Todos id¨¦nticos y ninguno parecido: la f¨®rmula de Andy Warhol para la fama instant¨¢nea es hoy un icono de la prensa del siglo XX
Las portadas que Richard Bernstein firm¨® para la revista ¡®Interview¡¯ marcaron una forma de entender la comunicaci¨®n, el estilo y la celebridad de los setenta. Una exposici¨®n en Nueva York la homenajea
Es una verdad universalmente admitida que al aficionado a las revistas que posea una m¨ªnima noci¨®n hist¨®rica le ha de gustar Interview. La cabecera pop m¨¢s legendaria de Occidente fue fundada por Andy Warhol en el Nueva York de 1969 bajo el nombre de Inter/View y era un fanzine en el m¨¢s stricto de los sensus. Se centraba en amigos del artista que hac¨ªan pel¨ªculas (porque en aquella ¨¦poca todo aspirante a ser famoso trabajaba en cine) y en reproducir fotogramas de aquellas obras. Warhol cre¨ªa en la fama (ef¨ªmera) y en la repetici¨®n (eterna): de ese credo est¨¢ hecha hoy su leyenda.
Para 1972, la popularidad de Warhol se hab¨ªa disparado hasta el punto de que la empresa editora de Inter/View le propuso abrir la revista al p¨²blico general y competir con gigantes como Time, Newsweek o New York. Pasar¨ªa a llamarse Interview, a estar compuesta de entrevistas a celebridades hechas por otras celebridades y, para potenciar el sello Warhol, ¨¦l har¨ªa todas las portadas. Acept¨® todo menos esto ¨²ltimo, por el motivo que fuera. ¡°Nunca me saldr¨ªa bien y me volver¨ªa loco¡±, se excus¨® seg¨²n recuerda en sus memorias Bob Colacello, socio de Warhol y director de la revista en aquella segunda etapa. Se pact¨® una alternativa muy en la vena del artista: que cada portada, seg¨²n Colacello, ¡°pareciera un retrato hecho por Andy Warhol y autografiado por Andy Warhol sin que la mano de Andy hubiera tocado jam¨¢s la p¨¢gina¡±.
La misi¨®n recay¨® en el dise?ador Richard Bernstein (1939-2002), neoyorquino, criado entre museos y ambig¨²s de los clubs nocturnos adecuados, como Max¡¯s Kansas City. Fue ¨¦l quien resolvi¨® reinventar el logo con letras m¨¢s art d¨¦co pero como dibujadas con pintalabios; quien propuso colorear a mano las fotograf¨ªas de portada, con una mezcla de gouache, l¨¢piz, aer¨®grafo y collage, muy al estilo de las litograf¨ªas de Warhol; quien arm¨®, en fin, una de las estampas m¨¢s ic¨®nicas de la prensa del siglo XX. Durante los siguientes 20 a?os, Bernstein pintar¨ªa supernovas del universo warholiano de la talla de Cher, Faye Dunaway, Fran Lebowitz, Grace Jones, Isabella Rossellini, Patti LuPone, Molly Ringwald, Mick Jagger¡
En septiembre de 1976, la f¨®rmula hab¨ªa alcanzado tal refinamiento que la portada de ese mes, con Diana Ross, fue la m¨¢s vendida de la historia de la revista. (Warhol nunca supo si era porque Diana Ross era negra o porque el fondo que Bernstein hab¨ªa dibujado era rosa, color que se estilaba en aquella ¨¦poca) (siguiendo su l¨®gica repetitiva, Warhol pidi¨® poner ¡°o bien negros o bien fondos rosas¡± durante los siguientes seis meses) (Colacello se neg¨® en rotundo).
Vista desde el presente, cosa que ahora se puede hacer en la exposici¨®n que le dedica el NeueHouse Madison Square de Nueva York hasta el 30 de junio, la obra de Bernstein resulta arquet¨ªpica de una forma de entender la fama, la comunicaci¨®n y la moda. ¡°Refleja su muy ic¨®nica confluencia de arte, moda, cultura de la fama y dise?o gr¨¢fico¡±, comenta Rory Trifon, sobrino de Bernstein y gestor de su patrimonio, a EL PA?S SEMANAL. ¡°Cuesta creer que Richard solo tuviera un par de semanas para acabar cada retrato, incluyendo las revisiones de Warhol¡±, a?ade. Cada vez que Bernstein terminaba una portada, Warhol siempre ped¨ªa embellecer m¨¢s al protagonista. Sus reacciones sol¨ªan ser, primero: ¡°La nariz se ve demasiado grande, dile a Richard que recorte la punta con una tijera y le pase el aer¨®grafo para que parezca m¨¢s recta¡±; y despu¨¦s: ¡°Esta es una portada perfecta, [la retratada] ni siquiera parece ella¡±. Warhol sab¨ªa que a la gente le gusta ver reflejadas sus palabras pero no tanto su aspecto. O, como sol¨ªa decir: ¡°Las entrevistas pueden ser divertidas pero las fotos no¡±. De ah¨ª su principal apego a Bernstein: ¡°Richard hace que todo el mundo parezca tan famoso¡±.
Cuestionar ahora el ¨¦xito de Interview es absurdo: incluso en 2024, en la era de la celebridad instant¨¢nea y la autofagia de las redes sociales, la revista atraviesa una nueva edad dorada (?cu¨¢ntas pueden decir lo mismo?) bajo la inapelable direcci¨®n de Mel Ottenberg. Pero cuestionar el ¨¦xito de Interview es lo que hace florecer sus virtudes. En 1976, New York acus¨® a Warhol de seguir haciendo un fanzine: ¡°Amigos que escriben sobre amigos en art¨ªculos que parecen anuncios¡±, se lee en aquel art¨ªculo. Le preguntaban al artista qui¨¦n iba a le¨¦rselo: ¡°Nuestros amigos y quien salga en la portada¡±, replic¨® el fundador.
Interview era entonces un ¨¦xito de ventas y anunciantes pero Warhol ten¨ªa raz¨®n: todo lector de Interview recibe tal complicidad con su editor que se siente amigo suyo. En eso consiste hacer una revista.
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