La mujer que lider¨® la transformaci¨®n de Nueva York en una ciudad amable
Entre 2007 y 2013, Janette Sadik-Khan fue comisaria de transporte de Nueva York. Cre¨® un sistema de alquiler de bicicletas y peatonaliz¨® Times Square. Una d¨¦cada despu¨¦s, publica libro y sigue empe?ada en hacer de las ciudades lugares m¨¢s habitables
Ayer, como hoy, Janette Sadik-Khan (San Francisco, 63 a?os) fue a trabajar a su puesto como directora de Bloomberg Associates ¡ªconsultora filantr¨®pica para la mejora del espacio urbano¡ª en bicicleta. Ma?ana, la que fuera comisaria de transporte de Nueva York entre 2007 y 2013, volver¨¢ a hacer uso de Citibike, sistema de alquiler de bicicletas de gesti¨®n p¨²blica y privada que ella misma inaugur¨® en su ¨²ltimo a?o en el puesto. ¡°?Ayer fuimos 143.000 quienes usamos el sistema en la ciudad!¡±, anuncia con enorme efusividad a trav¨¦s de una videollamada (sin v¨ªdeo) una calurosa tarde de finales de abril. El proyecto arranc¨® con 600 estaciones y unas 3.300 bicicletas. Ahora cuenta con 2.613 estaciones y 36.280 bicicletas.
¡°No va a funcionar nunca. En Nueva York hace demasiado fr¨ªo. En Nueva York hace demasiado calor. Nueva York es demasiado peligrosa. Nueva York es demasiado Nueva York¡±, recuerda entre risas Sadik-Khan todos los malos augurios que le presagiaban al proyecto de dotar a la urbe de este sistema de alquiler de bicicletas que hac¨ªa ya unos seis a?os que funcionaba en Barcelona (Bicing) o Par¨ªs (V¨¦lib). Esta historia de transformaci¨®n urbana neoyorquina y otras que tuvieron lugar en esa misma ciudad, pero tambi¨¦n en R¨ªo de Janeiro, Auckland o Toronto, conforman Luchar por la calle (Capit¨¢n Swing), un libro escrito junto a su colaborador y tambi¨¦n experto en transporte Seth Solomonow, en el que se narra la naturaleza y el proceso de implementaci¨®n ¡ªrenders, fotos de antes y despu¨¦s e incluso im¨¢genes de protestas ilustran las explicaciones¡ª de muchos de los cambios m¨¢s relevantes que han vivido las ciudades en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, desde las supermanzanas hasta el urbanismo t¨¢ctico, pasando por la intervenci¨®n durante las restricciones por la pandemia de covid-19 que convirti¨® 10.000 plazas de aparcamiento de Nueva York en terrazas de bares y restaurantes. ¡°La pandemia nos ayud¨® a recordar que debemos reclamar las calles¡±, apunta la estadounidense.
Lo que ha definido el trabajo de Sadik-Khan hasta la fecha ha sido su osad¨ªa. Si bien es cierto que algunas de las transformaciones que ella lider¨® en Nueva York de la mano del entonces alcalde, Michael Bloomberg, ya estaban en funcionamiento en otras capitales, la celeridad y determinaci¨®n con las que las puso en funcionamiento no tienen parang¨®n. ¡°Hay que moverse r¨¢pido, porque la gente no cree que las ciudades puedan cambiar. Si ense?as lo que puede suceder, aunque sea utilizando urbanismo t¨¢ctico, pintando una calle una noche, la ciudad ya muta, ya es otra cosa. Baja la ansiedad ante el cambio. Y el ser temporal hace que la gente se relaje. Se entiende que se ha invertido poco y tal vez eso mismo hace que la percepci¨®n que se tiene del cambio sea menor de lo que realmente es¡±, apunta esta licenciada en Ciencia Pol¨ªtica por el Occidental College de Los ?ngeles. Tambi¨¦n hay que moverse a menor escala. Y en el libro se ofrecen diversos ejemplos de peque?as intervenciones, como, por ejemplo, la acometida en la calle Pearl, en el neoyorquino distrito de Dumbo. Un chafl¨¢n convertido en un peque?o parque al que se puede llamar plaza. ¡°Esto sirve para que se vea lo que podr¨ªa conseguirse¡±.
