surrey, Reino Unido, 34 a?os) colocaba su antebrazo en posici¨®n horizontal delante de la cara para explicar qu¨¦ son los puntos de inflexi¨®n clim¨¢ticos: ¡°Es como un balanc¨ªn¡±. Si empujas una pelota hacia el centro, mientras no llegue al punto de apoyo, el balanc¨ªn se mantendr¨¢ en la misma posici¨®n y la pelota volver¨¢ al principio una vez dejes de hacer fuerza, contin¨²a. Pero si sobrepasa ese umbral, la inclinaci¨®n sobre el pivote har¨¢ que la pelota empiece a rodar cuesta abajo y siga haci¨¦ndolo aunque dejes de empujar. En este momento de la explicaci¨®n, el investigador de la Universidad de Exeter gira el antebrazo hasta se?alar con la punta de los dedos hacia el suelo.
?Eso es lo que puede ocurrir en distintos puntos del planeta si el calentamiento global alcanza ciertas cotas?
Hay un mont¨®n de diferentes sistemas complejos que tienen este tipo de comportamiento. Y un ejemplo, efectivamente, es el sistema clim¨¢tico. Hay varios componentes y partes de ¨¦l que pueden presentar estos umbrales m¨¢s all¨¢ de los cuales se dar¨¢n cambios autosostenidos que los empujar¨¢n a un nuevo estado, aunque mantuvi¨¦ramos estable el calentamiento global justo despu¨¦s de sobrepasar ese punto e, incluso, si pudi¨¦ramos reducirlo por medio de una eliminaci¨®n masiva de di¨®xido de carbono para que las temperaturas vuelvan a ser un poco m¨¢s bajas (lo cual en estos momentos es tecnol¨®gicamente imposible).
Ponga un ejemplo.
La capa de hielo de Groenlandia se est¨¢ derritiendo, sobre todo por los lados, pero debido a que es todav¨ªa muy alta [ahora mismo, de media, tiene m¨¢s de 2.000 metros de altura], hace a¨²n bastante fr¨ªo en la parte superior. Es como si escalas una monta?a: hace fr¨ªo en la cima, pero a medida que desciendes, obviamente, el ambiente se va haciendo m¨¢s c¨¢lido. As¨ª que, debido a que se derrite por el calentamiento, la capa de hielo va haci¨¦ndose m¨¢s peque?a y esa parte superior est¨¢ descendiendo de altura hasta zonas en las que el aire es cada vez m¨¢s caliente, con lo que en alg¨²n momento llegar¨¢ a un punto en el que, sin suficiente nieve en la cima para mantenerla estable, b¨¢sicamente empezar¨¢ a derretirse por todos lados constantemente. Y no habr¨¢ nada que se pueda hacer para salvarla.
?Y cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias?
Bueno, todo ese proceso tardar¨ªa mucho tiempo, probablemente cientos o miles de a?os, pero al final a?adir¨ªa hasta siete metros el nivel del mar, lo que afectar¨ªa a los miles de millones de personas que viven dentro de ese rango alrededor de las costas de todo el mundo. Todas esas ciudades tendr¨ªan que trasladarse. Incluso en este siglo, acelerar¨ªa en gran medida el aumento del nivel del mar, algo as¨ª como hasta el doble [de velocidad], si este tipo de procesos, tanto en Groenlandia como en la Ant¨¢rtida, se pusieran en marcha.
?Es este el punto que m¨¢s le preocupa?
En realidad, me preocupan todos. El proceso [de no retorno] de la capa de hielo, sobre todo en la Ant¨¢rtida Occidental, podr¨ªa ocurrir antes y m¨¢s r¨¢pido que en Groenlandia, lo que supondr¨ªa un aumento del nivel del mar de tres metros durante cientos de miles de a?os. Pero el colapso del giro subpolar [una de las piezas de la circulaci¨®n de vuelco meridional del Atl¨¢ntico, AMOC, la principal corriente oce¨¢nica que regula el clima] puede suceder en unas d¨¦cadas, es decir, bastante r¨¢pido ¡ªno est¨¢ claro, pero algunos modelos apuntan a que podr¨ªa darse con un aumento de la temperatura de dos grados¡ª, y eso enfriar¨ªa la regi¨®n unos cuantos grados y cambiar¨ªa mucho los patrones clim¨¢ticos. En consecuencia, trastocar¨ªa todo lo que depende de ellos, como la agricultura, que ser¨ªa ca¨®ticamente distinta en Europa. Incluso sin tener que ir a los impactos socioecon¨®micos negativos, ya el mero hecho de perder los arrecifes de coral ser¨ªa una tragedia para la vida en la Tierra.
