Deporte al aire libre: un c¨®ctel de bienestar al alcance de la mano
Pasar tiempo en la naturaleza pone nuestro reloj biol¨®gico en hora. Y si, adem¨¢s, practicamos ejercicio, los beneficios se multiplican
El ser humano necesita estar al aire libre para su salud f¨ªsica y mental. Es algo de lo que no somos conscientes cuando pasamos horas enclaustrados en nuestro despacho o en casa, delante de la tele, el ordenador o el m¨®vil. La nueva ciencia de la cronobiolog¨ªa apoya esa idea. Dentro de cada persona hay relojes internos que necesitan sincronizarse con los externos, en especial, con la luz del sol. Lo resaltan los doctores Eduard y Carla Estivill en El m¨¦todo Tokei: ¡°Parte de nuestra cronobiolog¨ªa depende de la claridad solar y de la luna, que se mueven de manera c¨ªclica. Eso se manifiesta en el ser humano a trav¨¦s, por ejemplo, de los periodos de vigilia y sue?o¡±.
De hecho, los h¨¢bitos de las personas m¨¢s longevas del mundo suelen estar en armon¨ªa con estos ciclos. En el pueblo japon¨¦s de Ogimi, que la pasada d¨¦cada fue declarado el lugar con m¨¢s centenarios cada 1.000 habitantes, sus ciudadanos se levantan con el sol y se acuestan al anochecer, adem¨¢s de pasar la mayor parte del d¨ªa al aire libre.
Exponernos a la luz solar, que tiene una calidad muy distinta al amanecer y en el ocaso, nos ayuda a optimizar la energ¨ªa. As¨ª como la claridad de la ma?ana nos despierta y vigoriza, liberando cortisol para que el cuerpo se active, la del atardecer nos ayuda a segregar melatonina, que nos prepara para el buen sue?o. Nuestra cronobiolog¨ªa precisa de estar al aire libre, que es donde el ser humano ha vivido m¨¢s del 99% de su historia como especie. Y si, adem¨¢s, practicamos deporte, los beneficios se multiplican.
Aunque nos resulte c¨®modo usar las m¨¢quinas de un gimnasio o incluso practicar gimnasia en casa, el t¨¢ndem ejercicio m¨¢s aire libre es realmente imbatible. Adem¨¢s de las mencionadas ventajas para poner los relojes internos en hora, el aporte de ox¨ªgeno ¡ªen especial si nos movemos por un parque u otro entorno natural¡ª completa el c¨®ctel del bienestar.
Seg¨²n el investigador Javier Alonso ?lvarez, especialista en ciencias del ejercicio y la salud, el deporte al aire libre soluciona la insuficiente vitamina D que presenta buena parte de la poblaci¨®n espa?ola, tan importante para el ¨¢nimo como para el buen estado de los huesos, entre otros beneficios. Dado que durante la primavera y el verano basta con 10 minutos al d¨ªa para obtener la vitamina D que necesitamos, no hace falta correr maratones para gozar de esta medicina natural. Por supuesto, en verano se aconseja realizar ejercicio en las horas de menos calor.
En invierno puede que nos sorprenda ver a corredores en pantal¨®n corto en d¨ªas fr¨ªos o a nadadores ejerci¨¦ndose en aguas g¨¦lidas. Sin embargo, ese peaje aporta una interesante compensaci¨®n, sobre todo si nos sobran algunos kilos. Adem¨¢s de las calor¨ªas que se queman con el propio ejercicio, moverse en un ambiente exterior fr¨ªo obliga al cuerpo a un gasto complementario de calor¨ªas.
Sacar el ejercicio fuera del gimnasio tiene otra ventaja: se evita caer en el error de compararse con otros deportistas m¨¢s entrenados, lo que puede resultar en frustraci¨®n.
Adem¨¢s de tonificar nuestro cuerpo y del chute de hormonas del bienestar que segrega el ejercicio, si este es aer¨®bico resulta muy efectivo para atajar la divagaci¨®n del cerebro. Cuando nuestros m¨²sculos se mueven de manera r¨ªtmica y constante, adem¨¢s de incrementar el consumo de ox¨ªgeno, llega un momento en el que no podemos pensar en nada m¨¢s. Para seguir en marcha, necesitamos invertir toda nuestra energ¨ªa en el ejercicio, con lo que nos liberamos de cualquier pensamiento inservible. Esta puede ser una raz¨®n extra por la que hay tanta gente enganchada al running, m¨¢s all¨¢ del incremento de la dopamina, la serotonina y la endorfina.
No solo los escritores como Murakami salen a trotar por la ma?ana. El actor Dani Rovira, tras superar un c¨¢ncer, complet¨® su recuperaci¨®n corriendo al aire libre ¡ªsolo o con su perro¡ª, un h¨¢bito que tambi¨¦n mantiene la comunicadora Anne Igartiburu, con independencia del lugar al que la lleve su vida profesional.
No hace falta ser Rocky subiendo los escalones del Museo de Arte de Filadelfia. Si se reserva un rato cada d¨ªa para mover el cuerpo en el exterior, aunque solo sea para regresar del trabajo a pie, estamos cuidando y tonificando el ¨²nico veh¨ªculo para la vida.
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