La labor de peatonalizar calles, eliminar plazas de aparcamiento¡ Todo esto, que puede sonar objetivamente positivo, se lleva enfrentando a la abierta oposici¨®n de parte de los ciudadanos y del estamento pol¨ªtico cada vez que trata de establecerse en casi cualquier urbe del mundo. Hay gente a quien molestan hasta los maceteros. Tras dos d¨¦cadas dedic¨¢ndose a hacer de las ciudades un lugar en el que se viva mejor, Sadik-Khan ha entendido que su responsabilidad ¡°no es evitar controversias, sino liderar proyectos transformadores¡±. ¡°Tienes que ser ambicioso. Y capaz de mostrar los beneficios econ¨®micos, porque, en la mayor¨ªa de los casos, los datos nos respaldan. Con ellos debemos enfrentarnos a los que dicen que peatonalizar es malo para el comercio, o incluso desacreditar a quienes entienden que una supermanzana impide que entren ambulancias¡±, apunta al respecto de algunas de las reticencias mostradas ante este tipo de proyectos. Se ha llegado a decir que la ciudad de los 15 minutos es un gueto ideado por los gobiernos para tenernos controlados.
El gran enemigo de Sadik-Khan es el coche. Afirma estar cansada ya de un siglo de ciudades construidas para los autom¨®viles. ¡°Quiero que el ser humano sea, al menos, tan importante en la ciudad como el coche¡±, bromea la que fuera vicepresidenta de la consultora Parsons Brinckerhoff. ¡°El tema es que, al final, un coche es un coche¡±, insiste. ¡°No me importa que sea aut¨®nomo, el¨¦ctrico¡ Ocupa el mismo espacio, un espacio que no es suyo¡±. Al fin y al cabo, antes de los coches ya exist¨ªan las ciudades.
El problema llega cuando la ciudad no se construy¨® mucho antes de la llegada del veh¨ªculo, sino casi a la vez, como sucede en muchas de las capitales estadounidenses. Entonces, el proceso no es el de reclamar la devoluci¨®n de las calles al peat¨®n, sino que la transformaci¨®n requerida es mucho m¨¢s profunda, m¨¢s larga, m¨¢s costosa. No es lo mismo humanizar Mil¨¢n o Valencia que Phoenix o Houston. ¡°Pero no es imposible. Es cierto que se necesita crear zonas con mayor densidad para poder articular un sistema de transporte distinto¡±. Los ?ngeles podr¨ªa ser un ejemplo de c¨®mo se puede apostar por este tipo de cambio en un lugar que se construy¨® solo con el coche en mente, donde hay calles sin aceras, donde hasta hace poco andar era una actividad sospechosa. La urbe angelina ha apostado por la densidad, tanto construyendo enormes condominios como desarrollando grupos de construcciones de cinco o seis plantas con zonas verdes y carriles bici. ¡°En los ¨²ltimos a?os, Los ?ngeles ha invertido m¨¢s en transporte p¨²blico que nueva York¡±.
Una de sus intervenciones m¨¢s celebradas fue la que tuvo lugar en Times Square, probablemente el que hasta ese momento era uno de los espacios m¨¢s transitados y a la vez menos amables con el peat¨®n del mundo. Cort¨® el tr¨¢fico, paviment¨® y coloc¨® mesas y sillas, aprovechando, tambi¨¦n hay que decirlo, que la zona no era ya Distrito Apache como en los a?os setenta del pasado siglo. ¡°Aunque sea una zona tur¨ªstica, esto jam¨¢s lo haces pensando en el turista. Todo lo que acometas en la ciudad debe ser solo pensando en sus habitantes¡±, apunta.
El hecho de que se hayan acometido estos cambios en grandes ciudades como Mil¨¢n o Par¨ªs y en sitios emblem¨¢ticos como Times Square puede hacer pensar que este es un negociado exclusivo de las grandes urbes, con sus presupuestos millonarios, su esp¨ªritu de marca y su repercusi¨®n medi¨¢tica. ¡°?No!¡±, interviene. ¡°Todas las ciudades son transformables. Que salga bien esto en Londres hace que el alcalde sea reelegido, claro, pero no es un gesto de cara a la galer¨ªa ni algo que deba hacer pensar a otras ciudades que ellas no pueden cambiar. Todas pueden hacerlo¡±
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