Armstrong McKay habla mientras se toma un caf¨¦ con leche en una de las terrazas del paseo de una de las m¨¢s ic¨®nicas playas de Inglaterra. Tiene un viejo muelle medio hundido a un lado; al otro, uno a¨²n en pie sobre el que se levanta un parque de atracciones, y, al fondo, un mont¨®n de molinos e¨®licos que asoman en el mar, en la l¨ªnea del horizonte. Vestido con una camisa de cuadros y unos vaqueros, con el pelo largo recogido en una coleta, es uno de tantos j¨®venes cient¨ªficos que pelean por no desfallecer frente a la precariedad antes de conseguir un puesto estable en alguna universidad o alg¨²n instituto de investigaci¨®n. Graduado en Geof¨ªsica, con amplio bagaje en el estudio del paleoclima, la capacidad de resiliencia de la Tierra y su interrelaci¨®n con las din¨¢micas humanas, se confiesa sorprendido por la repercusi¨®n del estudio que present¨® el pasado mes de septiembre sobre los puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica: ¡°Ha sido un poco monta?a rusa¡±. Mientras colaboraba con el Centro de Resiliencia de Estocolmo, Armstrong McKay le propuso a su actual jefe en Exeter, el profesor Timothy Lenton, poner al d¨ªa el trabajo con el que este hab¨ªa sentado en 2008 las bases del campo de estudio de los puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica. As¨ª, tras sintetizar los resultados de m¨¢s de 200 investigaciones para estimar los umbrales de calentamiento de cada uno de esos puntos, publicaron junto a otros ocho colegas en la revista Science el art¨ªculo titulado Superar los 1,5 ¡ãC de calentamiento global podr¨ªa desencadenar m¨²ltiples puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica, que Lenton firmaba en el ¨²ltimo lugar, y Armstrong McKay, en el primero.
De ese trabajo habla ahora con el detenimiento y la paciencia de una generaci¨®n de cient¨ªficos convencidos de que no vale solo con ¡°hacer ciencia y publicarla en buenas revistas con la esperanza de que los responsables pol¨ªticos lo lean¡±, sino que hay que esforzarse ¡°en intentar explic¨¢rselo a la gente de manera que lo entiendan y puedan hacer algo con la informaci¨®n¡±. Por eso se recrea en un asunto clave, la selva amaz¨®nica, cuyo umbral de calentamiento para alcanzar el punto de no retorno parece todav¨ªa lejos y, sin embargo, a medida que la deforestaci¨®n por la acci¨®n del hombre lo sigue devorando, ese momento potencialmente se acerca.
?C¨®mo ser¨ªa un mundo sin selva amaz¨®nica?
Para empezar, como con los arrecifes, ser¨ªa simplemente tr¨¢gico perder esta caracter¨ªstica incre¨ªble del planeta; han evolucionado durante millones de a?os, algunas especies que han estado all¨ª durante muchos millones de a?os est¨¢n ahora al borde de la extinci¨®n. A m¨ª me parece algo as¨ª como un crimen c¨®smico. Pero, adem¨¢s, si desaparecieran algunas partes vulnerables de la selva amaz¨®nica se liberar¨ªan unos 30.000 millones de toneladas de carbono, que es como el valor de varios a?os de emisiones humanas. Eso, sin ser una cantidad gigante comparada con lo que producen los combustibles f¨®siles que se siguen quemando, a?adir¨ªa 0,1 grados al calentamiento, algo que no nos podemos permitir ahora mismo, dado que estamos en 1,2 y nos dirigimos hacia 1,3, y se supone que debemos mantener las cosas para no superar el 1,5¡
El problema es que los c¨¢lculos, por buenos que sean, siempre tienen un nivel alto de incertidumbre, es decir, que no sabemos en realidad si ya hemos sobrepasado alg¨²n punto de no retorno.
Es importante hablar sobre la incertidumbre. En nuestro trabajo del a?o pasado, en los gr¨¢ficos, represent¨¢bamos en color amarillo las estimaciones m¨ªnimas, el color iba pasando paulatinamente al rojo cuando se va haciendo m¨¢s probable, y se acababa poniendo muy rojo cuando es muy probable. A partir de ah¨ª, usamos los valores m¨¢s frecuentes para calcular, por ejemplo, que la balanza en el caso de la capa de hielo se inclinar¨¢ probablemente m¨¢s all¨¢ de 1,5 grados de calentamiento. Pero podr¨ªa ocurrir con 0,8 grados, lo cual obviamente ya habr¨ªa pasado. Esa es la cuesti¨®n: en realidad no sabemos exactamente cu¨¢ndo ser¨¢ el vuelco, pero s¨ª que la probabilidad es creciente a medida que se va avivando esa brasa. Y podr¨ªa estar ocurriendo ya.
Y lo sabremos con seguridad dentro de 10, 15, 20 a?os¡
Necesitamos que pase un tiempo antes de poder estar realmente seguros. Es como caminar en un campo de minas: cuanto m¨¢s avanzas, m¨¢s probable es que te encuentres con una de ellas, pero en realidad no sabes con certeza cu¨¢ndo lo har¨¢s. En ese espacio de incertidumbre, algunos pol¨ªticos podr¨ªan estar tentados de decir: ¡°Bueno, si no sabemos exactamente cu¨¢ndo va a ocurrir, ?deber¨ªamos estar realmente preocupados por ello o centrarnos en las cosas que s¨ª conocemos con certeza?¡±. Pero lo que sabemos con certeza es que, a medida que nos calentamos, m¨¢s cerca estamos de eventos catastr¨®ficos, lo que deber¨ªa ser motivaci¨®n suficiente para mantener el aumento de temperatura lo m¨¢s bajo posible para no cruzar esos umbrales.
?Por eso cree que ha tenido tanto ¨¦xito el enfoque de los puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica?
Vale la pena subrayar que el cambio clim¨¢tico ya es malo ahora, no necesitamos puntos de inflexi¨®n para motivarnos y limitar en 1,5 grados el calentamiento global. Pero los puntos de inflexi¨®n clim¨¢ticos nos dan la medida del cambio que estamos provocando a largo plazo; podr¨ªamos estar cambiando el sistema de manera que har¨¢ la vida dif¨ªcil para nuestros descendientes durante much¨ªsimas generaciones. Mucha gente parece sorprendida cuando explicas que el cambio clim¨¢tico ya no es reversible en gran medida; parecen estar pensando: bueno, en alg¨²n momento se inventar¨¢ algo que solucionar¨¢ todo, tal vez podamos aspirar todo el di¨®xido de carbono y volver a cero. Pero es que, incluso en el improbable caso de que eso llegara a ocurrir, si sobrepasamos esos puntos de inflexi¨®n, el cambio no tendr¨¢ marcha atr¨¢s.
Es una situaci¨®n extremadamente grave que ustedes, los cient¨ªficos, se esfuerzan una y otra vez por explicar. Sin embargo, tambi¨¦n habla usted de puntos de inflexi¨®n positivos.
Es cierto. A veces, cuando doy charlas, yo hago de poli malo, centr¨¢ndome en las malas noticias, y otro compa?ero hace de poli bueno, explicando los puntos de inflexi¨®n sociales positivos. Es algo en lo que algunos de mis colegas de Exeter est¨¢n trabajan mucho m¨¢s: buscar espacios positivos desde el punto de vista social, econ¨®mico, tecnol¨®gico... Por ejemplo, la tecnolog¨ªa solar o la de los coches el¨¦ctricos est¨¢ tan generalizada que, aunque los gobiernos retiraran ahora las subvenciones, los precios no subir¨ªan y su adopci¨®n masiva continuar¨ªa. O c¨®mo la protesta que comenz¨® Greta Thunberg en 2018 dio comienzo a un movimiento social autosostenible.
Pero m¨¢s all¨¢ de puntos de inflexi¨®n sociales, hay quien habla de puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica que pueden tener efectos positivos, como que el Sahel, en el centro de ?frica, llegue a reverdecer.
Es interesante, pero no est¨¢ del todo claro. Puede percibirse como algo objetivamente bueno que el Sahel pueda convertirse en un lugar m¨¢s verde, pero es mucho m¨¢s complejo que eso. Para empezar, no ser¨ªa toda la regi¨®n: algunas partes occidentales se secar¨ªan y el golfo de Guinea, ?frica Occidental, donde actualmente hay selva tropical, probablemente tender¨ªa a secarse un poco. Pero, adem¨¢s de todo eso, en el resto de la regi¨®n hay sistemas biodiversos que tienen su propio valor, a los que sus habitantes est¨¢n adaptados y donde los cambios ¡ªen realidad, en algunos lugares ahora mismo el salto es de una sabana seca a una especie de invasi¨®n de arbustos¡ª pueden desestabilizar todav¨ªa m¨¢s una zona que ya resulta bastante inestable.
Parece que existe una corriente que busca elementos positivos para introducir en el mensaje sobre el cambio clim¨¢tico, tal vez porque, si todo es negativo, hay quien simplemente deja de escuchar.
S¨ª, y por eso creo que es importante hablar de los puntos de inflexi¨®n sociales. Yo tambi¨¦n intento aportar a ese cambio, difundiendo de forma precisa los puntos de inflexi¨®n clim¨¢ticos. Porque hay muchas personas muy fatalistas que dicen: ¡°Ya no hay nada que podamos hacer¡±. Y s¨ª podemos, incluso aunque se desencadenen algunos puntos de inflexi¨®n realmente dram¨¢ticos ¡ªy suba, por ejemplo, el nivel del mar y desaparezcan los arrecifes¡ª, no ser¨¢ una situaci¨®n de game over, porque no aumentar¨¢ sustancialmente el calentamiento global y a¨²n podemos intentar limitarlo para que no se superen m¨¢s puntos de inflexi¨®n.
De acuerdo, en lugar de bajar los brazos, en ese espacio complejo lleno de incertidumbres, ?qu¨¦ se puede hacer para mejorar la situaci¨®n?
El mensaje principal tiene que ser: cuanto m¨¢s bajo podamos mantener el calentamiento, especialmente el pico m¨¢ximo, mejor. Lo que refuerza el Acuerdo de Par¨ªs de limitar a 1,5 grados el calentamiento y la necesidad de reducir a cero las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto implicar¨ªa una r¨¢pida eliminaci¨®n de la industria de los combustibles f¨®siles ¡ªde ellos provienen cerca de dos tercios de las emisiones¡ª, algo que no est¨¢ ocurriendo todav¨ªa. Ni tampoco otras cosas que ya sabemos que son importantes y que tienen que ver con el cambio del modo de uso de la tierra y la agricultura. As¨ª que ser¨ªa tambi¨¦n muy importante empezar a planificar la adaptaci¨®n a esos cambios que pueden desencadenar los puntos de inflexi¨®n. Tenemos que empezar a pensar en escenarios extremos en los que las defensas marinas no ser¨¢n suficientes a finales de siglo, por ejemplo. Y la adaptaci¨®n no puede hacerse en previsi¨®n de un proceso gradual plano, sino pensando tambi¨¦n en las peores posibilidades. Volvamos al Amazonas; est¨¢ amenazado sin duda por el cambio clim¨¢tico, que trae m¨¢s sequ¨ªas y m¨¢s incendios, pero tambi¨¦n por la deforestaci¨®n [causada por el hombre] y si los pa¨ªses amaz¨®nicos se unen para detenerla, la situaci¨®n podr¨ªa mejorar mucho. Al mismo tiempo, tambi¨¦n podr¨ªa abordarse seriamente la reforestaci¨®n ecol¨®gica: una nueva selva tropical, dentro de un par de d¨¦cadas, no ser¨¢ lo mismo que la anterior, no ser¨¢ tan diversa ni tan funcional, pero probablemente pueda mantener algunas de sus retroalimentaciones, en particular la capacidad para generar su propia lluvia. As¨ª que, si se consiguiesen restaurar algunos de esos bosques, protegerlos y fomentar la agrosilvicultura como industria alternativa a la ganader¨ªa, se podr¨ªa alejar uno de los puntos de inflexi¨®n clim¨¢tica.
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